Dólar: mientras el Central acelera la tasa de devaluación mensual, el mercado vaticina inevitable un salto mayor

Con un Banco Central de la República Argentina (BCRA) que aceleró el ritmo devaluatorio en torno al 6% mensual y 76% nominal anual (TNA), aún así, sigue siendo menor que la evolución de la inflación, razón por la cual el mercado espera decisiones cambiarias en el corto plazo.

El mercado proyecta un salto devaluatorio discreto, sin embargo, los analistas consideran que el Gobierno evitará hacerlo de todas formas. El BCRA vuelve a llevar el “crawling peg” (devaluación semanal controlada del dólar oficial) a su mayor valor desde septiembre, con lo cual la brecha cambiaria ha vuelto a caer.

Actualmente, el promedio de devaluación diaria de 5 días saltó al 76,3% (TNA), cerca de sus máximos de casi 80% (TNA) alcanzados en septiembre, cuando regía el “dólar soja”.

Brecha intocable. El hecho de que el dólar contado con liquidación (CCL) se mantenga dentro de un proceso lateral, hizo que nuevamente la brecha pueda volver a comprimirse desde niveles de casi 120% de mediados de septiembre hasta el 107% actual.

No obstante, por ahora no se evidencia que la brecha pueda comprimirse de arriba hacia abajo, ya que para eso se requiere una mayor confianza por parte de los inversores que permita que se desprendan de los dólares y apuestan al peso, haciendo bajar al CCL.

Julio Calcagnino, analista de mercados de TSA Bursátil, del Grupo Transatlántica, remarcó que se ha producido un leve aumento en el ritmo devaluatorio. “Cuando miramos la variación en términos de TNA, verificamos un +74,9%, una cifra no muy diferente al +72,7% promedio anual diario observado durante septiembre”, precisó.

También consideró que el equilibrio del tipo de cambio se ubica en niveles superiores a los actuales. “Considerando la inflación esperada para octubre, noviembre y diciembre del último REM (relevamiento de expectativas del mercado) y la inflación esperada por el FMI para los socios comerciales, el tipo de cambio nominal debería cerrar el año en la zona de $201,3 para converger hacia fin de año hacia un ITCRM (índice que contempla las variaciones de los tipos de cambio reales bilaterales de Argentina con sus principales socios comerciales ponderadas por su participación en los flujos de comercio de manufacturas) similar al de finales de 2021, el cual es una suerte de meta indicativa que se desprende del acuerdo con el FMI”, comentó.

La devaluación del oficial actual es la más alta del año. Incluso, el BCRA aplicó en el mes de septiembre el mayor ritmo devaluatorio desde agosto de 2019 ya que dejó correr al dólar oficial al 6,2%, cuando en los primeros meses del año, la devaluación del oficial mensual rondaba el 2,2%.

¿Más devaluación? Para los próximos meses, hay expectativas de que el BCRA pise el acelerador hacia un ritmo devaluatorio mayor, proyectando un verano caliente. Es una época del año estacionalmente adversa para acumular reservas, combinado con un periodo de elevada demanda por el turismo, lo cual presupone una tensión cambiaria aún mayor y la probable toma de decisiones cambiarias inminentes, por parte del Gobierno.


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La historia reciente muestra que los últimos meses del año tienden a ser difíciles para las arcas del BCRA, que en promedio vendió u$s500 M entre noviembre y diciembre de 2021.

Por su parte, Agustín González Capdevila, analista de investigación del Grupo IEB, detalló que el último trimestre del año, este año puede presentar mayor complejidad debido al adelantamiento en la liquidación por el “dólar soja” y al débil nivel de reservas actuales.

“La voluntad del gobierno es claramente evitar a toda costa un salto discreto en la devaluación del tipo de cambio, ya que una de sus consecuencias, en las actuales condiciones macro, impactaría en una aceleración de la inflación, redundando en mayor pobreza y, de esta manera, produciendo un deterioro en la imagen política del oficialismo estando a las puertas del 2023, año electoral”, explicó.

Monitoreo. No obstante, González Capdevila advirtió que, si bien no es su voluntad del Gobierno convalidar una devaluación discreta, el mercado puede llevarlo a una situación en donde esta sea la única solución. “No vemos un salto discreto en los próximos meses, pero es algo a monitorear regularmente. En cuanto a una aceleración del ritmo de devaluación se podría plantear que es difícil ver una reducción drástica. Por el contrario, están dadas las condiciones para una potencial aceleración, ya que es probable que la inflación continúe en niveles altos y la autoridad monetaria plantee incrementos en las tasas”, dijo.

El actual ritmo devaluatorio coincide con una devaluación que, en términos de tasa efectiva mensual, se ubica apenas por encima del 6%, contra una expectativa devaluatoria implícita en la curva de dólar futuro que se encuentra en niveles de 8%.

Adrián Yarde Buller, economista jefe y estratega de Facimex Valores, proyecta que el gobierno seguirá concentrando sus esfuerzos en evitar un salto devaluatorio, en un contexto que muestra indicadores de confianza deprimidos.

“Continuará el ‘crawling peg’ (asegurando una inflación piso de 6% mensual) combinado con esquemas de incentivos para sectores específicos, mayores controles sobre las importaciones y cambios de la forma en que se efectúan los pagos con tarjeta en el exterior”, sostuvo.

Caerán las reservas. Además, agregó que esto no alcanzará para evitar que en octubre el Central vuelva a vender divisas. “Es probable que el equipo económico se apoye sobre el financiamiento que aportarán los organismos internacionales para amortiguar el impacto en reservas”, dijo.

Por su parte, González Capdevila advirtió que el ritmo de devaluación se ha acelerado desde principios de septiembre hasta el actual 7% mensual, lo que representa máximos para este año. Hacia adelante, remarcó que la situación cambiaria se definirá por la capacidad que tenga el Central de mantener y, en el mejor de los casos, acumular reservas.

“Queda claro que en cuanto muestre dificultades para esto, se necesitarían medidas más duras. Por el momento, el gobierno ha optado por instrumentar la oferta de tipos de cambio: incremento del dólar tarjeta, nuevo dólar “Coldplay”, etcétera”, explicó el economista.

Atraso cambiario. El Banco Central viene devaluando a un ritmo mensual menor que la inflación, lo cual provoca un atraso cambiario, haciendo que la Argentina pierda competitividad. Actualmente, el de tipo cambio real multilateral se ubica en su menor nivel desde 2017. Incluso, si se toma el tipo de cambio real multilateral con Brasil, está en su menor nivel desde 2015.

En tanto, Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, detalló que su escenario base no contempla una devaluación de salto de corto plazo. Sin embargo, advirtió que, en 2023, un tipo de cambio real más apreciado que el actual podría implicar menores liquidaciones y presión sobre las cuentas externas, ante pagos de importaciones energéticas que estimamos seguirán pesando ese año.

En definitiva, Franco advirtió que la actual situación macroeconómica obligará al Gobierno a tomar decisiones desde el lado cambiario. “En septiembre, el BCRA volvió a acelerar la tasa de devaluación. De todos modos, los futuros descuentan un sendero aún más acelerado hacia adelante. Creemos que más temprano que tarde deberá darse un giro en la política cambiaria, algo también sugerido por el FMI en su último comunicado”, sostuvo.

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