En el contexto agronómico actual, la gestión eficiente de nutrientes se ha vuelto crítica para maximizar la productividad y la sostenibilidad de los cultivos. Las fertilizadoras incorporadas representan una innovación esencial, como confirma un reciente estudio del INTA, al ofrecer soluciones efectivas para dosificar e incorporar fertilizantes en el suelo.
Reducción de las pérdidas por volatilización
Una de las principales ventajas de estas máquinas es su capacidad para minimizar la volatilización del nitrógeno. Según el estudio, estas fertilizadoras pueden reducir la volatilización entre un 40 y un 60 por ciento, lo cual es significativo, ya que se estima que entre un 50 por ciento del nitrógeno aplicado puede perderse de manera convencional. Esto implica no solo un desperdicio de recursos, sino también un impacto económico considerable para los agricultores.
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La mejora en la absorción de nutrientes por parte de las plantas que ofrecen las fertilizadoras incorporadas se traduce en ahorros potenciales que oscilan entre 19 y 43 dólares por hectárea. Además, al reducir las pérdidas por lixiviación y escurrimiento, estas máquinas promueven una práctica agrícola más sostenible. De esta manera, se optimiza el proceso de fertilización y la siembra, liberando a las sembradoras de detenerse para recargar fertilizantes y aumentando la eficiencia operativa general.