Recomendaciones para la planificación forrajera ante un otoño con escasas precipitaciones

Recomendaciones para la planificación forrajera ante un otoño con escasas precipitaciones

Luego de un verano particularmente seco, especialistas del INTA Colonia Benítez (Chaco) emitieron una serie de recomendaciones para la confección de rollos y la organización estratégica del pastoreo en potreros, en vista del descenso de las temperaturas y la inminente llegada del invierno.

La planificación de reservas forrajeras para afrontar el invierno representa un desafío constante para los sistemas ganaderos del Chaco. Las características climáticas habituales de esta estación —bajas temperaturas y escasas precipitaciones— generan un período crítico conocido como “bache invernal”, caracterizado por la limitada disponibilidad de pasto. Este año, la situación se ve agravada por la escasa acumulación de lluvias durante el otoño, lo que ha impedido el desarrollo adecuado de las pasturas destinadas a reserva, forzando a los productores a postergar las labores de conservación.

Frente a este contexto, el técnico del INTA Marcelo Pamies advirtió que la confección de rollos se está realizando fuera del período recomendado, debido al retrasado crecimiento de las especies forrajeras. “Esta situación exige tomar precauciones específicas para minimizar el impacto sobre las plantas”, explicó.

En condiciones normales, el corte de pasto para la elaboración de rollos debería haberse realizado semanas atrás. Sin embargo, al efectuarse en fechas tan próximas al invierno, es fundamental evitar cortes a ras del suelo. “Se recomienda dejar un remanente de al menos 15 centímetros, ya que las plantas dispondrán de muy poco tiempo para su recuperación antes del ingreso pleno del frío”, precisó Pamies.


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La escasa biomasa disponible también obliga a evaluar la conveniencia de realizar reservas en forma de rollos y planificar cuidadosamente su uso. “Si se exponen las yemas de crecimiento, las heladas pueden provocar daños severos, comprometiendo el rebrote primaveral”, señaló.

Una alternativa complementaria es la reserva de potreros para un pastoreo diferido. En este caso, es crucial cerrar los lotes elegidos al acceso animal durante las últimas semanas de crecimiento, permitiendo así una mayor acumulación de forraje. El ingreso al pastoreo debería postergarse hasta los meses de julio o agosto, cuando el resto del campo haya agotado su capacidad de sustentar al rodeo.

Pamies también destacó la importancia de definir qué categorías de animales accederán a los potreros reservados. Para maximizar el aprovechamiento del recurso y minimizar el daño al tapiz vegetal, se sugiere subdividir los lotes y realizar una rotación controlada. “De esta manera, se mejora la eficiencia del consumo y se reduce el pisoteo que deteriora las plantas y provoca pérdidas de forraje”, añadió.

Además, el retiro de los animales debe efectuarse antes de que las pasturas se reduzcan por debajo de los 15 centímetros de altura, siguiendo los mismos criterios aplicados al corte para henificación.

Al momento de seleccionar los potreros a reservar, se recomienda priorizar aquellos con pasturas implantadas, que garantizan una mejor calidad del forraje conservado. Entre las especies más adecuadas, el pasto clavel sobresale por su capacidad para mantener la digestibilidad y calidad forrajera a lo largo del tiempo, incluso bajo condiciones adversas. Su adaptación a suelos bajos con mayor humedad lo hace menos susceptible a daños por heladas.

En zonas altas, la grama es una especie de uso frecuente, adaptada a prácticas de reserva invernal. Presenta buena tolerancia a bajas temperaturas y una rápida recuperación una vez superado el invierno.

“Independientemente del método de reserva adoptado, será fundamental priorizar el destino de estos recursos forrajeros escasos. En sistemas de cría, por ejemplo, se debería asegurar la alimentación de las vaquillas de recría como una categoría estratégica”, concluyó el especialista.

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