Se realizó la primera reunión de la mesa sectorial: un esquema de financiamiento “a lo Brasil”, que sólo alcance a quienes integren 60% de partes nacionales, fue el principal pedido a Macri.
Cuando una fábrica de maquinaria agrícola argentina quiere incursionar en Brasil, para ser competitiva no tiene otra alternativa que montar allí una sucursal y producir con un 60 por ciento de partes fabricadas allí. Si no lo hace, no podrá acceder a créditos subsidiados y tendrá que vender sus productos a un valor mayor que la competencia.
En Argentina, esto no ocurre: cualquier empresa que sólo ensambla unidades que se traen desarmadas de otros países, puede acceder a las mismas condiciones de financiamiento que una fábrica que utilice mayormente insumos elaborados en el país.
Los empresarios del sector consideran que esta asimetría es una de las cuestiones que perjudica la competitividad argentina y por eso fue una de las principales demandas que le plantearon al presidente Mauricio Macri, durante la primera reunión de la Mesa de Maquinaria Agrícola que se realizó en Las Parejas, Santa Fe.
Agenda
Tras visitar la fábrica de sembradoras Crucianelli, cuyo dueño es el presidente de la Cámara Argentina de Fábricas de Maquinaria Agrícola (Cafma), Macri encabezó la reunión y escuchó la agenda planteada por los industriales.
Uno de los participantes calificó al encuentro como “muy positivo y constructivo”, y destacó la diligencia y ejecutividad del mandatario.
“Lo más importante que se conversó es la necesidad de que el financiamiento esté enfocado a quienes cumplan con la ley de fabricación nacional, que significa integrar un mínimo del 60 por ciento de partes nacionales. Es lo prioritario: sin financiamiento no hay desarrollo”, consideró.
Otra fuente consultada coincidió e hizo números sobre el perjuicio que significa para la industria local este contexto.
“Según el Indec, el año pasado se vendieron máquinas por 31.000 millones de pesos: un tercio importadas y dos tercios, nacionales. Pero en tractores y cosechadoras se cuentan como nacionales muchas que sólo son ensambladoras. Si se hace bien la diferenciación, en realidad dos tercios son importadas y el 70 por ciento de las ventas se financió con el Banco Nación, lo que significa incrementar el déficit fiscal y agravar la balanza comercial”, precisó este vocero.
En tanto, otros de los pedidos que escuchó Macri fue que se simplifique y agilice el sistema para la devolución de los saldos técnicos de IVA, así como la necesidad de sostener el bono fiscal para adquisición de bienes de capital, al menos hasta que comiencen a impactar de manera concreta los beneficios de la reforma laboral e impositiva.