Productores sin respuestas ante el drama de las inundaciones
Mientras el agua sigue estancada en los campos y caminos rurales de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, los productores agropecuarios viven días de creciente desesperación. A más de un mes de las intensas lluvias que inundaron buena parte del distrito bonaerense, las respuestas oficiales no aparecen y la incertidumbre sobre cómo avanzar con la cosecha domina cada encuentro.
Este martes, referentes del sector mantuvieron una reunión de más de cuatro horas con autoridades municipales. Pero lejos de encontrar soluciones, se fueron con las manos vacías. “No vemos una reacción ante la necesidad que tenemos los productores”, expresó con frustración el presidente de la Sociedad Rural local, Hugo Enriquez.
Las imágenes se repiten: caminos anegados, maquinarias varadas, pérdida de tiempo y dinero. Pero el drama, aseguran, no es solo consecuencia del clima, sino del abandono estatal. “Este problema no es nuevo ni imprevisible. Es resultado de años sin obras ni mantenimiento en las zonas rurales”, denuncian desde el sector.
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Emergencia agropecuaria: una espera que se hace eterna
Mientras la situación se agrava, los productores piden a gritos que la Legislatura bonaerense avance con la declaración de emergencia agropecuaria para 9 de Julio y otros distritos afectados. Nicolás Capriroli, delegado de la entidad ante CARBAP, fue claro: “Hay una burocracia inexplicable que está demorando algo urgente. Es la primera vez que vemos tantas trabas para ingresar un pedido de emergencia”.
Según el dirigente, durante el encuentro con el municipio se expusieron todos los problemas que enfrenta el campo, desde la presión impositiva hasta la falta de inversión en infraestructura. “Tenemos una carga fiscal altísima y no vemos que esos recursos se destinen al mantenimiento de los caminos rurales”, reclamó.
Entre promesas incumplidas y un campo que no puede esperar
Si bien desde el municipio afirman que han solicitado maquinarias a la Dirección Provincial de Hidráulica, la ayuda no llega. “Hace más de un mes que hicieron el pedido, pero seguimos esperando. Está claro que no es solo responsabilidad de la intendencia; la Provincia también está ausente”, apuntó Capriroli.
A pesar del malestar, los productores insisten en que aún confían en la voluntad política para revertir la situación. Pero el tiempo corre. “La cosecha está en el campo y los gobiernos se tiran la pelota. En el medio quedamos nosotros, que necesitamos soluciones concretas y rápidas”, advirtieron.
La situación en 9 de Julio se convierte en símbolo de una problemática más amplia: la falta de planificación estructural y la descoordinación entre los distintos niveles del Estado ante una emergencia que afecta directamente al corazón productivo del país.