Las cotizaciones de soja en alza por once meses consecutivos, y doce meses de subas ininterrumpidas para el aceite de soja, dan un panorama nunca visto en el Mercado de Chicago. Si bien los precios no han llegado a la cima histórica internacional, van en vía de hacerlo. Mientras, a nivel local, la coyuntura sostiene precios altos o bajos, según el destino de la liquidación de los granos.
Debajo del gráfico de precios de soja de Chicago, se observan tres líneas que muestran el movimiento de volúmenes netos de contratos (comprados – vendidos). La línea roja corresponde a grandes operadores del mercado de granos y, marcado con un punto rojo, dos momentos en que se alcanzaron volúmenes record de contratos comprados, apostando a suba de precios. Esto ocurrió en marzo de 2012 y noviembre de 2020; la diferencia con la curva de contratos comprados en 2012 versus la actualidad es que, a cinco meses del volumen máximo comprado hoy, vuelven las apuestas alcistas en el corto plazo, lo que podría indicar un recorrido hacia U$S 600/TN en Chicago.
A nivel local, se observa la evolución de precios de la soja disponible desde 2004, con los mayores precios para los mismos años que en Chicago, con un desfasaje en 2008, ya que los máximos de la soja local de U$S 360/TN, se lograron en febrero. No obstante en mayo, a pesar de los máximos internacionales, la suba de retenciones (de 35% a 44,1% en marzo 2008) causó un recorte de precios al productor. En 2012, con retenciones del 35%, se interviene el mercado cambiario, que agregó una brecha de 35%-45% entre el tipo de cambio oficial, al que se liquidaban los granos, y el tipo de cambio informal, al que se adquiría Dólar billete, para los meses de mayor comercialización de soja en Argentina. No obstante 2012 se caracterizó por sostener los precios por encima de U$S 340/TN desde abril a diciembre. En 2014 el máximo se logró en marzo, con igual nivel de retenciones y brecha cambiaria que en el 2012.
En la actualidad, abril de 2021, con retenciones de 33% y brecha cambiaria creciendo los últimos días a más de 60%, estamos frente a una situación similar a la de los años comprendidos entre 2012 y 2014, y hay experiencia respecto del rendimiento del dinero en Dólares y en PESOS, según el destino de la liquidación de mercadería. La soja disponible, que supera U$S 345/TN, rinde esa cantidad de Dólares cuando se liquida para la compra de insumos de producción o pago de servicios agrícolas, que convierten al tipo de cambio oficial. Sin embargo, a la hora de hacer inversiones o pagos, que van de la mano con la inflación local y el tipo de cambio del mercado, tenemos que una soja de $32.320/TN equivale a U$S 218/TN, cuando convertimos al tipo de cambio del Dólar MEP, la forma de adquirir Dólar billete. Este desfasaje que se sostiene y agranda, en un clima local enrarecido por seguir sumando anuncios de controles comerciales, frena las decisiones de liquidar mercadería y, por ende, el ingreso de divisas.
El informe de la semana pasada mostraba cómo en mayo 2020 ingresaron U$S 1.928 millones por exportación de 5,3 millones de toneladas entre grano, harina y aceite de soja, a un precio promedio FOB de U$S 364/TN. Hoy, a un FOB de U$S 623/TN del complejo sojero, un valor de exportación 71% mayor al de hace menos de un año ¿cuantas TN se liquidarán?
Conclusiones: El clima internacional sigue alcista, la cosecha local recién comienza, los precios al tipo de cambio oficial, para ser usados en la compra de bienes de producción agrícola, son excelentes, mientras la brecha cambiaria para inversiones, gastos de estructura y costo de vida, se agranda, quitando poder de compra a cada tonelada vendida. Los precios y el riesgo están en la cima, ya que, mientras los precios siguen buscando picos, el riesgo de toma de ganancias de los fondos de inversión (grandes operadores) a nivel internacional, y mayor brecha cambiaria y presión de cosecha a nivel local, podrían traer recortes de precios en el corto plazo, que no puedan ser esquivados, ante la necesidad de liquidar para cumplir compromisos.
La gestión del riesgo precio en plena cosecha, va de la mano con decisiones de compras y cancelación de costos de producción para liquidar en el corto plazo, y el uso de herramientas comerciales que permitan proteger precios mínimos de venta, quedando abierto a subas, para liquidar en el mediano plazo.
Fuente: INTA por Marianela Sabrina De Emilio