Cómo un productor logró 1.000 kg/ha de carne con manejo intensivo y sin fórmulas mágicas

Cómo un productor logró 1.000 kg/ha de carne con manejo intensivo y sin fórmulas mágicas

Con 140 hectáreas en General La Madrid (Buenos Aires), el productor Tiburcio Imaz alcanzó un rendimiento de 1.000 kilos de carne por hectárea en un sistema de recría a capitalización. Hoy, con rodeo propio y ciclo completo, apuesta a mantener cifras altísimas y comparte las claves detrás de su éxito. ¿Se puede replicar en otras regiones del país? Él asegura que sí.

“En la etapa de recría con hacienda capitalizada llegué a producir 1.000 kg/ha. Ahora, con mis propios animales y ciclo completo, la meta es 800 kg/ha, o sea 100.000 kilos de carne en total”, detalla. Actualmente tiene 700 animales —cinco por hectárea— y logra 600 kg/ha netos.

La clave: fertilizar y aprovechar bien el pasto

Según Imaz, el mayor error en ganadería es asumir que el pasto “está” o “se hace solo”. “No está ni se hace. En Argentina se viene explotando la tierra hace más de 200 años, y los suelos están agotados. Por eso hay que fertilizar, y no solo para el cultivo, sino también para recomponer el suelo.”

Usa análisis de suelo, como en agricultura, para definir el plan de fertilización de las pasturas. En una zona con bajos niveles de fósforo (5 a 6 ppm), aplica 300 kg por hectárea para pasturas de cinco años. Pero aclara que no alcanza con fertilizar: “El manejo es todo”.

“Si dejás a las vacas entrar sin control, desperdician más de la mitad del pasto. Por eso uso alambrado, parcelas pequeñas y hago cuatro cambios diarios. Así aprovecho entre el 80% y el 100% del forraje.” Imaz aplica un sistema de pastoreo racional diseñado en Francia en los años 60: nada nuevo, pero poco usado.


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¿Escalable? Sí, y con menos gente de la que se cree

“Este sistema es perfectamente escalable. Una persona puede manejar 150 hectáreas. Si tenés 300, necesitás dos personas y un tercero que cubra los francos. El problema es encontrar gente, pero se puede.” Hoy, Imaz trabaja casi solo y solo necesita ayuda puntual los fines de semana o para tareas específicas como mover rollos.

Rendimiento de alfalfa: 15.000 a 20.000 kg de materia seca/ha

Con buenas prácticas —potreros limpios, fertilización, rotación intensiva— alcanza rendimientos forrajeros muy por encima del promedio. Además, maximiza el retorno de nutrientes al suelo: “A la noche el rodeo baja la actividad, y toda la bosta queda en la parcela. Es materia orgánica gratis. No uso más urea porque ya tengo una estiercolera natural en el campo.”

¿Se puede hacer en Río Negro?

“Con riego, mejor que acá”, responde sin dudar. En su campo recibe entre 750 y 800 mm de lluvia anuales, con variaciones extremas. “Los valles del río Negro son espectaculares porque el agua está garantizada. Se puede hacer perfectamente tanto en el Valle Medio como en el Valle Inferior.”

Manejo del empaste: rutina simple y efectiva

El empaste en alfalfa, ese “cuco” de la ganadería intensiva, lo maneja con aplicación preventiva de carminativos. “Rocío las parcelas pequeñas con mochila, me lleva 5 a 15 minutos. Aplico en la primera donde entran a la mañana y, si hace falta, también en la tercera. Con eso es suficiente.”

Eso sí, aclara que la clave está en mantener el sistema simple: “Tiene que ser una rutina de lunes a lunes. Si lo complicás, te cansás y lo abandonás.”

Gentileza Diario de Río Negro

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