Un plazo de 60 días fue el que le puso el presidente, Mauricio Macri, a Bioceres y a los actores de la cadena triguera para que se pongan de acuerdo sobre la conveniencia de aprobar o no la tecnología HB4 en trigo, que le conferiría al cereal tolerancia a condiciones de estrés hídrico.
El mandatario se reunió con el CEO de Bioceres, Federico Trucco. Pero el dato sobresaliente es que del encuentro participó también uno de los fundadores de la compañía y hombre fuerte del agro argentino, Gustavo Grobocopatel, en lo que constituye una muestra del fuerte interés de la empresa porque se apruebe la comercialización de semillas con este evento biotecnológico incorporado.
Macri recibio a Bioceres con la cadena triguera por el trigo HB4 tolerante a sequía. @mauriciomacri @grupobioceres En una importante reunion promovida por el Presidente Mauricio Macri se analizo entre todos los protagonista las diferentes postura por la aprobación comercial….
— Arturo José Navarro (@arturojnavarro) 5 de febrero de 2019
El meeting, de todos modos, tuvo varios integrantes: además de Macri, por el Gobierno estuvieron el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere; el secretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo; y el jefe de Gabinete del sector, Santiago del Solar. También estuvo el asesor presidencial y ex ministro de Producción, Francisco Cabrera.
Del otro lado, formaron parte autoridades de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), la Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim), el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), y la Federación de Acopiadores.
Panorama
El problema es que en el mundo no existen ni están aprobados los trigos genéticamente modificados y el riesgo de “liberar” esta tecnología es que algún mercado pueda recibir una semilla de este tipo y rechazar todo un embarque, y hasta poner en riesgo una relación comercial.
Precisamente, ese es el reparo que han manifestado de manera privada los integrantes de la cadena triguera y que motivó que el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere; y su jefe de Gabinete, Santiago del Solar; manifestaran públicamente su rechazo a aprobar el trigo con el gen HB4, extraído del girasol. Pero en el mismo Gobierno hay una grieta, porque el secretario de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, se mostró a favor de liberarlo.
Argentina ha consolidado en las últimas campañas una producción triguera de más de 18 millones de toneladas, de las que sólo seis millones se consumen a nivel local. Es decir, que el grueso se exporta y por eso es que en el sector quieren estar blindados de cualquier riesgo que perjudique al principal negocio del trigo.
En este contexto, desde Bioceres estiman que Macri está a favor de la aprobación del evento pero pidió armar una mesa en la que se escuchen las posiciones contrarias pero entre todos lleguen a una solución de consenso.
La visión de Bioceres
“Nos dio 60 días para terminar de elaborar una propuesta”, expresó el CEO de Bioceres, Federico Trucco, en una entrevista con el programa “Años de Campo”, conducido por el expresidente de CRA y exdirector del Inta, Arturo José Navarro.
“Que esto tenga visibilidad en la esfera más alta del Poder Ejecutivo nacional para nosotros es una gran satisfacción”, valoró Trucco.
Sobre la posición del Presidente, agregó: “La impresión que tengo es que quiere instalar en el mundo a la Argentina como un país con capacidad para generar ciencia de calidad, globalmente relevante. Cuando discutimos sobre cambio climático, las tecnologías de resiliencia ambiental o para minimizar las externalidades ambientales en cultivos, son temas centrales; y el presidente comparte con nosotros que Argentina tiene un rol importante a jugar en esa agenda”.
En relación a las diferencias que hay dentro de la cadena y del gobierno sobre este tema, para Trucco, un aspecto importante es que “ya se dejó de hablar de trigo transgénico sí o no, como algo imposible, para comenzar a hablar sobre el cómo, de qué manera hacer consensos para armar un mapa de ruta inteligente y estratégico”.
También recordó que lo que está en discusión es sólo el aspecto comercial, porque las evaluaciones de las autoridades sanitarias han determinado que este producto es apto para el consumo humano y animal, así como también no genera riesgos a nivel ambiental.
“No es fácil ser primeros y animarse a hacer lo que otros aún no han hecho, pero es una manera de empoderar nuestro sistema científico. Este desarrollo algo que nos debería dar orgullo a todos”, concluyó Trucco.
Fuente: La Voz