Desde la producción citrícola de Misiones remarcan que la actividad viene padeciendo una caída sostenida en los últimos diez años. Puntualmente, hace cinco años las exportaciones de cítricos misioneros pasaron de 12 mil a 800 toneladas por año, lo que provocó una disminución de ingresos del 30% para el sector.
El subsecretario de Desarrollo y Producción Vegetal de Misiones, Yaco Mazal, informó que “en el mejor momento, por el 2011 y 2012, estábamos con un volumen de exportaciones de unas 12.600 toneladas, mientras que en la última campaña apenas llegamos a las 800 toneladas”.
Ante esto, Jorge Krausseman, presidente de la Asociación de Citricultores de Alto Paraná, reconoció que en “los últimos diez años viene declinando la producción por varios factores”.
Según el dirigente uno de los principales productos, la mandarina, que “se exportaba mucho desde esta zona a la Unión Europea” comenzó a perder terreno en el mercado internacional ante la fuerte competencia de África del Sur.
Al mismo tiempo criticó las subas de los combustibles que provocaron un encarecimiento de los fletes, con lo cual se complicaron las posibilidades de movilizar las mercaderías de la actividad citrícola misionera a otros puntos compradores del país.
Por ello manifestó que a nivel del movimiento interno “Entre Ríos tiene la enorme ventaja de estar más cerca de los mercados, o sea el costo de los fletes para ellos es inferior, mientras que para nosotros ahora con los constantes aumentos de los combustibles el gasto en el flete es enorme”.
“Un camión de jugo térmico que trae tambores vacíos de Entre Ríos y se manda cargado desde acá, el flete de 22 toneladas vale entre 40 a 50 mil pesos. Es mucho dinero”, agregó. Además de los actuales costos de transportes, Krausseman recordó que la lejanía con los principales mercados también tiene mucha incidencia en la actividad.
“Además de la barrera que tenemos todos los de la producción en lo que es la aduana interna. Eso hizo que muchos compradores dejaran de comprar frutas en Misiones”, sentenció.
Justamente la aduana paralela cumple diez años de su aplicación. En enero del 2008 la Dirección General de Rentas de la provincia instaló puestos fijos en puntos estratégicos de las rutas.
De esta manera el organismo comenzó a exigir en esos lugares de detención a los camiones un pago a cuenta, en efectivo, de los anticipos del impuesto a los Ingresos Brutos.
Desde un principio la aplicación de la Resolución 56/07 causó profundo malestar tanto en los choferes de los camiones, que por razones de seguridad preferían viajar con poco dinero en efectivo, como en los propietarios de las empresas de transportes de cargas, ya que según la norma el pago de este impuesto es exigible al dueño de la carga.
Las empresas transportistas también deben abonar un porcentaje de lo que vale el servicio de flete, en caso de que el camión abandone la provincia.
Para los comerciantes, los últimos beneficiarios de la carga transportada, la exigencia del organismo le quitó flujo a la actividad económica y resultó un nuevo obstáculo para la economía formal.
Por ello el presidente de los citricultores de la provincia consideró que la aduana interna “afecta muchísimo porque además de la elevada carga impositiva, por cualquier pequeño detalle erróneo en los papeles los camiones quedan detenidos”.
A lo que agregó que “la aduana interna nos perjudica enormemente pero es algo que ocurre en todas las actividades. Tenemos las de perder comparados con Corrientes y Entre Ríos que no tienen este inconveniente”.
En relación a los esquemas de control sobre el desarrollo de las plagas en los cítricos, principalmente el HLB, Krausseman recordó: “Hace cinco años empezamos a tener muchísimos inconvenientes con la aparición de algunas plantas con HLB en la zona de Andresito, entonces hubo una serie de barreras del tipo sanitarias que nos impidió trabajar con más libertad”.
Sin embargo, el productor remarca que actualmente la plaga está controlada sin posibilidad de expandirse dentro de la provincia debido a que no existe el vector que la propaga.
“Hay que ser positivos porque la actividad tiene una enorme fortaleza en nuestra provincia debido a que actualmente no tenemos el vector del HLB. Para nosotros no es ningún problema. Hay en Brasil, Paraguay, está por todos lados, pero la enfermedad, la bacteria, no avanza en Misiones porque no está presente el vector, el que transmite la enfermedad. Por eso debemos encontrar las maneras de incentivar a las inversiones para que se hagan plantaciones nuevas dentro de las normas vigentes”, puntualizó.
Además volvió a analizar la situación de Misiones en comparación con las provincias cercanas. “Hay que preservar cada árbol, cada planta, en nuestra provincia pensando en el futuro porque en otras regiones productoras, como Entre Ríos y Corrientes, el HLB es una bomba de tiempo”.
En esta situación según Krausseman “a partir de ahora nace una nueva citricultura en la provincia de Misiones. Tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para que sobre todo los inversionistas de Entre Ríos vengan a invertir en nuestra provincia”.
En relación a esto destacó que a principios de año “volvieron a aparecer los compradores que se fueron hace cinco años. O sea se dio un fenómeno muy interesante en los últimos 60 días que hizo que todas las mandarinas y limones de la zona del Alto Paraná vayan a Entre Ríos. Hace un mes se mandaron naranjas de la zona de Mado Delicia a esa misma provincia”.
Al mismo tiempo remarcó que en la actualidad se gestó un “fenómeno muy interesante en la Argentina”, ya que por el accionar de las aguas saborizadas y las gaseosas “creció la demanda para el consumo masivo del jugo concentrado de pomelo”.
Misiones planteó sus preocupaciones a la Mesa de Competitividad
Por su parte, durante febrero, el subsecretario de Desarrollo y Producción Vegetal presentó una serie de inquietudes del sector a la Mesa de Competitividad de la cadena citrícola. La reunión tuvo lugar en el Ministerio de Agroindustria presidido por el ministro Luis Miguel Etchevehere y su equipo.
Participaron además diferentes representantes de la cadena citrícola. Entre las diferentes organizaciones del NEA y el NOA se encontraban las asociaciones de productores, FundaNea, FederCitrus; Cámara de exportadores, UATRE, AFIP, Senasa, Federación Agraria, CONINAGRO, y representantes de Hacienda como así también de los gobiernos provinciales de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy y Tucumán.
Junto a Yaco Mazal, estuvo representando a Misiones el ingeniero Carlos Satur de la Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones y Asociación de Citricultores de Misiones. Frente a la mesa, Mazal planteó como problemática la falta de presupuesto para trabajar en un programa de contención sobre la enfermedad del HLB en la provincia. Además de cuestionar los despidos del personal técnico en el mes de diciembre pasado.
Otro de los puntos tratados fue la falta de competitividad que tiene el sector por las cargas tributarias y los costos de producción. Sobre esto el funcionario opinó: “Tenemos un alto costo de producción que no nos hace competitivos respecto a nuestros competidores directos de otros países”.
Finalmente, “en este encuentro se pidió una ley de emergencia, similar a la de pera y manzanas. Además de ver la posibilidad de trabajar en el aumento de reintegros para mejorar la competitividad; o sea llevar de 5 de reintegro a las exportaciones a un 8,33%. También reforzar todo lo que sea control de fronteras y promover la producción de plantas cítricas a un valor competitivo”, contó.