Sin prórroga para las retenciones cero: el sector cárnico advierte por pérdida de previsibilidad
El Gobierno decidió no prorrogar el esquema de retenciones cero para las exportaciones de carne bovina, cuya vigencia concluyó este viernes. La medida, que había sido implementada en septiembre como un alivio temporal al sector, quedará sin efecto a partir del 1° de noviembre.
Según confirmaron fuentes oficiales, no habrá una nueva prórroga del beneficio que eliminaba el 5% de derechos de exportación. Desde el Ejecutivo argumentan que el acuerdo sanitario y comercial con Estados Unidos —que ampliaría cupos y habilitaría cortes de mayor valor— generará “beneficios equivalentes o superiores” para la cadena cárnica.
La decisión fue recibida con descontento por parte de la industria. Desde cámaras y frigoríficos calificaron la noticia como “un retroceso” y sostuvieron que mantener la alícuota en cero hubiera aportado previsibilidad y alivio financiero al negocio exportador. “El acuerdo con Estados Unidos es importante, pero no reemplaza el impacto que tiene eliminar las retenciones”, advirtieron referentes del sector.
De acuerdo con estimaciones privadas, el costo fiscal anual de mantener la exención habría sido moderado. Las exportaciones de carne —calculadas en unos US$3575 millones entre octubre de 2024 y septiembre de 2025— implicarían una pérdida de ingresos fiscales cercana a US$109 millones, ya que gran parte de los embarques corresponden a carne de vaca, exenta del tributo, y solo una fracción está sujeta al 5%.
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Mientras tanto, el Gobierno apuesta a destacar el inminente acuerdo con Washington, que según la Secretaría de Agricultura y Cancillería “abrirá oportunidades en cortes enfriados de mayor valor” y contribuirá a diversificar destinos.
Sin embargo, en la industria señalan que el beneficio de las retenciones cero fue difícil de aprovechar por las condiciones impuestas, como la obligación de liquidar divisas en un plazo máximo de tres días. “Esa exigencia nos complicó muchísimo; fue una ventana muy corta para generar impacto real”, reconocieron desde el sector.
El presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, consideró que la medida “fue una buena señal, pero de aplicación limitada”, y subrayó la necesidad de avanzar hacia una eliminación definitiva del tributo. “El 5% sigue pesando sobre novillos, vaquillonas y novillitos. Quitarlo sería una señal concreta de apoyo al crecimiento del stock ganadero y a la producción de carne”, sostuvo.
Desde el ámbito avícola, Carlos Sinesi, gerente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), coincidió en que el beneficio fue difícil de aplicar. “La intención fue positiva, pero las condiciones operativas lo volvieron impracticable. Solo entre 30 y 40 embarques pudieron aprovecharlo sobre un total de 700 mensuales”, detalló.
Sinesi advirtió que mantener la alícuota del 5% en carne bovina y aviar afecta la competitividad exportadora: “Con este tipo de cambio y las retenciones, quedamos fuera de algunos mercados internacionales. Son asimetrías que se pagan caro”.
En el sector coinciden en que la falta de continuidad del beneficio frena una señal clave para las inversiones y la previsibilidad. “No pedimos subsidios, solo estabilidad. Una política consistente en materia de retenciones ayudaría más que cualquier anuncio pasajero”, resumió un referente empresario.












































