El valor de los alquileres agrícolas tiene un elevado protagonismo en los costos: entre 16 y 17 quintales.
En esta zona, con la soja hay que sacar al menos 40 quintales para salvar los costos. Y en esta campaña muchos campos van a estar muy lejos”. La evaluación pertenece a Martín Pavani, titular de la Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez y sintetiza la ecuación económica que aportará el cultivo en el actual ciclo agrícola en el sudeste provincial.
El productor trae a la charla con Agrovoz un dato fresco, de fines de febrero, cuando sobre una soja de primera la tolva de la cosechadora reflejó 15 quintales de rendimiento por hectárea. En ese lote, el alquiler pagado fue de 16 quintales. A juicio de Pavani, muchos productores de la zona (la de los suelos más productivos de la provincia) van a perder dinero y van a requerir de asistencia financiera para poder encarar el próximo ciclo.
Pablo Bollatti, técnico del Inta Marco Juárez y coordinador del Grupo Napas recuerda un escenario similar en 2012. En esa campaña, con 70 milímetros en enero, las sojas en suelo clase uno rindieron 25 quintales, con un costo de producción (incluido arrendamiento) de más de 35 quintales.
Si bien los maíces de primera son los que mejor estado exhiben, por el efecto de la napa, su rinde de indiferencia también es alto. Si se tiene en cuenta que alrededor del 50 por ciento de la superficie se hace en campo arrendado, y a los valores pactados en esta campaña, el maíz de alta producción demanda un rinde objetivo de casi 90 quintales por hectárea.
Cuadro de situación
Un relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba en los departamentos Unión y Marcos Juárez refleja la situación crítica que muestran los cultivos en el sudeste de Córdoba. De acuerdo con los datos aportados por la red de colaboradores del Departamento de Información Agroeconómica de la institución, durante la segunda quincena de febrero entre 23 y 47 por ciento del área con soja y entre 10 y 19 por ciento de la superficie implantada con maíz presenta una condición entre “regular y malo”.
“En contraste a otras zonas productivas de la provincia, las relativamente buenas condiciones de los cultivos se deben aquí a su temprana fecha de siembra, que determinó la coincidencia del período de mayor requerimiento hídrico con las mayores precipitaciones, en diciembre”, precisa el informe bursátil.
En ambos departamentos, las lluvias acumuladas entre octubre del año pasado y febrero último están por debajo de los promedios históricos. La excepción fue diciembre, cuando llovió significativamente más de lo esperado y eso permitió a los cultivos de primera tener un desarrollo más normal de su condición.
Según el informe de la Bolsa, en Marcos Juárez las precipitaciones acumuladas entre octubre de 2017 y febrero de 2018 estuvieron 47 por ciento por debajo del promedio para ese período.
Fuente: La Voz | Por: Alejandro Rollán