Así surge del informe Latin Focus Consensus Forecast de mayo, elaborado por la consultora Latinfocus, que proyecta un tipo de cambio oficial al alza y una caída de la economía, entre otros indicadores negativos. El trabajo reúne el pronóstico de más de 50 bancos y consultoras económicas, locales y extranjeras.
Y señala que “la Argentina tendrá el peor desempeño en la región este año. El PBI caerá en medio de una inflación galopante, un peso en caída libre, ahorros menguantes y altísimas tasas de interés. Vientos en contra globales y una dolorosa sequía empeorarán las cosas, como la notable incertidumbre en el período previo a las elecciones generales de octubre. Los riesgos extremadamente altos de impago de la deuda empañan aún más las perspectivas”, agrega.
Recesión. En este sombrío pronóstico, el promedio de los consultados estima que el PBI se contraerá 2,4% en 2023 y, en 2024, habría un muy módico crecimiento -que no llegaría a ser una recuperación- de apenas 0,4%. Sin embargo, las perspectivas para el nivel de actividad de este año son peores si se toma el pronóstico de algunas consultoras, como C&T Asesores Económicos, que pronostica una caída del 4,8%.
María Castiglioni, directora de esa consultora señaló: “Hay un efecto a raíz de la sequía. Una caída de la producción de maíz, soja y también el efecto indirecto en rubros de actividad conexos, como la industria alimenticia, transporte, comercio y actividad en el interior del país. Esto sumado a un arranque de año complicado por el arrastre que dejó el año pasado”, precisó.
Salarios atrasados. En tanto, para LCG el PBI caerá 3,7% porque por la sequía y los precios más bajos de commodities habría US$20.000 M menos de exportaciones. “Esto impacta en la posibilidad de importar bienes finales e intermedios (insumos), por lo que esperamos que la industria se resienta este año. Eso arrastra también al sector de logística y transporte y, desde el lado de la oferta, con salarios que se vienen atrasando demasiado rápido, esperamos que el consumo pierda impulso, a contramano de lo que sucedió el año pasado”, sostuvo Matías de Luca, economista de LCG.
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Respecto de la inflación, el informe dice que está proyectado que sea notablemente más alta que en 2022, en medio de una depreciación del peso y el financiamiento monetario del déficit fiscal. “Los precios volátiles de la energía y la generosidad fiscal antes de las elecciones de octubre son riesgos clave. Los panelistas de Focus Economics (otra de las consultoras participantes en el reporte) ven un aumento de los precios al consumidor del 108,4% en promedio en 2023, y del 112,7% en 2024″, apunta el reporte.
Más inflación. Por su parte, C&T Asesores proyecta un 140% de inflación anual para 2023. En este sentido, Castigloni agregó que es la variable más inestable. “Se ha dado una combinación de inflación acelerándose más que en el escenario de no disrupción (no devaluación) y eso afecta expectativas de inflación a futuro, más allá de los valores reales de emisión del Gobierno de forma directa e indirecta. Tenés un déficit fiscal por encima de lo esperado y eso es muy inflacionario en una economía cerrada, con cepo y trabas”, detalló. También apuntó que “la inflación puede ser más alta todavía” y que en diciembre va a haber un efecto inflacionario “por la apertura del cepo”.
Por su parte, de Luca, de LCG, dijo que, si bien esa consultora informó una proyección de inflación del 129% para el LatinFocus, con el dato de abril y viendo cómo viene la dinámica, la subieron a 135%.
¿Dos dígitos? Respecto de los próximos datos mensuales de inflación, Castiglioni dijo que puede ocurrir que alguno dé con doble dígito, si hay “una disparada financiera”. “En mayo, los precios están arriba de 9% y ya hay rubros a dos dígitos. Obviamente puede pasar. Estas tasas tan altas son súper inestables, la situación es delicada y las medidas que anunció el Gobierno no van en el camino de calmar esas expectativas”, consideró.
Finalmente, el informe dice que el peso argentino debería perder más terreno hacia delante “en medio de un prolongado financiamiento monetario del déficit fiscal”. La estimación es que el tipo de cambio oficial mayorista cerrará el año a $391 y a $791 en 2024.
¿Devaluación? Al respecto, de Luca dijo que de momento ven una aceleración del “crawling peg” (minidevaluaciones del tipo de cambio oficial) como para intentar recomponer muy levemente parte del atraso de los últimos meses, lo cual también es el escenario base de C&T Asesores Económicos, si bien Castiglioni no descarta un salto devaluatorio antes de diciembre.
“El escenario para el dólar oficial es de un “crawling” más acelerado, pero hay riesgos no menores de que el Gobierno vaya por otro camino si no le queda otra. Hoy devaluar sin un plan no te trae ningún beneficio. Con el cambio de gobierno sí habría cambios en el esquema cambiario y eso impactaría en el precio del dólar oficial en diciembre, enero y febrero, meses en los cuales habría una reducción de la brecha cambiaria”, concluyó.