🐑 De criar ovejas a vender carbono: la increíble transformación de un productor patagónico

🐑 De criar ovejas a vender carbono: la increíble transformación de un productor patagónico

Mariano Ilarragorri representa a la tercera generación de una familia de productores ovinos. Desde su campo “La Tapera”, en el suroeste de Santa Cruz, lidera una transformación profunda: pasó de simplemente criar ovejas a gestionar datos, repensar la producción y ahora, cobrar por capturar carbono. Sí, vender aire… pero bien gestionado.

“Toda la vida criamos ovejas, es lo único que sabemos hacer”, dice con orgullo. “Sí, se va mucha gente del campo, pero también es porque se desinvirtió mucho. Tenemos que encontrar la forma de que las nuevas generaciones se queden, mostrarles el lado positivo del campo”.


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Mariano nació en Tapalqué, provincia de Buenos Aires, pero el verdadero corazón de su historia está en Santa Cruz. Su abuelo compró las tierras donde hoy funciona La Tapera, y con el paso del tiempo, él terminó tomando las riendas de la producción. Lo hizo con visión, con cambios que en su momento fueron disruptivos: esquila pre parto, selección genética, certificación en bienestar animal (RWS), y un plan sanitario riguroso.

Sin embargo, fue la sequía la que empujó a Mariano a repensarlo todo. En 2023, se sumó al Programa de Carbono POA, una alianza entre Ovis 21, Ruuts y Native Energy INC, que permite a los productores recibir ingresos por capturar carbono en los suelos. Así, sin vender un solo cordero o kilo de lana, cobraron una preventa de bonos de carbono. Un respiro económico y una puerta a una ganadería más regenerativa.

“Siempre cuidamos el campo, pero la sequía nos dejó sin herramientas. Este programa nos dio respaldo técnico y económico para reorganizar todo”, cuenta.

Con más de 23.000 hectáreas y solo 200 mm de lluvias anuales, La Tapera se dividió en sectores con descansos planificados y se instalaron sistemas de agua con bombas solares, acueductos y reservorios. Con la inversión inicial, compraron todo lo necesario en solo dos días. Resultado: más control, más eficiencia, más futuro.

“Te invitan a soñar el campo ideal y te ayudan a planificarlo para hacerlo real”, resume Mariano.

Hoy, con una majada reducida pero bien gestionada de 4.000 animales (eran 7.000 antes de la sequía), Ilarragorri se afirma como referente en manejo regenerativo. Produce carne de calidad, con merinos multipropósito, y sigue apostando por la lana, aunque el mercado esté golpeado.

Su mensaje a otros productores es claro: “Hay que animarse. Nosotros pensamos que si no hacíamos algo, en 5 o 6 años esto iba a ser inviable”.

Fuente: Gentileza La Opinión Austral

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