Aprovechamiento de pasturas en primavera

En el norte de la provincia de Buenos Aires, a partir de agosto, en la medida que las temperaturas medias comienzan a superar los 10°C, los días se alargan y si el suelo cuenta con suficiente humedad, las pasturas perennes y verdeos comienzan a experimentar una serie de cambios que se expresan en una aceleración de las tasas de crecimiento, cambios en la composición botánica y en el valor nutritivo. Lo anterior resulta en un progresivo aumento de su potencial productivo. A continuación, se presenta informción sobre pasturas perennes y pastizales adecuadamente nutridas y manejadas para evitar excesivas pérdidas por senescencias o retardos en el rebrote.

Cambios en la capacidad de carga de los recursos forrajeros perennes para distintas actividades de producción bovina.

Como se puede observar en el gráfico siguiente, entre agosto y octubre la capacidad de carga se incrementa 1,5 veces en cría y 0,6 veces en recría. En invernada, entre agosto y noviembre, el valor correspondiente es 1,1 veces. En términos absolutos la productividad entre agosto y noviembre representa el 58, 37 y 29 % del total anual para cría, recría y engorde, respectivamente.

Planteos técnicos del grafico

Cría: Número vientres/ha con un manejo reproductivo estándar que cuentan con 40 % de pastizal de condición buena a muy buena, 18 % de pastizal de condición regular a mala, 18 % de agropiro fertilizado y 24 % de festuca alta con leguminosas.

Recría: Número de terneros que ganan 680 g/día y que cuentan con una pastura de festuca alta de más de un año, fertilizada anualmente con 220 kg de urea.ha-1 o adecuadamente provista de leguminosas.

Invernada: Número de novillitos que ganan 900 g/día y que cuentan con una pastura de alfalfa y festuca alta, ya establecida, promedio de ecotipos de festuca alta y grupos de reposo de alfalfa con un adecuado balance de especies.

Estructura y composición de la pastura

El manejo del pastoreo, puede tener otros efectos sobre la pastura que a corto plazo afectan su productividad y calidad. Por ejemplo, en pasturas de sobre la base de festuca alta o de alfalfa, pastoreos con alta carga o más frecuentes entre septiembre y octubre incrementan la presencia de leguminosas en esa época. En el caso de puras de o mezcla de festuca alta, se favorece la estructura de la pastura por el incremento de la densidad de la población de macollos.

Tecnologías disponibles y su efecto sobre la productividad y calidad del forraje a fin de invierno – principios de primavera

  1. Ajuste de la carga animal

El progreso del estado reproductivo está asociado a cambios rápidos en la tasa de crecimiento, la estructura y, en la mayoría de los casos, del valor nutritivo del forraje de las pasturas. A modo de ejemplo, entre agosto y octubre, la festuca alta y el agropiro alargado moderadamente fertilizados, pasan de 8 a 57 kg MS/ha/día y de 0 a 25 kg MS/ha/día, respectivamente. La alfalfa de grupo 7 de 24,5 a 102 kg MS/ha/día. En ese período, es posible incrementar sustancialmente la carga animal (~ pastoreos más frecuentes o más intensos) sin afectar la ganancia individual (Cuadros 1 a 4). Eventualmente, la limitación de la expresión del estado reproductivo, con el objetivo de tener una pastura más foliosa, determina una menor masa de forraje o carga animal en pastoreos subsecuentes. Algunos experimentos en los cuales se limitó el crecimiento de macollos reproductivos pueden ilustrar lo anterior (Cuadro 5).

En establecimientos con suplementación sistemática con forrajes conservados y/o concentrados, entre octubre y noviembre, se debería incrementar sustancialmente la participación de pasturas perennes en la dieta. En el caso de los verdeos de invierno se debe tener en cuenta que entre septiembre y mediados de octubre crecen a una tasa de entre 40 y 90 kg MS/ha/día, 5 permitiendo sostener altas cargas (Cuadro 6). Esto indica que es importante anticipar su destino ya que demoras en tomar decisiones pueden significar pérdidas económicas para el sistema. De este modo, los cultivos anuales se deberían incorporar a una rotación agrícola a fines de septiembre, y si esto no está previsto, clausurar para su uso como forraje conservado.

  1. B) Conservación de forrajes

En establecimientos con escasa capacidad para absorber el crecimiento extra primaveral se deberá recurrir a la conservación de forrajes. Como una aproximación, con adecuada provisión de agua y nutrientes, según las temperaturas del norte de la provincia de Buenos Aires, los días requeridos para acumular 2.500 kg MS/ha serían entre 40 y 50 según pastura y fecha de clausura al pastoreo (Cuadro 7).

De acuerdo a los ejemplos anteriores, la fecha posible de confección de reservas de pasturas sería entre el 20/10 y el 20/11. En el caso de raigrás sería entre el 11 y el 27 de octubre. En este periodo hay que tener en cuenta dos cuestiones: la demanda atmosférica suele ser aún baja y la tasa de rebrote de las pasturas perennes es alta. Por lo tanto, una vez cortado el forraje debe permanecer poco tiempo en el campo. En base a ello el método de conservación que más se ajusta es el húmedo o químico (silaje- henolaje). En el caso de henificar se debe prever condiciones sin lluvias por al menos 5 días (corte-oreo-confección-almacenamiento) y usar cortadoras con acondicionador para acelerar el secado del forraje.

Comentarios finales

De la información anterior surge que en agosto ya se debería planificar el uso de los recursos durante septiembre, octubre y noviembre. Demoras en tomar decisiones pueden conducir a ineficiencias del sistema con disminución en la calidad del forraje, deterioro de la estructura de las pasturas, baja eficiencia de pastoreo y baja eficiencia de uso de los recursos.

 

Fuente: INTA por Jorge Omar Scheneiter, Juan Mattera, Ezequiel Martín Pacente, Mariela Luciana Acuña, Javier Eduardo Lavandera, Julio Gabriel Velazco

Más información agropecuaria cliqueá aquí