Estrategias de recuperación de hectáreas productivas en la Pampa Arenosa

Calicata para evaluar el suelo en un bajo de Santa Elena con Cristián Álvarez (INTA), Ramiro (encargado del establecimiento) y los productores de la Chacra América.

Estrategias de recuperación de hectáreas productivas en la Pampa Arenosa

En la región de la Pampa Arenosa, los productores agrícolas se enfrentan a desafíos significativos debido a las características naturales del suelo, que se ven exacerbadas por riesgos hídricos y la salinización. Las inundaciones recurrentes han contribuido a la degradación del terreno, mientras que la alta salinidad reduce la productividad agrícola, destacando la necesidad urgente de implementar estrategias integradas y sostenibles para la gestión de estos campos.

La Chacra América de AAPRESID ha estado trabajando desde 2020 en la búsqueda de soluciones adecuadas a estos problemas. Este grupo de trabajo multidisciplinario ha priorizado la conservación de la cobertura viva del suelo como una de las principales estrategias para mitigar los efectos adversos. Mantener una cobertura vegetal constante no solo protege el suelo contra la erosión, sino que también mejora su estructura y capacidad de retención de agua.

La colaboración es un componente fundamental en este esfuerzo de mitigación y recuperación. Destacan las contribuciones de productores locales, empresas del sector agropecuario, y expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Universidad Nacional de La Pampa. Tal colaboración ha permitido un intercambio constante de conocimiento y experiencias, enriqueciendo las estrategias y optimizando su implementación.

La implementación de prácticas sostenibles en la gestión de campos con alto riesgo hídrico y salino es crucial para garantizar la viabilidad a largo plazo de la producción agrícola en la Pampa Arenosa. Las estrategias desarrolladas por la Chacra América, enfocadas en la conservación de la cobertura viva del suelo y apoyadas por un esfuerzo colaborativo, representan un paso importante hacia la recuperación y mejora de las hectáreas productivas afectadas.


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Caracterización del suelo y de la napa en los establecimientos Santa Elena y San Pablo

Los establecimientos Santa Elena y San Pablo enfrentaron graves desafíos tras las intensas inundaciones de 2017. A fin de planificar adecuadamente las estrategias de recuperación de hectáreas productivas, se llevó a cabo un exhaustivo diagnóstico del suelo. Este proceso, fundamental en la recuperación de las tierras productivas de la pampa arenosa, incluyó la aplicación de calicatas para evaluar el estado físico-químico del suelo y sus principales limitantes.

Calicata para evaluar el suelo en un bajo de Santa Elena con Cristián Álvarez (INTA), Ramiro (encargado del establecimiento) y los productores de la Chacra América.

En Santa Elena, las calicatas revelaron un suelo con una estructura significativamente deteriorada. La alta presencia de sales, evidenciada por una conductividad eléctrica (CE) elevada, y el pH del suelo, claramente alcalino, limitaron severamente el crecimiento de los cultivos. La napa, cercana a la superficie, con niveles de agua en constante oscilación, agregó otra capa de complejidad al manejo agrícola. Estas condiciones adversas exigieron un conocimiento profundo y especializado para identificar las acciones correctivas necesarias.

San Pablo, si bien compartía algunos problemas con Santa Elena, presentaba un perfil edáfico distinto. Aquí, la composición salina y la fluctuación de la napa freática variaban de manera considerable. La salinidad, aunque alta, estaba dominada por tipos de sales menos agresivas que las encontradas en Santa Elena. Este detalle, aunque sutil, marcaba una notable diferencia en el impacto sobre los cultivos y en las estrategias de remediación apropiadas. Un pH más neutro y una CE moderada sugirieron un enfoque personalizado para optimizar la productividad del suelo.

Entender la composición química de las sales presentes en el suelo es esencial. No todas las sales afectan el suelo y los cultivos de la misma manera. Los resultados de los análisis permitieron una comprensión más precisa de las limitaciones y potencialidades de cada establecimiento. El conocimiento detallado del tipo de sal, su origen y concentración, junto a las características del nivel freático, fueron vitales para delinear estrategias específicas y efectivas de recuperación, adaptadas a las condiciones particulares de Santa Elena y San Pablo.

Implementación de cultivos de servicios a medida de cada ambiente

La adopción de estrategias “verdes” ha demostrado ser fundamental para la recuperación de hectáreas productivas en la Pampa Arenosa. En la región de Santa Elena, se ha dado prioridad a la siembra de cultivos de servicios como la vicia sativa, melilotus, tricepiro y triticale. Estos cultivos no solo se incorporan en la rotación con girasol y sorgo, sino que también desempeñan un papel crucial en la mejora de la calidad del suelo y la depresión de la napa freática. La rotación con cultivos de servicios ha permitido una mayor cobertura del suelo, protegiéndolo contra la erosión y aumentando su capacidad de retención de agua.

En la región de San Pablo, las estrategias iniciales con trigo y soja de segunda mostraron limitaciones debido a la salinidad del suelo, afectando negativamente los rendimientos. Ante esta situación, se ha optado por cultivos de servicios más tolerantes a la salinidad, como centeno, triticale y agropiro. Estos cultivos no solo ofrecen una mayor resistencia a las condiciones adversas del suelo, sino que también contribuyen a mejorar la estructura del mismo, facilitando un ambiente más adecuado para futuras siembras.

Mezcla de cultivos de servicio tolerantes a la salinidad: triticale, tricepiro y vicia sativa, en campo Santa Elena.

Además, hay planes para implementar alfalfa en 2025, ya que este cultivo tiene la capacidad de mejorar la fertilidad del suelo a largo plazo y ofrecer beneficios adicionales en la rotación de cultivos. La importancia de una fertilización adecuada no puede ser subestimada; un enfoque integrado en la gestión de nutrientes asegura que los cultivos de servicios prosperen y cumplan su función de recuperación del suelo. La fertilización adecuada complementa las capacidades de los cultivos de servicios, promoviendo un ecosistema agrícola más resiliente y sostenible.

Conclusiones y lecciones aprendidas del taller

El taller de la Chacra América de Aapresid ha proporcionado valiosas conclusiones y lecciones para la recuperación de hectáreas productivas en la Pampa Arenosa. En primer lugar, se ha constatado la importancia de una planificación meticulosa y detallada. La recuperación de suelos salinos no es un proceso instantáneo, sino más bien uno que requiere paciencia y dedicación constante.

Una de las estrategias más destacadas y efectivos ha sido el uso de prácticas que fomenten una cobertura viva permanente. Este enfoque no solo ayuda a mejorar la calidad del suelo, sino que también promueve la biodiversidad y la estabilidad del ecosistema local. La cobertura viva actúa como una barrera natural, minimizando la erosión y favoreciendo la retención de humedad en el suelo, elementos cruciales para la recuperación a largo plazo.

Los esfuerzos en Santa Elena y San Pablo han demostrado que, aunque el desafío es significativo, es posible recuperar la capacidad productiva de los suelos mediante estrategias adecuadas y un seguimiento ambiental continuo. Estas experiencias subrayan la necesidad de monitorear constantemente las condiciones del suelo y ajustar las prácticas según sea necesario para mantener el progreso.

Además, se ha reafirmado que no solo la capacidad productiva se mejora mediante estas prácticas, sino que también se contribuye a la sostenibilidad a largo plazo de la producción agrícola en la región. La implementación de prácticas sostenibles no solo beneficia a los agricultores actuales, sino también a las futuras generaciones, asegurando que los recursos naturales se utilicen de manera prudente y responsable.

En suma, las conclusiones del taller destacan la importancia de combinar planificación, paciencia y prácticas sostenibles para la recuperación de suelos en la Pampa Arenosa. Los casos de éxito en Santa Elena y San Pablo sirven como modelos que pueden inspirar y guiar a otros agricultores en la región a emprender sus propios esfuerzos de recuperación productiva.

Fuente: AAPRESID

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