Confianza en alza, pero muchas dudas: el ranking de las preocupaciones del campo argentino
El ánimo del campo empieza a recuperarse, aunque las preocupaciones siguen muy presentes. Según el Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, la confianza de los productores agropecuarios creció un 17% en marzo frente a enero, luego de un arranque de año que había encendido luces de alarma.
El índice general trepó de 117 a 137 puntos, marcando un rebote importante tras la caída registrada entre noviembre y enero. “Esta rápida recuperación contrasta con lo que ocurrió en 2019, cuando la desconfianza se arrastró durante casi un año”, explicó Carlos Steiger, director del relevamiento.
Los dos grandes subíndices acompañaron la mejora: las Condiciones Presentes subieron un 23% y las Expectativas Futuras un 15%. Especialmente alentador fue el salto del 26% en las expectativas de inversión, reflejando un renovado interés en adquirir activos fijos a corto plazo.
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Parte de ese repunte se hizo visible en Expoagro 2025, donde el movimiento comercial fue intenso, impulsado por líneas de crédito en dólares ofrecidas por bancos y empresas de maquinaria. Además, un clima más favorable permitió proyectar mejores rindes, pese a que la cosecha gruesa no alcanzará los niveles de la campaña anterior.
La mirada hacia adelante también es optimista para el trigo: la campaña 2025/26 arrancaría con buenas condiciones hídricas y proyecciones de producción récord. Sin embargo, no todo es color de rosa. Steiger advirtió que siguen pendientes temas como la baja o eliminación de retenciones y la incertidumbre cambiaria.
“Un dólar atrasado podría afectar la competitividad y frenar exportaciones”, señaló el especialista, que también alertó sobre el ingreso masivo de capitales especulativos, fenómeno que podría deprimir el tipo de cambio y encarecer las tasas de interés.
Inversión: señales de reactivación pero con cautela
Aunque el 59% de los productores todavía cree que no es un buen momento para i
Invertir en activos fijos, el repunte de expectativas invita a pensar en una mayor dinámica inversora, sobre todo en ganadería. “Vemos mucho interés en sumar vientres vacunos, apoyados en la recuperación del precio del novillo”, detalló Steiger.
En el sector agrícola, la modernización tecnológica enfrenta más trabas. “La rentabilidad es la preocupación número uno. Muchos prefieren postergar compras de maquinaria ante la percepción de que el costo financiero supera los beneficios productivos”, explicó.
El círculo vicioso se retroalimenta: sin inversión en tecnología, es difícil aumentar la productividad, pero los márgenes estrechos no permiten asumir grandes riesgos. Aún así, 8 de cada 10 productores estarían dispuestos a modernizar su maquinaria si mejoraran las condiciones de rentabilidad.
El clima, la gran amenaza en el radar
El clima volvió a ser señalado como la principal preocupación de los productores para los próximos 12 meses. La falta de lluvias tras la siembra de la cosecha gruesa en enero reavivó el recuerdo de la feroz sequía de 2022/23.
Además, preocupan la debilidad de los precios internacionales, el encarecimiento de los insumos, la evolución del dólar y el contexto político. De cara a las elecciones de octubre, un 23% de los productores manifestó incertidumbre sobre el rumbo de la política agropecuaria, pese a una mayoritaria afinidad con la gestión actual.
La continuidad de las retenciones también inquieta a un 15% de los consultados, en un contexto donde no se vislumbran cambios de corto plazo.
Curiosamente, otros temas que captan la atención pública, como el nombramiento de jueces en la Corte Suprema, el affaire Libra o el vínculo entre Milei y Trump, no generan preocupación en el agro.
Sostenibilidad: interés creciente, pero desafíos pendientes
El informe también destaca un dato que gana peso: la sostenibilidad empieza a colarse en las prioridades. Aunque un 40% de los productores aún no participa en programas de certificación ambiental, muchos muestran interés en sumarse a futuro. “Adaptarse a las nuevas exigencias ambientales será clave para no quedar afuera de los mercados globales”, advirtió Steiger.
El desafío es mayúsculo: los mercados internacionales ya exigen prácticas sostenibles y eso obliga a las empresas del agro a acelerar su transformación.
“Comprender cómo se están adaptando las empresas y qué desafíos enfrentan es esencial para el futuro del sector agroalimentario argentino”, concluyó el informe.
Fuente: Universidad Austral