Fertilización con micronutrientes en el cultivo de soja

Recopilación de experiencias llevadas a cabo en las estaciones experimentales INTA de Oliveros, Balcarce, Pergamino y Marcos Juárez.

A principio de la década de 1980 el consumo de fertilizantes en el país era bajo. En nuestra región, departamento Marcos Juárez, solo se utilizaba nitrógeno en los cultivos de trigo y maíz. Se aplicaba una bolsa de urea por hectárea y en algunos casos dos. Comparando los quinquenios 1983-87 y 2013-2017 se observa un aumento del 36,7 % en superficie implantada y del 128 % de producción total considerando los cultivos de maíz, trigo y soja, los cuales incrementaron en forma importante los rendimientos. Desde el punto de vista de la nutrición de los cultivos esta mayor agriculturización, con mayores rendimientos fue posible, sumando a lo aportado por el suelo, por la fertilización con nitrógeno (N), fósforo y azufre principalmente. Esta intensificación de la agricultura hizo que últimamente se hayan reportado respuesta en el rendimiento de soja por la aplicación de micronutrientes.  Estos son elementos que se presentan en muy bajas concentraciones – mg kg-1 – en los tejidos vegetales y son esenciales para el crecimiento. Según Arnon y Scout (1939), citado por Torri y col. (2014), los elementos esenciales para el crecimiento y reproducción vegetal cumplen funciones específicas en los procesos celulares y no pueden ser reemplazados en sus funciones por otros elementos.   De acuerdo a lo anterior hay ocho elementos considerados micronutrientes que son:  cinc (Zn), boro (B), molibdeno (Mo), manganeso (Mg), cobre (Cu), hierro (Fe), cloro (Cl) y níquel (Ni). Otro elemento es el cobalto (Co) si bien no es esencial para las plantas, si lo es para el crecimiento de los microorganismos fijadores de N.  En el cultivo de soja las respuestas se consiguieron fundamentalmente con la aplicación de B, Zn y Co-Mo.

Los micronutrientes se encuentran asociados a enzimas que regulan distintos procesos metabólicos. Dentro de los que estamos considerando para soja, el Zn actúa en la respiración, la fotosíntesis y la síntesis de clorofila. El Mn en la fotosíntesis, el Mo es parte constitutiva de la enzima nitratoreductasa que cataliza la conversión de NO3 a NO2, reacción que ocurre fundamentalmente en los cloroplastos de las hojas. El Mo es también un componente estructural de la nitrogenasa, la enzima que está directamente involucrada en el proceso de fijación de N que tiene lugar en los nódulos resultantes de la simbiosis raíz-bacteria en leguminosas como la soja y, de allí, la especial importancia de este micronutriente para el cultivo. El Co no es considerado un nutriente esencial para las plantas, pero sí lo es para los microorganismos fijadores de N. Por lo tanto, el Co es requerido en los nódulos de las leguminosas como la soja. La esencialidad del Co para el crecimiento de microorganismos simbióticos como el rizobio se debe a su rol en la formación de la vitamina B12 y a su participación en el metabolismo de la le hemoglobina y la ribonucleótido reductasa. El B tiene relación con el metabolismo de los azucares y a la formación del tubo polínico.

El B, el Zn y el Mn al ser nutrientes inmóviles sus síntomas se presentan en las hojas más jóvenes o yemas apicales. El Mo si bien es inmóvil, está asociado a la fijación biología del N, cuyos síntomas de deficiencia se presentan en hojas más viejas.

 

Ir a informe completo

Fuente: INTA por Vicente Jorge Gudelj

Más noticias agropecuarias cliqueá aquí