En un mundo donde la salud y la nutrición son prioritarias, la bioinformática surge como una herramienta indispensable. Combinando la informática, la ingeniería y las ciencias biológicas, un equipo del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) gestiona grandes volúmenes de datos bioquímicos y nutricionales. Este enfoque no solo permite el análisis de compuestos bioactivos, sino que simula su transformación en el tracto gastrointestinal, información esencial para el desarrollo de alimentos funcionales.
Nuevas tecnologías y simulaciones computacionales
Frente a una tendencia global hacia la alimentación saludable, el Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) del INTA incorpora tecnologías que facilitan la simulación del proceso de obtención y transformación de compuestos bioactivos terapéuticos. Según Priscilla Vásquez Mazo, investigadora del ITA, la bioinformática no sólo es crucial para la genética y la biología molecular, sino que también está revolucionando la biotecnología y las ciencias de la alimentación.
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Beneficios de la bioinformática en la nutrición y la salud
Mediante la bioinformática, se pueden diseñar compuestos con características específicas y evaluar sus efectos terapéuticos. Este enfoque integral permite la construcción de modelos matemáticos que relacionan secuencias genéticas con procesos de salud, facilitando así la creación de alimentos que prevengan enfermedades como la diabetes o la hipertensión. Con esto, se abre la puerta a un futuro donde los alimentos funcionales derivan de fuentes naturales, optimizando la salud de los consumidores.