La pudrición blanca en hortalizas es una enfermedad causada por hongos como Sclerotinia sclerotiorum y S. minor, que puede permanecer en el suelo por más de 20 años. Este patógeno afecta cultivos importantes como lechuga, coliflor, repollo, cebolla y calabaza, representando un desafío significativo para los agricultores.
Técnicas de Compostaje y Solarización
Especialistas del INTA Ángel Gallardo, en Santa Fe, han evaluado técnicas como el compostaje y la solarización para reducir la presencia de estos fitopatógenos. El compostaje es un proceso bioxidativo que degrada la materia orgánica, pasando por fases regidas por la temperatura, garantizando un sustrato libre de patógenos y semillas de malezas.
Salomé Guerra, investigadora del INTA, explicó que la fase termofílica del compostaje, en la que la temperatura de la biomasa asciende por encima de los 60 °C, actúa como agente de biocontrol sobre los microorganismos fitopatógenos. Además, el compost obtenido se trató con la técnica de solarización, una estrategia sustentable que utiliza la energía solar para desinfectar suelos sin insumos químicos.
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Resultados y Conclusiones
La técnica de solarización consiste en cubrir el suelo con un nylon transparente durante el verano, aprovechando las altas temperaturas para desinfectar el suelo hasta 30 cm de profundidad. Al finalizar esta etapa, no se identificaron hongos causantes de la pudrición blanca, aunque sí otros hongos y bacterias esporuladas.
Los productos obtenidos del compostaje y la solarización se mezclaron con sustrato comercial y se comprobó la germinación de semillas de lechuga y el óptimo estado de los plantines. Aunque sólo se utilizó un 10% de compost en las mezclas y se observó por un periodo de 21 días, se logró un producto seguro para volver al sistema productivo.
Esta investigación demuestra que el compostaje de biomasa afectada por hongos fitopatógenos y la solarización son técnicas eficientes para controlar la pudrición blanca, beneficiando no solo al cordón hortícola de Santa Fe, sino también a otras regiones del país. El INTA Ángel Gallardo continúa investigando alternativas que no requieran la aplicación de productos de síntesis química.