Mayo dejó buenas lluvias en algunas zonas, pero en el 50% de la Región Pampeana aún falta agua

La campaña 2023/24, en el inicio de la siembra fina, se había iniciado con flojas expectativas, por la sequía heredada del ciclo anterior. Sin embargo, el sorpresivo frente lluvioso que avanzó durante la semana pasada y dejó acumulados de entre 100 y 200 mm, en gran parte de la región central del país, núcleo productivo agrícola, cambiaron el escenario. La expectativa está ahora puesta en saber si este régimen climático más favorable al campo, de la mano de la proyectada llegada de El Niño, se consolida o no

En su informe semanal, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, indicó que “se reportaron lluvias de más de 100 milímetros en localidades puntuales de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Las áreas beneficiadas podrían ya tener una perspectiva más optimista para el arranque de la fina”.

En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) también destacó el “cambio de escenario” que significaron estas lluvias, pero advirtió que aún queda un 50% de regiones aptas para la siembra de trigo que no recibieron agua suficiente para iniciar la implantación.

Excesos. Según la ORA, las lluvias en el NE bonaerense permitieron que esta zona saliera de la categoría de sequía que se mantuvo por mucho tiempo, clasificándose las reservas actuales como regulares a adecuadas. Incluso en la cuenca baja del Salado se habrían generado algunos excesos.

En tanto, en el centro de Santa Fe, donde ya había llovido recientemente, las recargas determinaron también la generación de algunos excesos hídricos. Y en el SE de Entre Ríos, las precipitaciones cambiaron los almacenajes escasos previos, por reservas excesivas en los perfiles.

 

Por el contrario, “fuera de las áreas mencionadas, no se observan cambios importantes con respecto a la situación de la semana pasada”, subrayó la ORA.

Anormalidad. “Los valores reportados de más de 100 milímetros en la semana (la mayor parte en uno o dos días, dependiendo el lugar) superaron los totales normales del mes de mayo”, continuó.


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Al respecto, la ORA destacó además que estas lluvias fueron realmente sorpresivas por sus características: “Tanto los acumulados, como su disposición a lo largo de un frente son más típicos de los meses cálidos, no de esta época del año”, explicó.

Y agregó que “lo que posibilitó la ocurrencia de estas lluvias puntuales tan importantes casi en otoño fue la acumulación de calor en superficie y de humedad que tuvo lugar en días previos”, detalló.

Nuevo escenario. En tanto, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR se enfocó en los 50 a 180 mm registrados en el E de la región pampeana (Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe) y que “cambian el escenario triguero”, según la interpretación de esta entidad.

 

La GEA, en coincidencia con la ORA, señaló que “las lluvias de fines de mayo rompieron los patrones estadísticos, dejando acumulados que duplicaron y hasta triplicaron las medias mensuales”.

Al mismo tiempo, la ORA agregó que las últimas precipitaciones “llegan a tiempo para cambiar las posibilidades productivas del trigo 2023/24”, aunque advirtió que “el agua no llegó al oeste y más del 50% de la región pampeana sigue aún sin condiciones para la siembra”.

Provincias. Como ejemplo, mencionó que el 70% de Santa Fe, el 50% de Buenos Aires y el 80% de Entre Ríos, recibieron lluvias superiores a los 50 mm, mientras que solo el 5% de Córdoba estuvo en ese rango.

Así, se superó uno de los peores escenarios de siembra triguera de los últimos 15 años, porque, hasta el 17 de mayo pasado, los perfiles de los suelos en el centro de la región pampeana estaban en las condiciones más secas de los últimos 30 años, siendo las peores condiciones las registradas en territorio bonaerense.

Limitantes. Tras las lluvias, Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos muestran un cambio rotundo de escenario y se estima que en esas provincias se puedan cumplir las expectativas de siembra, en el marco de la necesidad de los productores de hacerse de recursos, tras las pérdidas que dejó la sequía. Sin embargo, la falta de agua en zonas claves para el trigo, como el sudeste cordobés y La Pampa, limitan las chances de recuperar el nivel de siembra del año pasado.

“El agua y la posibilidad de tener ingresos en diciembre entusiasman, pero en el oeste aún faltan muchos milímetros. También está la cuestión de si el productor puede afrontar la inversión necesaria para alcanzar un potencial de rinde de 45 a 50 quintales por hectárea, considerando los actuales márgenes y que sale de la peor cosecha gruesa de los últimos 25 años”, advirtió la BCR.

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