Principales plagas que afectan el cultivo de trigo

En la región pampeana el cultivo de trigo es afectado fundamentalmente por cuatro complejos de insectos plaga: gusanos blanco, pulgones y orugas y chinches. Cada uno de estos complejos causa daño en diferentes etapas fenológicas del trigo y su incidencia dependerá de los niveles de abundancia que desarrollen.

En la región pampeana el cultivo de trigo es afectado fundamentalmente por cuatro  complejos de insectos plaga: gusanos blanco, pulgones y orugas y chinches. Cada uno de estos complejos causa daño en diferentes etapas fenológicas del trigo y su incidencia dependerá de los niveles de abundancia que desarrollen.

Dentro del complejo de “gusanos blancos” la especie más relevante es Diloboderus abderus, conocida vulgarmente como “bicho torito”. Esta especie forma parte de la fauna de suelo y se caracteriza por presentar coloración blanca, blanca-amarillenta, típica forma de “C”, cabeza marrón rojiza, esclerosada y de ancho similar al ancho de su cuerpo. La larva se alimenta de semillas y raíces, siendo la del tercer estadio la más voraz. Esta última se la encuentra desde mayo a octubre alcanzando un tamaño superior a los 5 cm de longitud. Se conoce que una larva es capaz de consumir las raíces de una planta de trigo por semana. Los “gusanos blancos” están estrechamente vinculados a la siembra directa, dado que la ausencia de labranzas hace que estos insectos no queden expuestos a predadores como las aves o a las contingencias climáticas, encontrando en este sistema las condiciones ideales para su desarrollo.

Los pulgones son insectos fitófagos, de tamaño reducido, entre 1 y 4 mm la mayoría de ellos. Poseen gran capacidad reproductiva lo que les permite desarrollar colonias importantes en este cereal. Al alimentarse succionan grandes cantidades de jugos vegetales e incorporan saliva tóxica produciendo manchas, clorosis y muerte del tejido. Algunas especies de áfidos pueden ser vectores de enfermedades tal como el virus del enanismo amarillo de la cebada. En la década de 1970 la especie más relevante era el “pulgón verde de los cereales” Schizaphis graminum, que provocaba severos ataques durante otoño e invierno. Posteriormente se sumaron otros dos pulgones, el “pulgón amarillo” Metopolophium dirhodum y el “pulgón de la espiga” Sitobion avenae.  Para mitigar el impacto de estas plagas INTA llevó adelante un programa que tenía como finalidad desarrollar e implementar un sistema de control integrado de los pulgones de los cereales en la región pampeana. Mediante las investigaciones realizadas, se logró disminuir considerablemente la incidencia de los áfidos en la producción cerealera argentina, a través de la incorporación de herramientas de manejo, novedosas para la época. Dentro de ellas cabe mencionar la obtención de cultivares de trigo resistentes/tolerantes a pulgones, la determinación de fechas óptimas de siembra, la importación de enemigos naturales (predadores y parasitoides), y el uso de insecticidas selectivos. No obstante ello, quizás vinculado a cambios en el sistema productivo, se identificaron nuevas especies de pulgones como Sipha maydis “pulgón negro de las gramíneas”, el que fue registrado por primera vez en Entre Ríos en septiembre de 2002. Cada una de las especies de áfidos incide en diferentes etapas fenológicas del cultivo. Así, el “pulgón verde” se manifiesta durante el período de emergencia y macollaje, los pulgones “amarillo y de la espiga” desde encañazón a espigazón y el “pulgón negro de las gramíneas” desde macollaje hasta el estado de grano lechoso. Los dos primeros se ubican preferentemente en el envés de las hojas, la tercera especie se localiza en la espiga, alimentándose de las raquillas lo que dificulta la llegada de savia a los granos en formación. Las colonias de S. maydis se sitúan en la cara superior de las hojas de trigo, en la inserción de la hoja con el tallo.

Fuente: INTA | Por Fernando Miguel Flores, Adriana Saluso