Especies forrajeras: momento de pensar en la siembra otoñal

Últimos días de febrero y principios de marzo, una época clave para la actividad agropecuaria del extremo sur bonaerense. En esta estación, cuando comienza a producirse la transición entre el verano y el otoño, se generan condiciones climáticas benignas para la implantación y crecimiento de las especies forrajeras. La disminución de la temperatura, la mayor probabilidad de ocurrencia de precipitaciones generalizadas y la menor evapotranspiración de las plantas, plantean un escenario regional, a priori, más favorable. El 2021, con precipitaciones por debajo de lo normal y una distribución irregular de las mismas, arrojó un saldo negativo en la mayoría de los establecimientos ganadero-agrícolas. Hubo baja producción de forraje, imposibilidad de realizar reservas forrajeras y una magra cosecha de grano de cereales de invierno. Actualmente, el productor del secano de Villarino se encuentra con poco forraje disponible en pie, sin reserva de rollos para el invierno, con escasa o nula reserva de granos y una importante demanda de alimentación animal para cubrir el presente ciclo productivo. Ante este panorama, y a raíz de la reciente reactivación de las precipitaciones, resulta oportuno enfatizar sobre algunas recomendaciones para la siembra de verdeos de invierno y pasturas perennes, a desarrollarse en los próximos días y semanas. Dentro del ABC de manejo conocido para ambos tipos de recursos, focalizamos algunos que adquieren relevancia en este momento en función de las características actuales e históricas de Villarino.


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Verdeos de invierno

El verdeo de invierno es el cultivo anual con mayor superficie sembrada en la zona. Si bien es un recurso de gran impacto durante el invierno y primavera, suele ser utilizado en forma excesiva y genera dependencia productiva en muchos casos.

Sugerencias para mejorar el impacto de los verdeos de invierno:

  • Diversificar especies: además de la avena, incluir siembras de verdeos con centeno. El centeno es una especie poco empleada, que ha demostrado ser más rústica e inicialmente más productiva en suelos arenosos de baja fertilidad. Su inclusión ayudaría a disponer forraje en forma anticipada.
  • Incluir Vicia villosa: la presencia de esta leguminosa en mezcla con cualquiera de las especies de cereales de invierno es altamente recomendable. La vicia, además deincorporar nitrógeno al suelo, mejora la calidad de la dieta. Se debe ajustar bien la proporción gramínea-leguminosa para no perjudicar a la vicia. La situación ideal es 60-70% gramínea, 30-40% vicia.
  • Realizar análisis de poder germinativo a la semilla: en virtud de las dificultades que se presentaron el año 2021 durante la cosecha de cereales de invierno, con maduración desuniforme de los cultivos y presencia de maleza verde al momento de la trilla, algunas semillas de avena, cebada o trigo manifestaron incremento de su temperatura (“ardido”) durante el almacenamiento post cosecha. Esto afectó la calidad de algunos lotes de semilla, disminuyendo en forma notable el poder germinativo y siendo no aptas para la siembra posterior.
  • Tratar la semilla con insecticida: la problemática de ataques de pulgones se evidenció con gran impacto durante 2021. Cuando la semilla es tratada con insecticidas como imidacloprid o tiametoxam se evitan los daños que ejercen los pulgones, se dispone de más forraje y resulta ser menos costoso que intervenir cuando se manifiestan los daños en los cultivos. Al mismo tiempo, se ofrece protección al posible perjuicio por hormigas cortadoras y gusano blanco.
  • Evitar lotes con gramíneas anuales espontáneas: la presencia de raigrás anual o cola de zorro suele ejercer una severa competencia en los estadíos iniciales de crecimiento de los verdeos de invierno, disminuyendo notablemente la producción de biomasa. Por lo tanto, se recomienda evitar la siembra sobre aquellos lotes que presentan en forma recurrente raigrás y cola zorro.

Pasturas perennes: agropiro y alfalfa

  • La recomendación es planificar en forma anual la siembra progresiva de forrajeras perennes. Apuntamos a incrementar año a año la superficie del establecimiento con especies perennes y disminuir la superficie con verdeos de invierno y verano, que implican elevados costos y altos riesgos agronómicos.
  • Superficie a sembrar: si bien esto depende de las características propias de cada establecimiento agropecuario, se puede considerar una superficie de siembra anual que represente el 5-10% de la superficie total.
  • Especies a implantar: cambia de acuerdo a la época del año, las especies posibles de implantar. Durante el otoño se recomienda la siembra deagropiro alargado y la alfalfa. Ambas pasturas se pueden sembrar en forma pura (monofítica) o en mezcla, para lo cual hay que analizar cada lote o establecimiento en particular. A su vez, la alfalfa pura demuestra gran tolerancia para ser sembrada en forma conjunta con un verdeo de invierno, al contrario de lo que ocurre con agropiro
  • Banco de semillas de malezas: evitar lotes problemáticos en cuanto a la incidencia de especies espontáneas (malezas), siendo la mezcla agropiro + alfalfa la más sensible en este aspecto. En el caso de siembras puras hay mayores posibilidades de control químico posterior. Para alfalfa, evitar lotes con abrepuño amarillo, y en agropiro evitar aquellos con gran presencia de raigrás o cola de zorro
  • Calidad de la semilla: utilizar semilla de excelente calidad: poder germinativo > 80%, pureza física > 90% y libre de malezas. En el caso de agropiro, la presencia de restos de la cosecha o material inerte generan obstrucciones en la sembradora al momento de la siembra, afectando la implantación posterior.
  • Tratar la semilla con insecticida: al igual que lo descripto anteriormente para los verdeos de invierno, se aconseja tratar la semilla de pasturas con insecticida curasemilla.
  • Fertilización a la siembra: si bien estos productos han incrementado en forma considerable su precio, resulta muy conveniente la utilización de fertilizante arrancador (fosfato monoamónico o diamónico) al momento de la siembra, más aún si se incluyealfalfa. Es deseable contar en primer lugar con análisis de suelo, para luego ajustar la dosis a emplear. Los suelos de Villarino manifiestan una elevada disminución en los niveles de fósforo con el paso de los años.

Para finalizar

– Asociado tanto a verdeos de invierno como a pasturas perennes, resaltar la importancia de evaluar el nivel de compactación superficial y especialmente subsuperficial (presencia de “piso de arado”) en aquellos lotes que se seleccionen para la siembra. Elegir los mejores lotes y descartar aquellos con problemáticas de este tipo.

– El costo de implantación de una pastura en Villarino es levemente superior al de un verdeo de invierno, la diferencia principal se encuentra en el costo de las semillas. Sin embargo, la mayor duración en el tiempo que posee una pastura perenne, resulta en un costo de producción a largo plazo sensiblemente inferior.

 

Fuente: INTA por Juan Pablo Vasicek

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