La producción yerbatera es otra de las afectadas por los incendios devastadores que sufre la provincia de Corrientes. De acuerdo a datos preliminares de la Sociedad Rural Argentina (SRA), hay 60.000 hectáreas plantadas de yerba mate en Corrientes. En esta producción, dice el documento, se cuentan las pérdidas por los daños directos, calculados en $3.200 M, así como también, por el costo de reposición de del material vegetal, estimados en más de $480 M.
Orlando Stvass, productor yerbatero y tesorero de Coninagro, en declaraciones al programa AgroLink Radio de Radio Colonia AM 550, contó la dramática situación que atraviesan los productores, y adelantó que los incendios tendrán fuertes consecuencias sobre la producción y el consumo de yerba, desde 2023.
“Realmente estamos pasando un momento muy triste sobre el cual no tenemos antecedentes ya que se están muriendo todas las plantaciones jóvenes de yerba, de menos de 10 años”, relató el productor, sobre lo que sucede en el nordeste correntino y el sur de Misiones.
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Con una sequía que castiga la zona desde mediados de noviembre, se puso en riesgo a todos los renovales que se venían plantando, para cambiar yerbatales de 40 a 50 años de antigüedad.
Así siguen combatiendo el fuego los productores en Corrientes pic.twitter.com/ZKNU4oDNUd
— Nicolás Pino (@NicolasPinoSRA) February 15, 2022
“Esto que está pasando en Corrientes es muy grave para los productores de yerba porque, en su mayoría, son pequeños que no superan las 60 ha de producción. Con temperaturas de más de 30° y casi una constante de 35% de humedad relativa, sin lluvias, es imposible que no se mueran plantas jóvenes”, comentó Stvass.
En función del panorama que se está configurando, el también directivo de Coninagro dijo que, “dentro de todo, la producción y el volumen de yerba mate 2022 está asegurada. Sin embargo, el problema será el 2023, cuando faltará materia prima y consecuentemente ocurrirá un aumento de los precios”.
El productor agregó que además de faltar kilos de yerba, el año próximo faltará mucho trabajo porque el 90% de la cosecha se hace de forma manual, que ofrece empleo seguro por 9 meses a los tareferos.
A los daños en materia productiva, Stvass agregó que se perdió una importante flora y fauna, así como también hay una altísima contaminación ambiental.