La sequía se recrudeció en febrero y dejó en condiciones de estrés termo hídrico muy grave a la soja en regiones claves de Argentina. El rinde a nivel nacional cayó en picada desde la primera proyección, sin aún encontrar un piso. En paralelo, el precio sube a los máximos de los últimos 4 años.
Con pérdidas irreversibles, la campaña de soja 2017/18 se perfila como la peor desde 1988/89. Febrero, mes clave para la oleaginosa, dejó un saldo hídrico muy negativo que abatió con todas las esperanzas. A diferencia de las sequías anteriores (2008/09 y 2011/12) que se recibieron agua en febrero, este año los acumulados del mes no superaron ni los 10 mm en algunas localidades del corazón productivo de Argentina. El primer mapa de lluvia muestra los acumulados del mes de febrero y en el segundo mapa de reserva de agua se tiñeron de anaranjado dando cuenta la grave situación de sequía que están padeciendo los suelos agrícolas.
El fenómeno de la Niña provocó que se efectuaran sucesivos recortes de producción nacional desde la primera proyección de diciembre, y aún no se descartan nuevos ajustes para la próxima publicación del informe mensual de GEA-BCR.
Los precios, como es esperable, tomaron la senda inversa a los rendimientos. En el mercado Físico de Rosario el precio de referencia de la Cámara Arbitral escaló hasta los $ 6.300/t para las operaciones del día miércoles. Si valuamos la Pizarra en dólares tomando el tipo de cambio comprador del Banco Nación, ello representa US$ 315/t, el valor más alto de los últimos cuatro años. Según información oficial, el día jueves se declararon también operaciones para entrega en Rosario Norte a este mismo valor.
El comportamiento comercial de la campaña actual se asemeja a la situación de la campaña 2011/12 en términos de originación de la mercadería ante el riesgo productivo. Las compras totales 2017/18 alcanzan las 9,4 millones de toneladas, marcando el máximo valor desde la última sequía en Argentina.
La gravedad de esta situación hídrica no solo impacta en Argentina sino también a nivel global. Argentina es el principal exportador de harina y aceite de soja. Tanto la cantidad como la calidad del grano, está siendo afectada por las adversidades climáticas y repercuten en el precio de referencia de Chicago. Justamente esta semana, los futuros de harina de soja tocaron su valor más alto desde julio de 2016, mientras que el contrato de mayo del poroto alcanzó los u$S 388,6/t; máximo precio desde enero de 2017. En el transcurso del mes de febrero, la harina aumentó 16% y el poroto 6%.
El rally alcista de la soja invita a los farmers americanos a seguir apostando al cultivo. Según las proyecciones del USDA, el área a sembrar con soja este 2018 superará a la de maíz por primera vez en la historia, tendencia que se afianzaría en la próxima década y podría convertirse eventualmente en un limitante al potencial alcista de la oleaginosa.
El jueves próximo, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) publicará su habitual informe mensual de estimaciones de oferta y demanda de granos y subproductos. Tanto sus primeras previsiones oficiales para la campaña Norteamericana 2018/19 como las proyecciones de producción de soja y maíz en Sudamérica son los datos que más interés despiertan en el mercado. Las cifras que se expongan entonces tienen un alto poder de fuego en la volatilidad de los mercados mundiales de soja
Fuente: Sofía Corina-Emilse Terré BCR