Desde su llegada a Argentina en 1980, el pistacho ha demostrado ser un cultivo con gran potencial. En los últimos cinco años, la superficie dedicada a su producción ha crecido más de un 500%, especialmente en las provincias de San Juan y Mendoza. Este auge en la producción ha llevado a expertos del INTA a llevar a cabo un estudio exhaustivo sobre las necesidades ambientales del pistacho.
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El resultado de este estudio es un mapa que identifica las zonas más adecuadas para el cultivo de pistacho en el país. Eduardo Trentacoste, especialista en fruticultura del INTA, destaca que este documento, de acceso libre, es crucial para la toma de decisiones de los productores, al permitir una mejor comprensión de las condiciones que favorecen la floración y fructificación del pistacho.
El mapa revela que las regiones agroclimáticamente aptas para el cultivo de pistacho incluyen el sur de San Juan, el norte y centro-este de Mendoza, sur de San Luis y el centro-sur de La Pampa. A pesar de que las condiciones en estas áreas son ideales, algunas especialmente en La Pampa, presentan un potencial considerable debido a sus recursos hídricos. La adaptabilidad del pistachero a condiciones áridas lo convierte en un cultivo prometedor para afrontar los desafíos del cambio climático en Argentina.