El billete trepó 24 pesos o un 4,5% este lunes y alcanzó un nuevo récord nominal. La brecha cambiaria volvió a superar el 100 por ciento. Qué dicen los analistas ///
Las medidas económicas anunciadas en las últimas horas por el Gobierno confirmaron la percepción en el mercado acerca de las escasas reservas líquidas en poder del Banco Central para mantener estabilizada la plaza cambiaria, lo que dio como resultado el fuerte ascenso del dólar libre, que tocó los $552, y la ampliación de la brecha cambiaria, que volvió a superar el 100%.
La reacción alcista del dólar libre puede resumirse en 4 aspectos clave:
1) Precios récord. La divisa subió a $552 para la venta, y deja elevado el piso hasta las elecciones, pues la propia tensión política hasta que se definan los candidatos no deja margen para una caída sustancial del billete, dado que la búsqueda de cobertura se va imponer a la capacidad de intervención del Gobierno.
2) La mayor suba en 3 meses. El dólar libre ganó $24 o un 4,5% en el día. No registraba un avance tan marcado desde el 25 de abril pasado, cuando subió $32 o un 7,3%, llegando a $495, ante la aceleración inflacionaria y la pérdida de reservas.
3) El dólar le gana a la inflación. El repunte de la divisa, llevó la suba a $58 equivalente a un 11,7% en lo que va de julio, una tasa muy superior a la inflación esperada para este mes. En igual sentido, el dólar libre se posiciona ahora como una inversión ganadora contra la inflación, pues en lo que va de 2023 gana $206 pesos o un 59,5%, una tasa por encima de la suba general de precios de 50,7%, en el primer semestre.
4) La brecha cambiaria volvió a superar el 100 por ciento. Con un dólar mayorista que ganó subi 55 centavos, cerrando a $271, la brecha cambiaria quedó en el 103,7%. Se trata de un crecimiento importante para en las expectativas devaluatorias por las que apuestan muchos operadores financieros, si se tiene en cuenta que, a comienzos de julio se había mantenido por debajo del 90%.
Los analistas evaluaron los alcances del nuevo esquema cambiario, a la espera de que finalicen las negociaciones para recalibrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluirá la reprogramación de las metas y el adelantamiento de desembolsos, tras el anuncio de las nuevas medidas económicas que buscan incrementar las reservas del Banco Central. Una fuerte inflación, escasas reservas en el BCRA y un elevado déficit fiscal, complican el panorama económico de corto plazo.
Lee también
- Elecciones 2023: las propuestas de Bullrich, Larreta, Milei, Schiaretti y Massa para el campo
- Proponen un cambio de modelo económico: Agrobioindustria, aportes para un país diferente
- Es tiempo de terminar con las distorsiones
El economista Carlos Melconian sostuvo: “Por lo menos de acá a la elección primaria y lo que viene después, la absoluta claridad en negarse a modificar el valor de la moneda, que es un tema que en la coyuntura en particular es la mayor exigencia. El tema de la moneda y de la brecha ha llevado a esta situación artística, de nuevo otra vez con una pseudo complicidad del Fondo. Está claro que la administración quiere llegar a la PASO sin devaluar, no quiere llegar rompiendo con el Fondo ni que el Fondo rompa, no quiere que la brecha se le escape de una magnitud aceptable, yo diría entre 90 y 100 por ciento. Si alguien dijera que eso se queda ahí, firman ya”, aseguró.
No alcanza. En diálogo con radio Mitre, agregó “Todo eso tiene una inercia de 100 millones de dólares de pérdida por día que no pueden parar. Y además tienen los vencimientos de deuda, entonces es una situación muy compleja si reservas, donde está claro que políticamente -y está primando lo político el candidato está primando sobre el ministro y el resto, que es todo lo que haya que hacer. Si esto no alcanza -que no va a alcanzar- lo dejamos para después del 13 o 14 de agosto”, opinó Melconian.
En tanto Carlos Rodríguez, ex viceministro de Economía de Roque Fernández, en la presidencia de Carlos Menem y actual asesor económico del espacio político de Javier Milei, consideró que “el blue sube porque las medidas son malas y no hay acuerdo todavía”, comentó.
Por su parte, el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano dijo que “seguimos en un escenario de gran debilidad, con escasez de dólares y abundancia de pesos. No salimos del escenario recesivo, con lo cual no sobran muchos pesos para que veamos una gran suba del dólar. El consumo va a mostrar una caída con la aparición de los nuevos impuestos”, anticipó.
Y agregó: “Para no perder más reservas, el desembolso de agosto debería ser de un piso de USD7.000 M. Es probable que este acuerdo no sea revisado hasta pasadas las elecciones presidenciales; también el gobierno tendría la potestad de intervenir en el mercado cambiario”, dijo.
A mitad de camino. En tanto, el economista Roberto Geretto, analista de Fundcorp, opinó que “a pesar del anuncio de principio de acuerdo, la negociación entre Argentina y el FMI tiene puntos por resolver. Para el organismo es difícil dar un aval técnico a medidas que agreguen distorsiones y no resuelven los desequilibrios macro de fondo, por más que la devaluación fiscal mejore los ingresos del fisco y ayude a ahorrar reservas. “Sin embargo, la medida sería una mitad de camino entre una devaluación que habría pedido el FMI y el mandamiento político local de no devaluar en año electoral”.
Por su parte, el economista Miguel Kiguel, titular de Econviews sostuvo que “El Fondo lo que va a querer es tener la certeza de que no van a usar sus dólares para intervenir en el mercado”, en diálogo con FM Milenium “El Gobierno necesita eso para llegar a las PASO y creo que en principio anunciarán algo bastante tímido que, claramente, no es suficiente y después tendrán que pensar cómo llegan hasta las elecciones generales”, añadió.
Idas y vueltas. Al mismo tiempo, en un informe, la consultora GMA Capital Research consignó: “Las idas y vueltas en Washington, junto con el deterioro de las condiciones macro, no habrían sido inocuos para la estabilidad financiera. Y el foco de las tormentas se desarrolló en la órbita cambiaria. Aun así, frente al impuesto a las importaciones y nuevos tipos de cambio diferenciales comunicados oficialmente, los instrumentos atados al dólar mayorista perderían efectividad”, estimó.
Por su parte, Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group, dijo: “Con el FMI aún estamos en veremos. Hasta que no haya detalles, no se sabe qué estaríamos intentando acordar”, dijo el analista.
En tanto, Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, evaluó: “Este mini acuerdo con el FMI finalmente se va a cerrar. No hay ningún incentivo de ninguna de las dos partes de romper en este momento con el acuerdo. Me parece que lo crítico, más allá de la meta fiscal y otras condicionalidades, es cuántos dólares frescos ingresan a la caja del Banco Central”, señaló.
Ajuste. Por su parte, la consultora Delphos Investment, señaló que “el Gobierno recurrió a impuestos a las importaciones y a nuevos adelantos impositivos para realizar un ajuste ‘heterodoxo’ sobre el comercio exterior y las cuentas públicas a tres semanas de las PASO. De esta manera usa la misma ‘receta’ aplicada en el pasado para ‘manejar’ los desequilibrios externos y fiscales, respetando el mandato de no devaluar como promueve el FMI”.
Por su parte, su colega VatNet Financial Research señaló que “respecto de la crucial negociación con el FMI, a ambas partes le convendría algún tipo de arreglo, pero resultaría difícil la obtención de un sustancial financiamiento adicional”.
Políticas. Paralelamente, Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero advirtió: “Hay muchísima incertidumbre, con lo que hay que tener cuidado a la hora de invertir. El mercado está a la espera de ver la capacidad de las dos coaliciones políticas mayoritarias de imponer políticas de Estado” y agregó que “los inversores extranjeros no van a venir apenas haya un cambio de gobierno, sino a partir de la solidez política que tenga el próximo gobierno”, afirmó.
Finalmente, la consultora ACM consideró que “el resultado fiscal (de junio) registro el déficit mensual más grande del año, dato que se dio a saber en medio de las negociaciones con el FMI. Dado que el escenario actual refleja un déficit primario más cercano al 2,5% que al 1,9% establecido originalmente, quedará esperar a la definición a la que lleguen el gobierno y el FMI respecto al desequilibrio fiscal actual”, concluyó.