Aspectos básicos a tener en cuenta en las pulverizaciones de cítricos con máquinas turbo pulverizadoras

El alto costo de los insumos, la necesidad de una producción con menor cantidad de residuos en frutas, el cuidado del ambiente y de los organismos benéficos, hacen que las pulverizaciones realizadas en el cultivo, para prevenir o controlar las enfermedades o plagas, cada día adquieran un rol más importante. En esta efectividad influyen una serie de factores, tales como el momento apropiado, el nivel de inoculo o población de la plaga, la fenología del cultivo, las condiciones ambientales (entre las que se destacan el viento, la humedad ambiente, las precipitaciones y la temperatura), el producto utilizado, la dosis, la cantidad y calidad del agua utilizada, la velocidad de desplazamiento de la máquina, los picos utilizados, el volumen de aire desplazado por la turbina y la presión de trabajo. El presente trabajo no pretende ser un manual tendiente a la utilización adecuada de una maquina o de los aspectos a tener en cuenta para una buena pulverización, sino más bien un recordatorio de la serie de factores que influyen o forman parte en una aplicación, y que pueden definir la efectividad de la misma.

La necesidad de pulverizar o no

Tal vez sea el primer punto a considerar. El monitoreo periódico, programado y que cubra al menos el 10 % de las plantas del lote es fundamental para determinar la necesidad o no de la aplicación en todo el lote o solo de focos localizados. Es importante considerar la interacción entre Enfermedad/Plaga – Susceptibilidad del cultivo – Condiciones ambientes predisponentes, comúnmente denominado el triángulo de la enfermedad/plaga. Se tiene que dar la interacción de estos tres factores para que la plaga/enfermedad prospere. Si no existe inoculo de la enfermedad o presencia de la plaga en el lote, no se producirán infecciones aunque las condiciones ambientales sean las apropiadas y el cultivo (fruta/follaje) este susceptible, de la misma manera si existiera el inoculo, tejido susceptible pero no se dan las condiciones ambientales apropiadas la infección no prosperará o el grado de infección será menor (ocurre con la cancrosis en condiciones de falta de lluvias).

La velocidad de desplazamiento de la máquina

Está ligada por un lado a la necesidad de cubrir el vegetal que se desee, y a la máquina o tractor que se dispone para la aplicación. Como regla general a menor velocidad se logra un mejor mojado y cobertura del vegetal. Tratamientos para cochinillas, en donde se desee un mejor mojado de troncos y ramas, o de enfermedades como sarna o melanosis, para lo cual se debe cubrir muy bien el interior de la planta, deben realizarse con velocidades que estén entre los 18 y 24 metros por minuto. La cobertura externa del vegetal, como los tratamientos realizados para cancrosis o minador, pueden ser realizados con velocidades que pueden llegar hasta los 40 o 45 metros por minuto. En las maquinas con motor propio, el número de revoluciones del motor del tractor es independiente de la velocidad, en cambio en las máquinas de arrastre, accionadas por la toma de fuerza del tractor, existe muchas veces el problema que para llegar a las 540 revoluciones por minuto en la toma de fuerza, (recomendada por la mayoría de los fabricantes de máquinas para un buen funcionamiento de la bomba y de la turbina), el número de vueltas del motor es elevada y por lo tanto la velocidad de desplazamiento también, situación que se resuelve en los tractores modernos con la denominada “velocidad ultra lenta”.

La presión de trabajo de la maquina

Existe el concepto erróneo de que a mayor presión, se logra un mejor mojado de la planta. Esto no es tan así, ya que en las turbo pulverizadoras, la gota sufre una doble rotura, una realizada al pasar la gota por el complejo desparramador/pico, y otra por el flujo de aire impulsado por la turbina. Altas presiones, provocan que la gota salga con tanta velocidad por los picos, que el flujo de aire no es suficiente para romper la gota, lo que es fácilmente detectable ya que se provoca un chorreado en la planta, sin que la parte interna del vegetal sea cubierta. Presiones cercanas a las 150 libras por pulgada/cuadrada son adecuadas en la mayoría de las maquinas comúnmente utilizadas en los cítricos.

Los picos

Existen varios problemas que surgen al no tener en cuenta conceptos básicos relacionados a los picos, entre ellos, tal vez el principal es el no recordar que sufren desgastes y deterioros que provocan una distribución ineficiente del líquido. Todos los picos tienen un determinado número de horas de uso, luego de lo cual deben ser descartados, no solo porque entregan un mayor volumen, sino porque la distribución de la gota no es adecuada. Los picos de porcelana o con punta de porcelana en general duran más que los metálicos o los plásticos, aunque en su duración influye también, si el producto que se utiliza con mayor frecuencia en los tratamientos es polvo o líquido. Otro aspecto muy importante relacionado con los picos es el tamaño de la gota, la gota más grande tiene la posibilidad de viajar una mayor distancia, por lo cual los picos más grandes, tiene que estar en la parte media superior de la planta, para que alcancen las zonas más altas y distantes de la planta.

Los filtros

Cumplen la función de evitar tapar los picos, pero también lograr un buen funcionamiento de la bomba y del manómetro que controla la presión de la máquina. Es común que la maquina posea tres filtros, el primero de ellos en la boca del tanque, para filtrar las partículas más gruesas, el segundo antes de que el fluido ingrese a la bomba, y el tercero en los picos o en la manguera que lleva el líquido a los picos, comúnmente llamado filtro de línea. Como condición general, los filtros van de malla más gruesa a más fina, es decir los filtros de los picos deberían retener las impurezas más finas que pudieron pasar por los filtros anteriores. Los filtros deben limpiarse al comenzar la tarea del día, y en el caso particular de los filtros de los picos, su control debe ser permanente, siendo aconsejable limpiar al menos dos veces por día los mismos, a la mañana y al promediar la jornada, siempre con un cepillo o material no metálico (cepillo de fibra o plástico), para evitar la rotura del pico.

El volumen de aplicación

Es costumbre generalizada que los productos se calculan según su dilución en agua, estableciéndose litros o kilos por cada volumen de agua, así, si el tanque de la maquina posee 2000 litros de capacidad, se determina que se usarán una determinada cantidad de kilos o litros de producto comercial cada 2000 litros de agua. Sin embargo, existen una serie de factores que pueden determinar si esta dilución es la correcta o no. Es imprescindible determinar la cantidad de producto activo que se aplica por superficie de fruto o follaje, independiente del volumen de agua, la cual solo cumple la función de ser el vehículo que lleve el producto activo hasta el lugar donde debe estar. Generalmente a mayor volumen de agua, la dilución del producto comercial debería ser menor, mientras que a menor volumen de agua (menos litros de agua por planta), la concentración del producto comercial debería ir en aumento.

La calidad del agua utilizada

El agua es el vehículo que transporta los productos hacia el vegetal. La calidad de la misma es de fundamental importancia, desde la ausencia de impurezas, que pueden tapar filtros o picos, la presencia de sales que puedan reaccionar con los principios activos aplicados, la presencia de organismos en distintos grados de descomposición, hasta el PH de la misma. Este último factor es de vital importancia y pocas veces se tiene en cuenta. Este valor que va de 0 a 14, con un valor intermedio de 7, que marca un PH neutro, muchas veces determina la eficacia o no de las pulverizaciones realizadas. Es imprescindible conocer el PH en el cual trabaja mejor el producto utilizado (en algunos casos especificado en el marbete, otras veces no). Para la mayoría de los productos utilizados, es mejor un PH ligeramente acido, con valor aproximado a 6 en el componente agua-productos disueltos.

Las mezclas de productos y la dosificación adecuada

No todos los productos pueden mezclarse y los efectos adversos pueden ir desde la perdida de efectividad del principio activo, hasta reacciones químicas entre los productos que pueden ocasionar serios perjuicios sobre el vegetal o sobre la máquina, al tapar los filtros, picos o afectar otros componentes de las mismas. Siempre es conveniente realizar una mezcla previa de los productos, ajustando las cantidades a la concentración según el volumen de agua que se disponga, y observar la reacción entre los productos, antes de cualquier pulverización. El rotar de marcas comerciales, suponen serios riesgos, ya que los solventes entre una marca comercial y otra pueden variar, cambiando así la posibilidad de mezclar con otros productos ya conocidos. En cuanto a la dosificación, los mayores problemas están relacionados a la diferente concentración de los principios activos entre marcas comerciales, ya que puede haber diferencias entre ellos. Como regla general es mejor manejarse con los principios activos y con la concentración para evitar errores, para lo cual no solo los técnicos, sino también los productores y operarios deberían leer detenidamente el marbete de los productos antes de iniciar una aplicación.

Conclusiones

Habiendo tomado la decisión de realizar una pulverización, esta debe ser lo más efectiva posible. Sin embargo, en esta efectividad no solo se debe tener en cuenta la eficacia en el control de plaga o prevención de la enfermedad, sino también aspectos como el impacto al medio ambiente y a los insectos benéficos, el costo, el periodo de carencia y el cuidado de la salud de los operarios. Para ellos son varios los factores que se deben tener en cuenta, tales como el tipo de maquinaria utilizada, la presión, velocidad, principio activo, concentración, calidad del agua y el volumen de aplicación, entre otros factores.

 

Fuente: INTA por Andrés Ramirez

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