El Senasa refuerza medidas para evitar la llegada del picudo rojo de las palmeras a Argentina

El Rhynchophorus ferrugineus, conocido como picudo rojo de las palmeras, es un insecto altamente destructivo que representa una amenaza para las palmeras nativas y ornamentales. Aunque en Argentina aún no se ha detectado, este insecto está presente en Uruguay, lo que motiva al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a redoblar esfuerzos para prevenir su ingreso y proteger los recursos naturales del país.

El picudo rojo puede causar daños irreparables a las palmeras, afectando su estructura y debilitándolas hasta su muerte. Por su impacto, el Senasa lo clasifica como una plaga ausente de importancia cuarentenaria. Para evitar su propagación, el organismo ofrece una serie de recomendaciones clave:

  1. Compra responsable de palmeras: Es fundamental adquirir plantas únicamente en viveros registrados en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación Vegetal (RENFO) del Senasa. Estos establecimientos están sujetos a rigurosos controles fitosanitarios que reducen el riesgo de plagas.

  2. Poda prudente: Evitar la poda excesiva de palmeras. Las heridas en las plantas liberan kairomonas, sustancias que atraen al picudo rojo. Si es necesario podar, se recomienda hacerlo en invierno (junio a agosto), cuando los insectos están inactivos. Además, debe eliminarse solo el material seco sin cortar las hojas al ras ni dañar los tejidos vivos.

  3. Vigilancia constante: Mantener una observación periódica de las palmeras. En caso de detectar signos de la plaga, es crucial informar de inmediato al Senasa para activar los protocolos de control.

  4. Evitar trampas: No utilizar trampas de feromonas y kairomonas, ya que su alta atracción podría atraer a la plaga hacia nuevas áreas, facilitando su entrada al país.


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El Senasa, a través del Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo (Sinavimo), recopila y analiza información sobre plagas que afectan los cultivos en todo el país. Esta vigilancia es fundamental no solo para detectar posibles plagas, sino también para cumplir con los estándares internacionales en el comercio agrícola y mantener el estatus fitosanitario de Argentina.

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