¿Peligra la siembra de las 7 M ha de trigo?

250 mil ha de trigo no pudieron sembrarse en Buenos Aires en el 2017 por los excesos que provocaron las lluvias del invierno. Charlamos con Aiello para preguntarle si la siembra triguera está amenazada en el principal bastión triguero de la Argentina.

250 mil ha de trigo no pudieron sembrarse en Buenos Aires en el 2017 por los excesos que provocaron las lluvias del invierno. Charlamos con Aiello para preguntarle si la siembra triguera está amenazada en el principal bastión triguero de la Argentina.

En el año 2017 se produjeron dos lluvias muy importantes que limitaron la siembra triguera en el territorio bonaerense a fines de junio y a principios de julio. En este 2019, las lluvias del 11 al 18 de junio, en sólo 7 días, acumularon más de 100 mm en el 40% de la provincia de Buenos Aires. En este 2019, el escenario es diferente, ya que hacía 3 meses que la provincia no recibía lluvias importantes. El reciente evento cambio drásticamente las reservas de agua en el suelo de la provincia, pero tambien encendió la alarma por los excesos de agua. Si se repite un evento similar en las próximas semanas podría repetirse lo que sucedió en el 2017. Por ello, charlamos con José Luis Aiello, Dr. en Cs. Atmosféricas.

Aiello es optimista y dice que en la próxima semana, “lloverá menos que lo normal sobre Buenos Aires. Recién en la semana posterior (a la próxima) se regeneraran lluvias pero afectarán a Uruguay y parte del Atlántico mayormente”.

Y más allá de que explica que se sostiene el escenario de un Niño Débil, y que La probabilidad de fenómenos anómalos aumentó por el Cambio Climático, no ve nuevas amenazas para las condiciones de siembra en Buenos Aires. “A menos que se de algún pulso que no es posible pronosticarlo al día de hoy, las condiciones de siembra no deberían tener nuevas complicaciones”, concluye Aiello.

José Luis, tras casi 3 meses sin lluvias importantes en Buenos Aires, en siete días llovió más de 100 mm en el 40% de la provincia. ¿Qué fue lo que cambió o determinó esto?

—Lo que sucedió fue que un sistema frontal (de baja presión) que quedó estacionario sobre nuestro territorio, se acopló con las altas temperaturas atípicas para junio y el alto contenido de humedad presente entre el centro y norte de Argentina. Tambien se sumó el ingreso de humedad adicional desde el Atlántico. Por eso, los montos acumulados fueron tan importantes. Pero tambien sucedió otra cosa llamativa. Cuando este fenómeno pasó, apareció una “contra sudestada”, o sea vientos fuertes del oeste que retiraron las masas de agua del Río de la Plata. Hubo una bajada del nivel de agua de casi 1 metro. Fueron dos fenómenos que se sucedieron y “muy anómalos”. Eso es lo que llamamos inestabilidad atmosféricaque tiene parte de su origen en el Cambio Climático.

—¿Cuál es el pronóstico de lluvias para Buenos Aires para la próxima semana? ¿Pude repetirse otro gran evento de lluvias como pasó en el 2017?

—No, porque lloverá menos que lo normal en la próxima semana sobre Buenos Aires. Recién en la semana posterior (a la próxima) se regeneraran lluvias pero afectarán a Uruguay y parte del Atlántico mayormente.

—¿En qué situación está el Océano Pacífico?

El Pacífico está en situación de NIÑO de baja intensidad. Es importante recalcarlo, porque brinda un buen escenario de gran escala para la agricultura nacional.

—¿Cómo puede influir esto en los próximos dos meses de siembra sobre Buenos Aires?

—En Buenos Aires hay áreas que han quedado vulnerables para completar las implantaciones. Pero a menos que se de algún pulso que no es posible pronosticarlo al día de hoy, las condiciones de siembra no deberían tener nuevas complicaciones.

—En el 2017, por las lluvias del invierno en Buenos Aires, se resignaron la siembra de 250 mil ha con trigo, ¿pueden repetirse el escenario de lluvias excesivas que amenacen la siembra de este año?

—El fenómeno a que haces referencia no es muy probable, pero si posible por el estado de la atmósfera. Pero esto es algo que venimos destacando, más allá de lo que sucedió en la última semana. La probabilidad de fenómenos anómalos aumentó. Por eso insisto, es fundamental monitorear estos eventos y concientizar a la gente de lo que sucede. El clima es cada vez más determinante del éxito o el fracaso de la producción de los cultivos. Ya vimos cómo en la última campaña fue crucial entender las anomalías para conocer la producción de soja. Hubo muchos sustos, pero desde la Bolsa de Rosario lo fueron documentando en intensidad y regionalidad con precisión y eso hace la diferencia.

 

Fuente: Cristian Russo  GEA  BCR

 

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