En el marco del XXVII Congreso Aapresid que se realizará del 7 al 9 de Agosto en el Metropolitano (Rosario), el manejo de napas es uno de los tópicos que se abordarán en las plenarias. De cara a una nueva edición, uno de los disertantes será Marcelo Nosetto reconocido Ingeniero Agrónomo, Doctor de Facultad de Agronomía de la UBA, quien como investigador de CONICET con sede en San Luis, está trabajando en el tema.
Marcelo comenzó a trabajar en napas ligadas a las forestaciones, viendo cómo el reemplazo de pastizales por forestaciones impactaba en la dinámica de la napa y la salinidad. Posteriormente, su enfoque estuvo volcado en los sistemas agrícolas, inicialmente centrados en el sur de Córdoba, buscando caracterizar el efecto de la profundidad freática sobre los rendimientos de distintos cultivos, principalmente soja, maíz y trigo. A partir de ahí, se identificó una relación recíproca entre la napa (profundidad y salinidad) y la vegetación, ya que no solamente la napa afecta a la vegetación, sino que también la vegetación y el manejo que hacemos de ella puede modificar la dinámica y química de las napas.
Dada la conexión reciproca napa-vegetación, Nosetto destaca la importancia de estudiar de manera acoplada los sistemas hidrológicos y productivos. A su vez, dada la escasa pendiente de la llanura Chaco-Pampeana, la dinámica de napa está estrechamente relacionada con la de inundaciones. Resulta interesante conocer por ejemplo cómo cambia el riesgo de inundación de una región entera ante diferentes sistemas de producción, por ejemplo, cuando se hace tambo, sistema mixto o sistema puramente agrícola. De esta forma, la relación manejo agrícola – riesgo de inundación a nivel local y a nivel regional es clave.
Otro tema que abordan desde el grupo de investigación donde participa Nosetto, es la caracterización de los cambios hidrológicos que hubo en los últimos años. ¿Ha habido un cambio en el patrón de inundaciones y en la profundidad en los niveles freáticos en la región? ¿A qué responden los mismos? A raíz de esto, contó que están investigando en San Luis, la formación de nuevos ríos generados a una tasa de formación nunca antes observada en otras partes del mundo. Este proceso de formación tiene relación con el cambio de uso de suelo de la cuenca y el reemplazo de bosques nativos por agricultura.
Nosetto también destaca la utilidad de acoplar modelos hidrológicos con modelos de agentes (decisiones humanas). Así, uno podría preguntarse qué pasaría con la asignación de tierra si cambia el precio de algún grano y qué efecto tiene esto sobre la hidrología regional.
Respecto al efecto de las obras hidráulicas, Marcelo explica que este es bajo y muy localizado debido a la falta de pendiente del terreno, por eso es importante ajustar el manejo agronómico que permita integrar la mayor cantidad de efectos posibles. La definición de aplicar un sistema mixto o uno netamente agrícola produce efectos notorios en la dinámica del agua. Con rotaciones exclusivamente agrícolas existen limitaciones, ya que la exploración radical nunca excede los dos metros de profundidad.
Una de las regiones más recientemente estudiadas por el grupo de Nosetto es la zona de Santiago del Estero. En la misma, el ascenso de napas y los procesos de inundación son notorios, con el agravante, en comparación con la región Pampeana, en que las napas son en general más saladas, por lo que su uso por parte de los cultivos podría verse restringido. En este sentido, las consecuencias a más largo plazo en la región pueden ser más complicadas que en otras regiones.
Nosetto comentó el ejemplo de Australia, el cual ha sufrido una problemática de ascenso de napas y salinización. En esta región se ha explorado satisfactoriamente la rotación agrícola con pasturas, de alfalfa principalmente, a fin de mitigar el problema hidrológico. “La forestación es una alternativa de manejo contemplada en el mundo para hacer frente a este tipo de problemáticas, pero tiene la complejidad de ser poco competitiva con la agricultura. Con la ganadería pasa algo similar, y un problema adicional es la falta de estructura e instalaciones para iniciar. El problema es que estamos llegando a un punto donde la agricultura en algunas zonas no será competitiva o directamente posible. Ante esta situación, es necesario usar el ingenio a fin de implementar estrategias de manejo agronómico-productivas que permitan lidiar con la presencia de napas superficiales”, alertó.
A modo de conclusión, Marcelo destacó la importancia de integrar el manejo hidrológico a nivel de cuenca con las acciones de coordinación y gobernanza donde todos los tomadores de decisiones de una cuenca apliquen prácticas en conjunto.
Fuente: Aapresid