Evaluación de la fertilización en maíz con nitrógeno, fósforo, azufre y zinc

El rendimiento potencial del maíz en secano en Argentina a nivel nacional es de 116 qq/ha, mientras que el rendimiento promedio es de 68 qq/ha. Esto significa que hay una brecha del 41 %. Además el maíz tiene poca variación entre zonas, respecto del rendimiento potencial en secano. Varia de 100 a 132 qq/ha, con excepción del sudoeste de la provincia de Bs. As, donde apenas llegó a los 81 qq/ha (Aramburu Merlos y colaboradores, 2016). En la zona de las agencias de Extensión de INTA Laboulaye y La Carlota el rendimiento potencial del maíz en secano es en promedio 122,3 qq/ha y los productores obtienen aproximadamente la mitad de ese valor (Aramburu Merlos y colaboradores, 2016). Ensayos del INTA Marcos Juarez en esa zona durante los ciclos 2014/15, 2015/16 y 2016/17 lograron en promedio, ajustando la fertilización, 118 qq/ha, es decir el 96,5% del rendimiento potencial en secano (Gudelj y colaboradores 2015, 2016 y 2017). Esos 118 qq/ha se lograron en cuatro de los cinco ciclos evaluados aplicando solo 60 kg/ha de N y solo en un ciclo fue necesario aplicar una dosis mayor de este nutriente. Los otros nutrientes que se utilizaron fueron fósforo (P), azufre (S) y zinc (Zn). Respecto del P, si bien se utilizó en todos los años, solo se halló respuesta en un ciclo, atribuida a que el lote tenía valores de este nutriente en el suelo por debajo del rango considerado crítico. Algo similar ocurrió con el azufre. En el ciclo en que se midió la respuesta no la hubo, atribuyendo esta falta de respuesta a que fueron suficientes valores de este elemento en el suelo al momento de la siembra del cultivo.

La aplicación de zinc, en mezcla química con N, P, y S en cuatro sitios experimentales, sólo en uno mejoró el rendimiento a pesar de encontrar, a la siembra, valores en el suelo por debajo del considerado nivel crítico (1ppm) en todos.

Otros aspectos a considerar cuando se aplica nitrógeno son la fuente, la forma y el momento de aplicación. Los fertilizantes nitrogenados susceptibles a pérdidas por volatilización son la urea o aquellos fertilizantes que la contengan en su composición y la magnitud de las mismas está influenciada por condiciones de suelo, clima, manejo y tiempo transcurrido entre la aplicación y una lluvia que pueda incorporar el fertilizante.

De seis experiencias en donde se comparó la aplicación de urea granulada en superficie contra la incorporada solo en dos hubo un mejor rendimiento (3,4% y 3,6%) cuando se incorporó la urea, siendo similares los rendimientos en las otras cuatro, atribuyéndose esa diferencia a la gran cantidad de rastrojo en superficie (6200 kg/ha) en una de las experiencias y a la alta humedad relativa ambiente (> al 70 %) en los días posteriores a la aplicación hasta una lluvia que incorporo el fertilizante(Gudelj y col. 2003).

OBJETIVOS

-Evaluar el efecto del fósforo, el azufre y zinc sobre el rendimiento del cultivo de maíz

-Evaluar diferentes formas y momentos de aplicación de N en el cultivo de maíz

-Evaluar la respuesta a la fertilización nitrogenada

-Comparar fuente química y foliar cuando se fertiliza con zinc el cultivo de maíz

MATERIALES Y MÉTODOS

Se condujeron tres experimentos de campo en lotes de producción manejados en siembra directa, en condiciones de secano, en suelos típicos de las áreas de influencia de las EEA Marcos Juárez (Córdoba). Los experimentos fueron instalados en La Carlota, Monte de los Gauchos y Laboulaye. Los productos evaluados fueron: MicroEssentialsZn Zn, Superfosfato triple, Fosfato monoamónico (MAP), Yeso y Urea.

Las características generales y manejo de cada sitio se muestran en la tabla1.

Los sitios experimentales permanecieron libres de malezas durante todo el ciclo utilizando herbicidas de controles totales y residuales para lograr el objetivo. No fue necesario aplicar insecticidas ni fungicidas Las parcelas tuvieron una superficie de 28 m2, (4 surcos a 70 cm. entre hileras por 10 m de largo) dispuestas en un diseño en bloques completos aleatorizados con cuatro repeticiones por tratamiento Previo a la siembra del cultivo se realizó un muestreo de suelo de 0-10 y 0-20 cm de profundidad para realizar un análisis químico de las mismas. Los tratamientos evaluados en La Carlota y Laboulaye se muestran en la tabla 2.

En Monte de los gauchos el ensayo tuvo como objetivo evaluar la respuesta a nitrógeno, a zinc y comparar aplicación del zinc en mezcla química durante la siembra del cultivo con la aplicación foliar de este nutriente en V6. La fuente de zinc foliar utilizada fue Brexil Zn, fertilizante hidrosoluble que contiene 10 % se zinc, a razón de 1,5 kg/ha en forma foliar en sexta hoja. En la tabla 3 se muestran los tratamientos evaluados en esta localidad.

RESULTADOS y DISCUSIÓN

En la tabla 4 se presentan los resultados de las condiciones ambientales ocurridas en cada lote desde la implantación hasta madurez fisiológica del cultivo.

LL1: lluvias entre siembra y sexta hoja

LL2: lluvia ocurridas entre sexta hoja y madurez fisiológica del cultivo

LL3: lluvia entre siembra y madurez fisiológica del cultivo

D1: días trascurridos entre la aplicación de siembra y precipitación que incorporo el fertilizante

D2: días trascurridos entre la aplicación de V6 y precipitación que incorporo el fertilizante

T1: promedio de temperatura media ambiente luego aplicación de siembra hasta la incorporación

T2: promedio de temperatura media ambiente luego de la aplicación de V6 hasta la incorporación

H1: promedio de humedad media ambiente luego aplicación de siembra hasta la incorporación

H1: promedio de humedad media ambiente luego de la aplicación de V6 hasta la incorporación

En la tabla 5 se muestran los resultados de análisis de suelo al momento de la siembra para cada uno de los sitios donde se implantaron los experimentos.

En los tres sitios los valores de materia orgánica fueron bajos. La disponibilidad de nitrógeno considerando los nitraros existentes en el momento de la siembra fue de 88, 20 y 60 Kg/ha hasta los 60 cm de profundidad. Los valores de fósforo fueron bajos en La Carlota y Laboulaye y alto en Monte de los Gauchos. En cuanto al azufre en La Carlota estuvo por encima del nivel considerado crítico y en las otras dos localidades levemente por debajo de ese nivel de 10 ppm de S-SO4. Los valores de Zinc fueron medios en todas las localidades y profundidades analizadas excepto en Monte de los Gauchos donde hasta los 10 cm la disponibilidad fue alta. En la tabla 6 se presentan las precipitaciones durante el ciclo del cultivo.

En el momento de implantación del cultivo, había disponible hasta 1,5 m de profundidad 412, 382, y 17 mm de agua útil en Laboulaye, La Carlota y Monte de los Gauchos respectivamente. En Laboulaye y La Carlota antes de llegar al m ya el suelo estaba muy barroso y cerca del 1,5 h se constató la presencia de agua libre indicando presencia de napa cercana. Con los resultados de rendimientos obtenidos se realizó un análisis de varianza utilizando modelos lineales mixtos. En los tres sitios evaluados hubo diferencias entre los tratamientos que se compararon con el test LSD de Fisher al 5% (tablas 7, 8 y 9).

Los rendimientos obtenidos, en los tres sitios evaluados, fueron muy buenos, logrando con algún tratamiento el rendimiento potencial en secano para esa región (Laboulaye) o muy cerca del mismo (La Carlota y Monte de los Gauchos). No hubo mejora en el rendimiento por la aplicación de P, S en La Carlota y Laboulaye y tampoco a S en Monte de los Gauchos. Los valores de P y S indicaban probabilidad de respuesta a la fertilización con estos nutrientes y es de suponer utilización de fósforo orgánico no determinado por el método bray y aportes desde el gran volumen de rastrojo determinado al momento de la siembra (Tabla1) para que esto no suceda. En Monte de los gauchos luego del antecesor maní se había implantado un cultivo de cobertura (centeno) que pudo haber liberado nutrientes durante el ciclo del maíz. Respecto del Zn tampoco fue posible detectar una respuesta en los rendimientos por la fertilización con este nutriente. En Monte de los gauchos el análisis de suelo indicó valores por encima del valor crítico, y al no haber respuesta tampoco se pudo evaluar la eficiencia de la aplicación foliar. En los otros sitios los valores estuvieron por debajo del considerado crítico (1ppm) de 0-20 cm de profundidad, en La Carlota fue 0,77 y en Laboulaye 0,88, sin embargo de 0 a 10 cm, fue de 1,07 y 1,30 respectivamente. Lo anterior sumado a la gran cantidad de rastrojo en superficie podría explicar la falta de respuesta a la aplicación de zinc en estos sitios. En cuanto al nitrógeno hubo respuesta a la fertilización en los tres sitios evaluados (Tablas 7,8 y9). Utilizando una regresión no lineal de tipo plateau con dos tramos, se graficó para cada uno de los sitios, observándose repuesta hasta los 95, 111 y 60 kg de nitrógeno aplicado en La Carlota, Laboulaye y Monte de los Gauchos respectivamente (Fig. 1). Considerando lo anterior y el rendimientos obtenido con esas dosis se lograron 34, 38 y 15,8 kg de grano por cada kg de N aplicado en de grano en La Carlota, Laboulaye y Monte de los Gauchos respectivamente. Esos valores superan en todos los casos a los 5,8 kg de granos necesarios para pagar un kilogramo de nitrógeno.

En cuanto a la respuesta a la aplicación de N, llama la atención que en Monte de los Gauchos la respuesta se dio hasta 60 kg/ha de N siendo que solo había disponible al momento de la siembra 20 Kg de N hasta los 60 cm. Una explicación a lo anterior podría ser que el cultivo antecesor de cosecha fue maní sobre el cual se implantó centeno como cultivo de cobertura al cual se le suprimió el crecimiento previo a la implantación del maíz. El centeno pudo haber tomado el nitrógeno remanente del maní que se liberó durante el ciclo del maíz, lo cual explicaría la respuesta solo hasta la dosis de 60 kg/ de N. En La Carlota la suma de N que había a la siembra más los 95 kg/ha hasta los que hubo respuesta suman 145 kg/ha, muy próximos a los 150 kg/ha que serían necesarios para alcanzar el 90 % del rendimiento máximo. En Laboulaye la suma da 199 kg/ha de N, lo que indicaría una menor eficiencia quizás por perdidas ocurridas dado napas alta y altas precipitaciones en el mes de enero. Obsérvese que los rendimientos de la dosis de 60 Kg/ha de N, tanto aplicada superficialmente como incorporada, fueron mejores cuando se aplicaron a la siembra que cuando se aplicaron en 6a hoja (tabla 8), que indicaría que el nitrógeno aplicado a la siembra se incorporó en mayor cantidad a la planta que el que se aplicó en 6a hoja. En cuanto a las formas y momentos de aplicación no hubo diferencias significativas en el sitio de La Carlota, donde un día después de la aplicación a la siembra ocurrió una lluvia que incorporó el fertilizante. Además las lluvias entre siembra y 6a hoja totalizaron 130 mm que si bien es el límite aproximado donde pueden comenzar las perdidas por lavado, las precipitaciones se dieron en 14 eventos de bajos mm en cada una de ellas, lo que pudo atenuar el arrastre de N hacia capas inferiores del suelo. En Laboulaye no hubo diferencias entre las formas de aplicación. En la aplicación de siembra pasaron tres días hasta una lluvia que incorporó el fertilizante, en los cuales la humedad relativa ambiente estuvo por debajo de 70% con la cual las posibilidades de pérdidas por volatilización fueron bajas. Si hubo, diferencias entre momentos de aplicación, las aplicaciones a la siembra se comportaron mejor que las aplicaciones en sexta hoja tal lo explicado anteriormente (Tabla 8).

CONCLUSIONES

No hubo respuesta a la fertilización con fósforo y azufre con valores de estos nutrientes en el suelo por debajo de los considerados críticos. El reciclaje de nutrientes a partir de la gran cantidad de rastrojo en superficie de los lotes donde se realizaron las experiencias habría determinado esta falta de respuesta.

No hubo respuesta a la aplicación de zinc en ninguno de los sitios donde se evaluó este nutriente aun cuando en dos de ellos los valores de este nutriente en el suelo fue inferior al de 1ppm considerado valor crítico.

Hubo respuesta a la aplicación de N hasta 60, 95 y 111 kg/ha según sitios evaluados, logrando en cada uno de ellos una cantidad de granos por unidad de N aplicado muy superior a los 5,8 kg necesarios actualmente para pagar un kg de N, lo que hace económicamente recomendable la fertilización con este nutriente.

No hubo efecto de la formas de aplicación del nitrógeno sobre los rendimientos alcanzados. Los pocos días transcurridos y la baja humedad relativa ambiente desde la aplicación hasta una lluvia oportuna que incorporó el fertilizante habrían determinado este comportamiento aún con altas cantidades de rastrojo en superficie.

En uno de los sitios evaluados, la aplicación nitrógeno a la siembra, tuvo mejor comportamiento que la aplicación en sexta hoja, posiblemente debido a las napas altas y precipitaciones abundantes durante el llenado de grano.

 

Fuente: INTA por Vicente Jorge Gudelj