Estrategias y tecnologías para afrontar la sequía en sistemas ganaderos

En situaciones de emergencia como la actual sequía, se debe recurrir a la utilización de estrategias y/o tecnologías especiales para afrontarla. Esta realidad climática adversa traducida en una gran disminución de los recursos forrajeros en una gran parte del territorio (Figura 1), se ha visto incrementada por la elevada carga que presentaron al inicio de la sequía los sistemas ganaderos, atribuidos principalmente a un aumento del stock de hacienda. En los sistemas ganaderos ante estos escenarios, debemos considerar dos aspectos: por un lado, ordenar y priorizar los rodeos y categorías presentes para disminuir la demanda de alimentos y por el otro, cuantificar y presupuestar el alimento disponible y de ser necesario planificar el ingreso externo de comida al campo. Es importante conocer que no siempre puede resolverse en forma inmediata y total, y que en la mayoría de los casos sólo se puede recurrir a paliativos. Además, para cada caso en particular, tranqueras adentro, debe considerarse que algunas tecnologías pueden resultar difíciles de aplicar o antieconómicas para el productor. Aun estando en una situación crítica y traumática, el organizar esta transición será de vital importancia para afrontarla de la mejora manera y con el menor costo posible. En principio es prioritario garantizar la alimentación de las vacas con ternero al pie que tienen altos requerimientos nutricionales, para producir leche y evitar severas pérdidas de condición corporal que afectarían la fertilidad del próximo servicio. Ante la falta de alimento, existirían dos caminos de solución: o se lleva forraje a los animales, o se sacan animales del campo. Según las condiciones del campo se podrían implementar algunas técnicas para minimizar las pérdidas (Cuadro 1).

Reducción del rodeo: ésta es una de las primeras medidas ante la escasez de forraje para adecuar la carga animal. Debe ponerse atención en la categoría a eliminar, tratando de preservar en lo posible, las vacas de las que se puede esperar una mejor reacción cuando esta situación pase.

Adecuación del manejo de los animales: ante las nuevas circunstancias, se modificarán algunas normas de manejo, tendiendo a disminuir los requerimientos nutricionales de los animales y mantener la fertilidad de las vacas lo más alto posible.

 Adecuación del manejo y aprovechamiento de los recursos forrajeros: este tópico está íntimamente relacionado con los anteriores, ya sea por disminución de la carga, aumento de la receptividad o adecuación del manejo del rodeo. Se ordenará el posible uso de recursos extras, como rollos, silaje, henolaje, granos, etc. En aquellas vacas que presentan una mala condición corporal se podrá recurrir al destete precoz para mantener aceptables niveles de fertilidad, si bien esto incrementa el trabajo, los costos de producción y los riesgos para los terneros. También se deben extremar los controles sanitarios, ya que la mala alimentación y dichas condiciones ambientales son factores predisponentes para las enfermedades. A título orientativo se suministra una clasificación grosera de los alimentos por su calidad (Cuadro 2), y la cantidad aproximada por cabeza y por día para cada categoría de animales (Cuadro 3). Estas cantidades pueden ser reducidas según la cantidad de pastura disponible y el estado de la hacienda.

Los valores dados serían sólo para mantenimiento de peso, y los requerimientos energéticos variarían por evolución del estado fisiológico, producción de leche o avance de la preñez, así como por fríos y heladas tardías, o la desaparición de espacios secos para que la hacienda duerma. Estas dosis pueden disminuir si los animales tienen acceso a algún tipo de pastoreo, dependiendo de la disponibilidad forrajera y del tiempo de pastoreo que se les dé, en caso de que se adopte esta modalidad. También se puede economizar alimentos si el estado o peso de la hacienda al iniciar la suplementación permite pérdidas de peso sin esperar efectos negativos sobre la fertilidad. La prioridad por los suplementos de mayor calidad será para las vacas de primera parición y luego para las otras vacas paridas o las vaquillonas de reposición. Cuando se suministra granos se deben ofrecer alimentos de los otros grupos o pasturas. El trigo, tanto entero como quebrado, se debe suministrar con sumo cuidado y mezclado con otros granos y no debe constituir más del 25% de la mezcla, ya que su exceso puede producir acidosis y timpanismo, llegando a ocasionar la muerte de los animales. El suministro de grano debe ser diario, en lo posible no se deben desparramar los granos directamente sobre el suelo y los animales deben pasar por un período de acostumbramiento durante el cual se le suministrarán dosis crecientes hasta llegar a la fijada.

Precauciones ante posibles intoxicaciones

Se deberá recorrer diariamente los potreros y poner atención en la presencia de todo arbusto o hierba que los animales normalmente no consumen. Algunas malezas potencialmente riesgosas son: yuyo colorado (Amaranthus sp.), cardo asnal (Sylibum marianum), cicuta (Conium maculatum), flor amarilla (Senecio burchelli), sunchillo o yuyo sapo (Wedelia glauca), sorgo de alepo (Sorghum halepense), romerillo o mio-mio (Bacharis coridifolia), duraznillo negro (Cestrum parqui), duraznillo blanco (Solanum malacoxylon) y planta de la víbora o rompe arado (Asclepia mellodora). Pueden ocurrir casos de intoxicación al introducirse los animales en montes o matorrales, donde muchas veces existen plantas tóxicas, y que la hacienda antes no las consumía por estar vedado el acceso.

Anticipar el destete Consiste en separar los terneros de sus madres, a fin de que éstas interrumpan la producción de leche, se “sequen” y consecuentemente, disminuyan sus requerimientos nutricionales.

Tipos de destete

  • Tradicional: se practica cuando el ternero tiene entre 6 a 8 meses de edad
  • Anticipado: generalmente el ternero tiene 4 a 5 meses de edad
  • Temporario (enlatado): consisten en evitar que el ternero mame por dos a tres semanas y se realiza cuando el ternero tiene como mínimo 60 a 90 días de edad.
  • Precoz: se realiza cuando el ternero tiene una edad mínima de 60 días
  • Hiperprecoz: el ternero tiene alrededor de 30 a 45 días de edad. En esta nota sólo abordaremos el destete temporario, precoz e hiper precoz, dada la situación y el momento del año.

Cómo realizarlo Tres a cuatro días antes del destete se llevan las vacas con cría al potrero donde permanecerán los terneros. Así, éstos se familiarizarán con el lote.

  • Luego de realizar los trabajos de aparte, vacunas, tratamiento contra parásitos gastrointestinales y una dosis de cobre a los terneros si el campo tiene antecedentes de déficit, se envía a las vacas a un lote (potrero) bien alejado de los terneros.
  • Es conveniente que los terneros permanezcan en los corrales, a partir del momento del encierro. • El hambre que provocará el ayuno hará que los terneros se tranquilicen y se dediquen a comer la ración correspondiente.
  • Si se deja más tiempo a los terneros en los corrales, deberán tener agua y preferentemente sombra, para brindarles bienestar. Se puede usar este tiempo para que los animales aprendan a comer suplementos. Por ejemplo, se puede ofrecer un cuarto a medio kilo de suplemento por ternero por día durante tres a cinco días.
  • Debe aumentarse gradualmente la cantidad de balanceado/suplemento suministrado
  • La vacunación a aplicar debe incluir, como mínimo, las vacunas contra enfermedades respiratorias, mancha y gangrena y contra carbunclo. Existen otras vacunas que pueden aplicarse en este momento, que surgirán de la consulta con el médico veterinario.

Recomendación: Los terneros de menos de 90 kg sólo deberían destetarse si se cuenta con alimento balanceado apto para destete precoz e hiper precoz, debiendo seguir las recomendaciones para estos casos y el asesoramiento profesional.

Comentarios finales

Ante situaciones como las actuales, el principal objetivo en los rodeos de cría es tratar de salvar o conservar en las mejores condiciones posibles a la vaca, que será la que una vez superado el mal trance, pueda volver a producir y criar terneros. Por ello no se debe descartar en casos extremos, trasladar a la vaca con su cría a otro campo, aun sabiendo de antemano que ello podrá ocasionar “aguachamientos” y pérdidas de terneros. La adopción de tecnología de manejo del rodeo facilita el enfrentamiento de los problemas y sus soluciones en situaciones de emergencia con respecto a quien no aplica tecnología. Corregir algún grado de desorden que pueda quedar luego de esta contingencia climática será la tarea a emprender en el futuro próximo.

Fuente: INTA por Kevin Alejandro Leaden, Julio Cesar Burges, Paulo Mario Recavarren

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