El Banco Central de la República Argentina (BCRA) cerró la peor semana con pérdida de reservas por intervenciones sobre el mercado cambiario oficial dese agosto pasado. Ayer viernes sacrificó US$139 M, acumuló ventas por unos US$554 M en la semana, solo para satisfacer la demanda impostergable, de pagos de deuda, de importaciones o de aquellas que se habían pactado meses atrás y cuya cancelación final fue reprogramada por las SIRA. Desde que comenzó el año, la pérdida de reserva es de casi US$2000 M.
Es el peor saldo desde la primera semana de agosto pasado, cuando se desprendió de unos US$690 M), lo que motivó la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, porque el BCRA se estaba quedando sin reservas, algo que -en su momento- evitó que “nos vayamos en helicóptero”, tal como confesó días atrás el intendente kirchnerista de Avellaneda (y exministro de Vivienda de Alberto Fernández) Jorge Ferraresi.
Ese precedente, que derivó pocos días después días más tarde en la instrumentación del primer “dólar soja”, que rigió durante septiembre de 2022, es muy tenido en cuenta por el mercado por estas horas.
Sucede que los operadores creen que el Gobierno deberá hacer algo para frenar este nivel de sangría, y una de las opciones bien puede ser un nuevo plan de estímulo vía precio a las exportaciones de la oleaginosa. Si el mercado espera nuevas definiciones es porque sabe que la gravedad de la sequía y un acuerdo con el FMI que, tras un año de ingresos netos, ahora obligará a hacer pagos netos, no sería soportado por el Central.
Al respecto, el economista Daniel Marx, director de la consultora Quantum Finanzas, explicó en un informe: “Para contrarrestar esos efectos, el Gobierno podría impulsar mayores restricciones al pago de importaciones y, eventualmente, algunas de ellas se tendrían que pagar accediendo a dólares, a través de operaciones de contado con liquidación (con impactos sobre inflación y brecha cambiaria) y generar incentivos puntuales y transitorios para fomentar la liquidación de exportaciones a través de tipos de cambio diferenciales (ej, “US$ Malbec”). De cualquier manera, dependerá de la propensión de los exportadores a liquidar divisas”, advirtió.
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Presión. El escenario es complejo y no exento de situaciones de presión en los mercados cambiarios y de mayores restricciones de acceso a la compra de dólares en el mercado oficial. No se trata sólo de no poder cumplir con la meta trimestral pactada con el FMI, “Se trata de un nivel de faltante que podría obligar al Banco Central a recurrir a depósitos de Sedesa o incluso a oxigenarse con los encajes (como en algún trance de este tipo había hecho), lo que no resultaría saludable en medio de una posible corrida global contra los bancos”, señaló un experimentado ejecutivo bancario citado por el diario La Nación.
La nueva y fuerte venta oficial llegó en una jornada en la que se operaron de contado unos US$357,4 M, equivalentes al 38,8% de las divisas operadas en la jornada. Es un porcentaje también máximo en más de un semestre, lo que muestra que la aceleración aplicada por el BCRA al ritmo de ajuste en el tipo de cambio oficial (que vuelve a deslizarse por sobre el 6% mensual) no sirvió de estímulo a la oferta privada de divisas.
En este sentido, la entidad validó hoy un aumento de $0,40 para el dólar mayorista vendedor que cerró a $203,34 con lo que registró un incremento de “$2,61en la semana que acaba de finalizar”, que estuvo por encima del alza de $2,45 que había anotado en la semana anterior, pero muy en línea con la de $2,60 registrada en la semana previa, comentó el analista y operador Gustavo Quintana, de PR Cambios al mismo medio.