Es una de las consecuencias que la sequía produjo en la actividad ganadera bovina. Esta causa más la convergencia de diversos factores relacionados a ese fenómeno climático y el contexto macroeconómico crearon un escenario complejo para el sector ganadero.
Al respecto, Raúl Milano, director ejecutivo del Rosgan, describió el escenario como “una especie de tormenta perfecta”. En diálogo con Expoagro, en el marco de la Exposición Nacional de Razas, que se realiza en Corrientes, explicó que la sequía causó problemas, incluyendo mortandad y retrasos en la preñez de las vacas, lo que resultará en “un millón menos de terneras y terneros el próximo año”.
Y agregó: “Hubo una caída en los precios de la invernada del 40% en términos reales en comparación con el año anterior”. Para Milano, la combinación de estos factores crea una situación complicada en la actividad ganadera vacuna, agravada por la incertidumbre de un año electoral.
Aún peor. “Por efecto de la sequía, hubo mortandad y un retraso en las preñeces de las vacas, que no llegaron en una buena condición corporal. El año que viene va a haber fácilmente un millón menos de terneras y terneros, lo cual representa una cifra importante. Por lo intensa que fue la sequía, podría ser aún peor”, reconoció.
Ese volumen, detalló, equivale al 10% de los nacimientos anuales. “Es un dato importante que se va a sentir. No es bueno tener un millón menos de animales. Quiere decir que vamos a estar rondando entre los 13 y 13,2 millones” (de terneros), indicó.
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Consultado sobre cómo puede afectar esta situación, precisó: “Este año fue importante desde el punto de vista de las pariciones, estamos en casi 14 millones y medio de terneros y terneras. La ganadería implica un ciclo de tres años, entre que se preña la vaca, pasan los nueve meses de embarazo, después se vende como invernada y luego se vende como gordo. Nadie sabe qué es lo que va a pasar dentro de tres años en la Argentina”, afirmó.
Sin invernada. Por otro lado, a la caída en la preñez se sumó a que “hubo una salida temprana de hacienda, con animales más livianos. Hay muchos problemas con la recría, y no va a haber suficiente pasto. Además, se observa que el valor adicional que solía proporcionar la invernada tradicional hoy casi no está, debido a la falta de pasto, y se recurre a los feedlots”, explicó.
“Todo esto armó una especie de tormenta perfecta y, a pesar de esto, la cadena sigue funcionando, el productor sigue apostando”, destacó.
Milano también se refirió a la situación económica: “Los precios de la invernada en términos reales están un 40% más baratos en comparación con el año anterior, a pesar de la alta tasa de inflación que supera el 100%. Esto demuestra cómo todos estos factores han creado una situación complicada”.
Entusiasmo. Si bien describió un panorama complejo, se mostró optimista: “Cuando venimos a una exposición (Nacional de Razas, en Corrientes) como esta y vemos la genética y la forma cómo trabajan los cabañeros, nos da un entusiasmo, porque se ve que la Argentina sigue funcionando a pesar de todo”.