El cultivo de maíz es un insumo básico en la nutrición animal, tanto de bovinos de leche, carne, en porcinicultura, como así también en la avicultura. Por otro lado, a partir de su grano se pueden elaborar más de 100 productos, mediante el empleo de distintos procesos industriales, de esta manera también hace posible que el mismos sea cultivado para la obtención de grano para uso industrial. Anualmente la Agencia INTA 9 de Julio realiza ensayos comparativos de rendimiento, a los efectos de evaluar el comportamiento de los distintos materiales que los criaderos ponen a disposición de los productores. A tal efecto se invitan a los distintos criaderos y estos, son los que deciden si participan o no y de ser afirmativa su respuesta, con que materiales lo hacen. De esta manera en las experiencias realizadas no se encuentran todos los materiales que se encuentran disponibles en el mercado.
En la campaña 2017/18 se realizaron dos épocas de siembra, una temprana: 25 de setiembre y una tardía: el 13 de noviembre. Ambas experiencias se realizaron en el mismo lote, trabajado por los Hnos Massaccesi, próximo a la localidad El Provincial, partido de 9 de Julio. El antecesor fue soja de primera. Previo a la siembra se realizó un muestreo de suelo, Cuadro 1, el mismo sirvió de base para ajustar la fertilización, la cual se realizó con la misma cantidad de kilogramos y productos para ambas fechas de siembra.
Las siembras se realizaron con una sembradora Yomel – Hilcor HJ.3.25, a 0,7 m entre hileras. Cada unidad experimental contó con una parcela de 4 surcos por 100 m de largo.
Diseño: Parcelas con testigos apareados cada 5 híbridos. La comparación de rendimiento de cada híbrido se realizó con respecto a los dos testigos más cercanos, participando cada uno de ellos en forma proporcional a la distancia al híbrido a evaluar. El rendimiento se expresó en forma relativa al testigo. Como material testigo se utilizó el híbrido SY 860 Viptera 3. Al testigo siempre se le asignó un valor 100.
Fertilización: 105 kg/ha de mezcla (7 % N; 40 % P 2O5; 5 % S; 8 % Ca), aplicados en la línea de siembra. Previo a la siembra de cada fecha, se aplicaron 210 kg/ha de urea en cobertura total.
Herbicida preemergente: 2,5 kg/ha de Atrazina 90 % + 1 l/ha de Acetoclor + 1,5 l/ha de Glifosato 68 % + 20 cc/ha Karate Zeon + 70 l/ha de agua. A efectos de poder ubicar el disco perforado adecuado para cada semilla, todos los híbridos fueron pasados por un banco de prueba, trabajándose en el mismo hasta encontrar el disco lo más adecuado posible. En cuanto a la densidad de siembra, este año se consultó a cada semillero con que densidad querían sembrar los materiales con que cada uno participaba. En el Cuadro 2 se presentan el nombre del híbrido, el criadero al cual pertenece, el disco perforado utilizado para cada híbrido y la densidad de siembra real de cada material, tanto para siembra temprana como demorada.
*: Siembra temprana; ** Siembra demorada. Los espacios vacíos en la densidad de siembra, significa que no fue sembrado en esa fecha de siembra. La cosecha se realizó en forma mecánica. Para cada parcela se recolectaron 4 surcos por 80 m de largo. A continuación se detallan los rendimientos a humedad recibo y el rendimiento relati vo de cada hibrido participante. Cuadro 3.
Condiciones ambientales campaña 2017/18
La campaña 2017/18 fue una campaña muy atípica desde el punto de vista ambiental. Durante el año 2017, se concentraron importantes precipitaciones durante el otoño e inicio de la primavera, posteriormente los dos últimos meses del año fueron muy secos. Gráfico 1. El volumen total precipitado durante todo el año 2017 fue de 1.181 mm. Las precipitaciones de febrero, marzo y abril (2017), fueron elevadas, ocasionando inundaciones en diferentes partes del partido. Un nuevo flujo hídrico se dio a inicios de la primavera, posteriormente comenzó la merma en las precipitaciones. Las siembras de maíz realizadas entre setiembre y octubre, se efectuaron sin mayores inconvenientes. A partir de noviembre cambió totalmente el panorama y se pasó, prácticamente sin escala, de muy buena humedad a un déficit hídrico importante. Gráfico 2.
Obsérvese que cualquier híbrido de maíz sembrado demorado (mitad de noviembre), llegará al centro de su período crítico en febrero. En estos meses, las lluvias estuvieron muy alejadas de la demanda evapotranspirativa que tienen los cultivos de verano. Si se suman las lluvias registradas durante noviembre, diciembre, enero y febrero, totalizan 173 mm en 120 días. Para ese mismo período, la tasa evaotranspirativa promedio diario fue de: 3,42 – 5,89 – 5,47 y 4,9 mm/ha/día, para noviembre, diciembre, enero y febrero, respectivamente.
Estos valores representan una demanda evapotranspirativa de 103 mm, 183 mm, 170 mm y 137 mm, para cada uno de los mismos meses. La sumatoria de este período arroja un valor de 593 mm, versus un aporte de 173 mm, estas cifras indicarían un déficit hídrico de 420 mm. Esta cantidad de agua, en algunos casos, donde la napa freática se encontraba cercana a la superficie, pudo ser cubierta, al menos parcialmente. En otros casos, donde esto no ocurrió o d onde estando cerca de la superficie se interponía entre ella y las raíces un horizonte textural, posiblemente tampoco la pudo aprovechar. Esto llevó a observar una importante variabilidad de los rendimientos en la zona. Lamentablemente, el lugar donde se condujo la experiencia (35° 509’ 232’’S – 60° 876’212’’ W), no dispuso de mucha agua de napa. A diferencia de los maíces sembrados tempranos, la siembra demorada tuvo temperaturas más bajas durante el período crítico y esto seguramente ha influido favorablemente en el comportamiento de todos los materiales. De todos modos, la carencia tan importante de agua limitó fuertemente el rendimiento que la zona puede brindar.
Fuente: INTA por Luis Alberto Ventimigllia, Lisandro Torrens Baudrix