🐄 Vuelven los robos de ganado: faenan vacas en plena madrugada y crece la bronca entre productores
La inseguridad rural en Buenos Aires no da tregua y el delito del abigeato —el robo y faena clandestina de animales— vuelve a encender las alarmas. Esta vez, el ataque fue en Benito Juárez, donde el productor Juan Carioli encontró dos vacas faenadas dentro de su campo, con restos desechados a la vera del camino. No es un caso aislado: en solo cinco meses, a otro productor de la zona ya le mataron 25 animales.
“Esto no es por hambre. Cortaron los alambrados, mataron y se llevaron las mejores partes. Es una banda organizada”, denunció Carioli en diálogo con La Nación. El campo afectado, “La Gabriela”, está ubicado entre Laprida y Benito Juárez, en un camino vecinal alejado, lo que evidencia la impunidad y planificación con la que operan los delincuentes rurales.
🚨 Robo planificado y sin respuestas
Los ladrones actuaron entre la noche del jueves y la madrugada del viernes. “Arrastraron los animales hasta la cuneta y los despostaron ahí mismo. Dejaron vísceras, cabeza y cuero. Se llevaron paletas y cuartos”, relató el productor, visiblemente frustrado.
Pese a la denuncia formal, la respuesta fue mínima: la patrulla rural solo tomó fotos y muestras. “Siempre es lo mismo: revisan, pero no pasa nada. Todo termina en la nada”, lamentó. Su experiencia no es única: los casos se repiten y la sensación de desprotección crece entre los ganaderos.
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💬 “Producir así se hace imposible”
Carioli remarcó que el problema no es solo la inseguridad, sino la ausencia total del Estado. “La provincia no aparece. No hay políticas activas, ni inversión en tecnología, ni coordinación entre municipios. Se podría hacer mucho con cámaras, monitoreo o controles en rutas, pero nada de eso existe”, advirtió.
Además, sugirió crear un sistema de anillos de vigilancia con control de patentes nocturnas, para detectar movimientos sospechosos en zonas rurales. “Los delincuentes se mueven con total libertad, y nadie los ve”, reclamó.
😡 Bronca, impotencia y abandono
Los productores no solo pierden ganado: pierden confianza en el sistema. El abigeato no es solo una pérdida económica; es una agresión simbólica al esfuerzo diario del campo. “Nos sentimos desamparados. Siempre prometen algo, pero nunca llega”, afirmó.
En medio del hartazgo, algunos ya evalúan organizarse y reclamar nuevamente. Sin embargo, el escepticismo pesa: “Cuando se apaga el escándalo, también se apagan las respuestas”, cerró Carioli.
