El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) recopiló datos a través del Monitor de Consumo sobre Hábitos y Consumo de Carne Vacuna y reveló que el 98% de la población argentina se considera “muy o bastante apasionada” por el asado argentino. Además, al indagar sobre los sentimientos y emociones asociadas a esta experiencia, las respuestas fueron contundentes: satisfacción, placer, amistad, alegría, gratificación, pasión y amor, en ese orden de importancia. Es decir que, para los argentinos, la pasión por el asado está al tope de la lista de los placeres emocionales.
Además, más allá de ser una fuente de placer individual, el asado también desempeña un papel significativo en la sociedad argentina. En ese sentido, Adrián Bifaretti y Eugenia Brusca, ambos del Departamento de Promoción Interna del Ipcva, destacaron: “Más allá de estos beneficios, muchos de los cuales encuentran su justificación desde un plano individual, cuando se profundiza el análisis con un enfoque sociológico y antropológico sobre los significados asociados a esta comida, el asado es quizás uno de los mejores ‘antídotos anti grieta’ que existen en nuestro país”.


Concordia. El estudio reveló que la mitad de los argentinos cree que compartir un asado puede contribuir a eliminar diferencias entre generaciones. Y casi 4 de cada 10 personas opinaron que puede reducir las rivalidades entre hinchas de equipos de fútbol. Incluso, cuando se menciona específicamente una reunión entre hinchas de Boca y River, se destacó que el asado puede actuar como un puente entre estos históricos adversarios.
“Conversaciones cruciales, limar asperezas, acercar posiciones, arreglar los premios de un equipo de fútbol, buscar coincidencias, por qué no. Todo es posible alrededor del ritual cercano a una parrilla. Un asado no hace milagros desde este punto de vista pero que ayuda, ayuda. La picada multicolor, el olor a leña o carbón, el espectáculo sonoro y visual de las chispas y el humo, nos predisponen bien para unirnos más y dejar diferencias de lado”, destacaron los técnicos del Ipcva. El monitoreo y estudio del consumidor argentino brinda herramientas para la implementación de nuevas y mejores estrategias de marketing, explicaron.
Emociones. Según explicaron Brusca y Bifaretti, el Ipcva necesita actualizar permanentemente cómo se posiciona la carne vacuna, particularmente en el entorno de las redes sociales y entre los segmentos más jóvenes de consumidores. “Para poner en valor al producto se necesita conocer el corazón afectivo del mercado. Para saber lo que despierta nuestra carne, hay que analizar qué mueve nuestros latidos. La era de las emociones será más larga de lo que muchos creen y el marketing inteligente lo sabe”, precisaron.