Proyecto Fontagro: Control sustentable del vector del HLB en la Agricultura Familiar en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia

Aquí encontrará la presentación del Proyecto Fontagro ATN/RF-17232-RG “Control sustentable del vector del HLB en la Agricultura Familiar en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia”

Ante el avance del HLB (Huanglongbing), la enfermedad más destructiva de los citrus en el mundo causada por una bacteria (Candidatus Liberibacter spp), que ha generado pérdidas millonarias, emerge la necesidad de conformar una plataforma integrada por INTA/Fundación ArgenINTA (Argentina) como ejecutor e INIA (Uruguay), la Universidad Nacional de Itapuá (Paraguay) y el Gobierno Autónomo de Bermejo (Bolivia) como co-ejecutores, para coordinar acciones conjuntas que se complementen con los planes de prevención y control dispuestos por los organismos de fiscalización vegetal en cada país. Participan además como Organismos Asociados al proyecto: SENASA y FEDERCITRUS de Argentina y UPEFRUY de Uruguay.

El HLB es la enfermedad más importante de la citricultura mundial, debido a que no tiene cura. La dinámica de dispersión de la enfermedad responde al traslado de material vegetal enfermo proveniente de zonas infectadas y la presencia del vector como agente de diseminación. La prevención se basa en uso de material sano, el monitoreo constante del cultivo y del insecto vector (Diaphorina citri), su control y la identificación temprana de la planta infectada y su eliminación.

Analizando la situación de la enfermedad en los países de la región, el primer reporte fue en San Pablo, Brasil, en el año 2004. En 2012 se detecta en Argentina, en la provincia de Misiones, en árboles de traspatio y en plantaciones comerciales. En 2017 aparecen los primeros casos de HLB en Corrientes, en plantas cítricas del arbolado urbano y traspatios, y en marzo de 2018 en el Departamento Federación, Entre Ríos, se detecta al insecto vector infectado en cultivo comercial. En Paraguay desde el año 2013 se encuentra presente la enfermedad, así como el vector en hospederos ornamentales, cítricos de traspatios y comerciales. En Uruguay y Bolivia todavía no hay registro de la enfermedad, pero sí está presente el vector. El manejo fitosanitario y los límites máximos de residuos (LMR) condicionan la competitividad de la fruta de la región y el acceso a los mercados. Desde las instituciones de investigación y desarrollo de la plataforma se promueve la implementación del manejo integrado de plagas y enfermedades (MIP), en el cual el monitoreo pasa a ser la herramienta base para la toma de decisiones; sin embargo, sigue prevaleciendo el control de plagas y enfermedades por calendario mediante aplicaciones rutinarias de agroquímicos no selectivos, que generan riesgos y daños al ambiente, a la entomofauna benéfica, a operarios, familias productoras y a la población en general.

La estructura productiva de la producción primaria citrícola de la plataforma, se caracteriza por la presencia de unidades familiares con poca superficie. En Argentina se cuenta con 132.000 ha plantadas y 4000 – 4500 productores familiares sobre un total de 5.300. La producción alcanza 3,2 millones de toneladas con un valor de la producción de U$S 1.237 millones, demandándose más de 90 mil puestos de trabajo (FEDERCITRUS, 2017). Paraguay cuenta con un total de 20.000 ha de cítricos con pequeños productores familiares cooperativizados. La zona de mayor desarrollo citrícola es la del centro sur del país con explotaciones de 1 a 3 ha de escasos recursos (1.500 familias).  Uruguay con un área total de 14.800 ha y una producción de 271 mil toneladas (MGAyP DIEA, 2107) cuenta con 423 productores citrícolas de los cuales 383 son familiares que producen en superficies entre 10 y 40 ha, en un contexto en el que predominan grandes empresas. En Uruguay la citricultura es el rubro de mayor importancia económica en la producción hortifrutihortícola nacional (1,5% del VBP del sector agropecuario). Su importancia socioeconómica se hace evidente cuando se registra no menos de 15.000 empleos, entre permanentes y zafrales. En Bolivia se cuenta con un área de 54.413 ha y una producción de 371.400 toneladas. Las exportaciones cítricas alcanzan los 13,2 millones de dólares en 2016. La tipología agrícola predominante es la familiar y las plantaciones son manejadas  sin la aplicación de tecnología apropiada para el control plagas y enfermedades.

La finalidad del proyecto es prevenir el avance del HLB en la región para evitar la ruptura del entramado socioeconómico y productivo que constituye la cadena citrícola en la región, que en su etapa primaria cuenta con 180 mil ha con cítricos y más de 6.000 agricultores familiares.

Para ello se propone adaptar, difundir y concientizar la tecnología MIP en el control del vector del HLB de los cítricos en la agricultura familiar (AF) en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

El proyecto se organiza en cuatro componentes: 1. Control del vector del HLB en un contexto de adaptación local de manejo integrado, mediante instalación de 17 lotes demostradores (LD) en establecimientos de productores familiares de los países de la plataforma; 2. Capacitación a familias productoras y profesiones, formación de monitoreadores con certificación, comunicación y concientización social; 3. Monitoreo de sustentabilidad, calidad y análisis económico en los LD; y 4. Gestión colectiva de la innovación.

Los beneficiarios directos del Proyecto son 3000 agricultores familiares que producen cítricos y organizaciones (cooperativas, consorcios y asociaciones), 250 profesionales y 200 monitoreadores de la red, 200 alumnos de escuelas agrotécnicas, pobladores de 20 municipios en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Los beneficiarios indirectos son otros 3000 productores familiares, el sector citrícola en su conjunto y los consumidores de los cuatro países.

Es de esperar una disminución importante del avance de la enfermedad de HLB en la región y de su insecto vector.  A su vez, mediante la aplicación de la práctica del monitoreo, utilización de productos seguros que preservan el equilibrio natural y el uso de bioinsumos, se espera disminuyan los riesgos a la salud humana, aumenten los rendimientos, mejoren los resultados económicos de los productores familiares y se obtengan mejoras en la calidad. Es dable de esperar mejoras en los estándares de exportación y el incremento de divisas en la región.

Participan más de 96 investigadores y extensionistas y referentes de institucionales de los cuatro países en la plataforma. Se cuenta con 26 cartas de adhesión de instituciones públicas y privadas de las distintas regiones citrícolas de Argentina.

 

Fuente: INTA por Silvana Inés Giancola

 

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