Arauco Argentina, la empresa foresto industrial más grande del país, que da trabajo a más de 4.000 personas en sus 7 plantas de la Argentina, interrumpió su producción por la falta de insumos básicos que no se producen localmente.
La ex Alto Paraná, en su planta de Misiones, desarrolla productos forestales renovables para la industria del papel, la construcción, el embalaje, la mueblería y la energía. Es por eso que la falta de insumos para producir estos productos podría ocasionar problemas de abastecimiento de artículos de primera necesidad, además de poner en riesgo miles de puestos de trabajo de toda la cadena de valor foresto industrial, maderera y papelera.
Entre los productos que podrían faltar, si continúa la imposibilidad para importar esos insumos, se encuentran artículos relacionados con la salud y la higiene personal como pañales, papel higiénico y toallas absorbentes, así como otros vinculados con la industria del embalaje y de la madera, como papel y muebles.
Empleos en riesgo. Según datos de la Cámara Argentina de la Industria de la Madera (Caima), los productores de tableros atraviesan una situación crítica, que pone en riesgo un sector integrado por 2.000 pymes, que generan 60.000 puestos de trabajo.
La planta industrial de celulosa de Arauco, ubicada en Puerto Esperanza, Misiones, tiene capacidad para producir de 350.000 t anuales de pasta de celulosa kraft y fluff, y consume aproximadamente 1,9 M de t de madera por año.
Es, además, una de las fábricas del rubro más antiguas del país y, desde que Arauco se la comprara al banco Citi en los años ’90, realiza inversiones para avanzar hacia las mejores tecnologías disponibles, de manera de mitigar la contaminación ambiental y alcanzar una mayor productividad.
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Poca fluidez. Pablo Ruival, CEO de Arauco Argentina, hace menos de 2 meses, en una entrevista periodística, sostuvo que el mercado de cambio era la principal dificultad para obtener los insumos importados y que, si bien habían podido acceder a divisas, en lo referido a inversiones, no tenían la fluidez que deseaban.
A su vez, en la misma entrevista, Ruival había anunciado una inversión de u$s 3.000 M para crear, en 2028, una nueva planta en Mato Grosso do Sul, en Brasil, que dará empleo a 12.000 personas durante su construcción y creará otros 1.800 empleos permanentes cuando esté operativa. El proyecto iniciaría sus obras en 2025, luego de que se aprobara la licencia ambiental, la evaluación de oferta de madera y la confirmación de la inversión por parte del directorio de la empresa.
Al ser consultado por los principales inconvenientes que encuentra la actividad forestal en el país, Ruival se refirió principalmente a la seguridad jurídica y explicó: “Cuando uno invierte en una planta de celulosa, coloca aproximadamente u$s 2000 millones. Tres cuartos de la inversión son para la industria pesada. El cuarto restante es la tierra que se habilita para abastecer a un porcentaje importante de la planta. Uno no puede hundir dólares en una planta y después no tener asegurado el abastecimiento. Se podría trabajar en base a contratos, pero sabemos que Argentina tiene cierta inseguridad en su cumplimiento. En estas condiciones se hace difícil atraer capitales extranjeros, aunque nosotros seguimos apostando a la Argentina”, señaló.