El Gobierno admitió que habrá más controles sobre el comercio exterior

La falta de dólares en el Banco Central preocupa al Gobierno. Tras conocerse la inflación de mayo y proyectando ya el segundo semestre, el equipo económico sabe tanto que las expectativas de devaluación apuntalan la inercia en los precios, como que, sin divisas, no hay crecimiento sostenible.

En tal sentido, no fue casual que, tras conocerse la peor suba de precios (5,1%) para un mes mayo, desde 1990, y en un contexto en el que -aunque se registra a la suba récord de las commodities como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania- el Central no puede acumular dólares, el ministro de Economía, Martin Guzmán; el presidente de la entidad monetaria, Miguel Pesce, y el nuevo ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, se reunieran en el Ministerio de Economía.

Voceros de esa cartera citados por el diario La Nación explicaron que el encuentro fue para “coordinar políticas macroeconómicas y productivas” que “apuntan a la continuidad del crecimiento económico y a fortalecer la macro”. Tras ese encuentro, Scioli y Guzmán extendieron la charla a solas.

Según la mirada de Guzmán, pese a seguir en niveles elevados, la desaceleración mensual de la inflación es una buena noticia, tal lo que comentó en la reunión de Gabinete de ayer. Luego anticipó a sus colegas que, en su equipo, están pensando aplicar medidas para frenar el drenaje de dólares. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, difundió lo dicho por Guzmán en conferencia de prensa, en declaraciones que fueron calificadas como “mala praxis”, en un ministerio, citado por el mismo medio.

“Confesión”. Manzur fue más que explícito: “El ministro (por Guzmán, de Economía) está trabajando, bajo la indicación del Presidente, en determinadas acciones que se van a tomar seguramente en los próximos días; él las va a formalizar ante la prensa”, dijo el jefe de Gabinete, quien agregó: “Vamos a priorizar el crecimiento, vamos a priorizar el trabajo, la inclusión, el desarrollo, en el marco de un país muy federal”.

Tras la “confesión” de Manzur, ante la consulta periodística, sus voceros no tenían detalles de cuáles serían las medidas ideadas por Guzmán y difundidas por su jefe. Desde ese momento comenzó una nueva comedia de enredos en el Gobierno, en la que todos buscaban evitar el costo político de los dichos de Manzur.

En los pasillos del Ministerio de Economía reconocieron al mismo medio que están trabajando en medidas vinculadas al comercio exterior, particularmente, en limitar importaciones “especulativas”. Así se denominan las operaciones de empresas o sectores que se sobre estoquean, en medio de expectativas de devaluación -generadas por el propio Gobierno- aprovechando el dólar oficial “subsidiado”, para luego vender esos productos al mercado interno a precios que se acercan más a un tipo de cambio intermedio (entre el oficial y el blue).


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Pasando la pelota. Desde el entorno de Guzmán sugirieron que era probable que las novedades de nuevas restricciones al comercio exterior se originaran en el Banco Central. También dijeron que no hay plazos claros para anunciar esas medidas. Y descartaron que sea un “supercepo” y que haya limitaciones a las compras con tarjeta en el exterior, más allá de la eliminación de las cuotas para adquirir pasajes y estadías en el exterior, que rige hace varios meses.

En tanto, en el mercado se espera que la entidad monetaria que dirige Miguel Pesce, tras el dato de inflación, defina una nueva suba de tasas, quizás menor a las previamente decididas. El Central negó también un “supercepo”. En cambio, recomendaron preguntar en el Ministerio de Desarrollo Productivo, encargado de administrar el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) -las licencias de importación-, que anunciaría las eventuales nuevas medidas vinculadas a las restricciones al comercio exterior. Sin embargo, en los pasillos de la autoridad monetaria, cuentan que las compras al exterior siguen batiendo récords mensuales. En mayo las importaciones alcanzaron un monto histórico: fueron más de US$7.800 M.

En tanto, Daniel Scioli, quien asumió como ministro de Desarrollo Productivo, mantendrá el equipo que trabajaba con su predecesor, Matías Kulfas. Entre quienes conducen el comercio exterior en ese ministerio, sostienen que “no hay ninguna medida respecto de la administración del comercio por anunciar”.

No obstante, sí admiten que el incremento de las importaciones en los últimos meses lo explican las licencias automáticas, que crecen al doble de las no automáticas. “Las automáticas crecen más de lo normal, porque con la normativa vigente del Banco Central todos los estímulos están dados para adelantar todas las importaciones que puedas, y es lo que ocurrió”, dijeron apuntando a Miguel Pesce, según consigna La Nación.

Siempre según datos que surgen desde el ministerio de Desarrollo Productivo, entre los crecimientos de importaciones por licencias automáticas se destacan los combustibles, bienes de capital, químicos y farmacéuticos.

En tanto, entre aquellos con licencias no automáticas, están las autopartes. Justamente semanas atrás el sector automotriz se quejó por carta al Central, ante de la imposibilidad de importar insumos. Para paliar la situación, se llegó a un acuerdo por el que las terminales prestan sus dólares a los autopartistas para no frenar la producción de sus plantas.

“Administración responsable”. En este contexto, el flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, descartó cualquier profundización de las restricciones al comercio exterior: “Vamos a fijar prioridades que tienen que ver con la energía y con insumos para la producción”, dijo a poco de asumir su cargo en la Casa Rosada. “Tengo mucha experiencia, conozco a todos los actores del sector y quiero traer tranquilidad de que habrá previsibilidad, porque muchas veces se instalan incertidumbres sobre cuestiones como la disponibilidad de reservas y hoy la Argentina está por encima de los US$7.000 millones mensuales de importaciones. No hay ningún tipo de cepo o de ‘supercepo’, lo que hay es una administración responsable”, sostuvo.

En la jornada del miércoles el Banco Central tuvo que vender US$140 M de sus reservas internacionales, la mayor en lo que va de junio, en medio de un contexto de incertidumbre, que puso a los dólares alternativos en otro nivel y que genera dudas con la deuda pública en pesos ajustada por inflación. El contexto es de desconfianza, pese a que la soja sigue aún en niveles récord y a que, como precisó el economista Fernando Marull, el agro, en 2022, exportará casi U$S20.000 M más que en 2020.

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