Fue en el 2° Encuentro Nacional de Intercambio Técnico con la Economía Popular planteado, según sus organizadores, para “intercambiar experiencias e ideas que posibiliten soluciones concretas tendientes a mejorar las condiciones de las y los trabajadores de la economía popular”.
El empresario agropecuario, fundador y titular del Grupo Los Grobo, una de las empresas agrícolas más importantes de la Argentina, y el dirigente social del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (ETEP) hablaron sobre la economía popular, la soja, la productividad, el campo y si el objetivo final es el dinero o la felicidad.
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Dijo Grabois
- “Hace seis, siete años escribí un libro que se llama La clase peligrosa, en el que uno de los malos era Grobocopatel. No era él, era un símbolo porque no lo conocía… Nunca entendí muy bien qué es lo que hace. Aunque él tampoco sabe muy bien lo que hacemos nosotros”.
- “En realidad sé que sé muy poco… Sé que, en la Argentina, en los últimos 10 años, se desmontaron aproximadamente 2 millones y medio de hectáreas de bosques nativos”.
- “Cuando yo escribí el libro, hablé de la zona de Santiago del Estero. Toda esa muerte, ese desmonte, la contaminación por glifosato era Grobocopatel”.
- “Después, nos conocimos (con Grobocopatel) y me cayó un poco mejor. Estamos de acuerdo en un par de cosas. En otras no. En lo que no estamos de acuerdo es en lo que es productividad. Para mí, la cosa menos productiva del mundo es la soja. ¡Si hay algo que no es productivo es la soja!”.
- “La gente que se dedica a este negocio (la soja) no sabe sumar y restar. Son muy malos a nivel científico. Es religiosa. Pero de una religión que tiene pocos años… No tienen mi religión, que soy cristiano. Esta es una religión que cree en el dinero y el Excel”.
- “Medimos la productividad en relación a la rentabilidad, en términos de dinero. Es una mala medida. Es equivocado. Hay que medirla de otra forma. Con cuántos seres humanos son más felices, por ejemplo…”.
- “Tenemos que construir una nueva forma de vivir. No una competencia contra la locomotora suicida de la economía capitalista”.
- “Vengo escuchando últimamente eso de pasar de un plan a un trabajo genuino… Cuando se habla de trabajo genuino, capaz que se habla de una mujer soltera, ejecutiva en un banco, que gana 90 lucas y es maltratada por el jefe. Y que ayer me mandó un mensaje para irse a trabajar a una cooperativa”, afirmó.
- “Grobocopatel no es el señor malo de mi libro. Es un símbolo. El Grobocopatel actual, real nos va a ayudar a hacer algo muy importante. Que no se las puedo contar. Y que tiene que ver con los pequeños productores arrendatarios de las zonas estratégicas del país”, adelantó.
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Respondió Grobocopatel
- “En muchas cosas coincido con Juan. La primera es lo del desmonte y los impactos que tienen. Para eso, uno no puede hacer las cosas como viene el viento, sino tiene que basarse en el rol del Estado y cumplir lo que se dice. Si hay zonas que no se pueden desmontar, no hay que hacerlo. El Estado debe controlarlo”.
- El empresario dijo que viene trabajando en proyectos de este tipo, y que nunca dejó de trabajar tratando de colaborar para que las comunidades originarias se inserten. “El fin de esas comunidades es ser feliz. No son como nosotros los capitalistas”.
- “¿Qué es la productividad? Es lograr más con menos. Y eso puede dar felicidad. Por eso, coincido también con Juan en eso: en la búsqueda de un modelo que dé felicidad”.
- “Felicidad también implica libertad, autonomía, hacer algo por sí mismo, de ser solidario… Felicidad puede ser muchas cosas”.
- Sobre el concepto de “productividad”: dijo que también es un “acto de amor” y genera un “vínculo virtuoso” entre las personas. “Por ejemplo, que el Estado te atienda y te dé soluciones, es productivo. Y eso te hace feliz”.
- Aclaró que la productividad no solo depende del talento de aquellos que trabajan sino también del “ambiente” en el que se dan. “Si estás expuesto continuamente a cortes de tránsito, habrá menos productividad. No estoy en contra de que se hagan reclamos… Pero hay que buscar ejes que ordenen ese problema. Eso atenta contra la productividad”.
- Sostuvo que cuando se analiza la economía popular “cuesta ver al cliente” y “cuesta ver hacia dónde va”.
- “Puede ser que para mucha gente (en) cobrar más haya un incentivo, pero también podría haber un incentivo ideológico. Pero, desde mi punto de vista humilde, para mí el objetivo es difuso. Entiendo que la gente sea más feliz, pero en muchos casos, lo que quieren demostrar es que su idea era la correcta”.
- “La economía popular tiene una gran oportunidad en este mundo turbulento que cambia. Puede ser una oportunidad para la gente que no tiene nada para defender. Puede ser un salto hacia adelante, integrados a la tecnología, con la idea de la felicidad y el propósito colectivo, pero en el siglo XXI. Es parte de mi agenda oculta”.
- Finalmente, Grobocopatel dijo que quiere trabajar en una integración entre los agronegocios sojeros con la agricultura familiar. “Puede ser una asociación virtuosa. La producción en general es algo que le ha hecho bien a la Argentina”.