En la provincia de Santiago del Estero, un equipo de investigadores del INTA, junto a especialistas de la Facultad de Agronomía, está llevando a cabo un estudio para mejorar la productividad de cultivos frutihortícolas. A través de la incorporación de bioinsumos, buscan optimizar la calidad de los productos y hacer frente a la demanda del mercado por opciones más sostenibles. Los resultados preliminares han sido positivos, indicando mejoras significativas en comparación con métodos de fertilización convencional.
En esta región, la disponibilidad de agua es fundamental para determinar los métodos de producción, ya sea mediante riego o en secano. Actualmente, el área regada representa solo el 10% del territorio provincial, pero incluye importantes cultivos como zanahoria, zapallo, cebolla, melón y sandía. La investigación se centra en potenciar estos cultivos mediante el uso de productos biológicos que favorezcan tanto la sanidad del cultivo como el rendimiento final.
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Durante la campaña 2023/2024, se realizaron ensayos específicos relacionados con la producción de sandías. Los especialistas, destacando la labor de Silvana Ruiz y Yesica Gramajo Domínguez, han registrado que las plantas tratadas con bioinsumos no solo presentaron mejor sanidad, sino también un rendimiento notablemente superior, alcanzando hasta 150,000 kilogramos por hectárea, en comparación con los 115,200 kilogramos de fertilización convencional. Aunque los indicadores de calidad no mostraron diferencias significativas, los resultados sugieren que la bioproducción puede ser una alternativa viable y efectiva para mejorar la agricultura en la región.