Ráfagas de 170 km/h arrasan una planta agrícola y destruyen 30 años de trabajo

Ráfagas de 170 km/h arrasan una planta agrícola y destruyen 30 años de trabajo

Las violentas tormentas que azotaron este fin de semana a la provincia de Córdoba dejaron graves daños en la localidad de Etruria, donde ráfagas superiores a los 170 kilómetros por hora destruyeron por completo una planta de silos perteneciente a la familia Daghero, un establecimiento con tres décadas de historia.

“Mi padre comenzó con esto hace 30 años, bien de abajo, y pudo construir todo con muchísimo esfuerzo. Fueron apenas diez minutos de un viento muy fuerte que se llevó todo”, relató el productor Santiago Daghero, todavía conmocionado por las pérdidas.

El temporal arrasó con las instalaciones que funcionaban como base operativa de la producción agrícola familiar. Allí se concentraban tres norias, ocho silos, dos camiones, un galpón de descarga y una sala de comandos. Nada quedó en pie.

“Es muy triste ver cómo quedó todo, se siente una impotencia enorme”, agregó Santiago, quien contó que la familia tenía planes de expansión e inversiones que ahora quedaron truncos.


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Un temporal sin precedentes

El Servicio Meteorológico Nacional había emitido alertas por tormentas fuertes y vientos intensos para la región centro. La noche del sábado, Etruria fue una de las localidades más golpeadas.

“La verdad es que lloramos mucho cuando vimos en qué se convirtió todo: en hierros retorcidos. Pero mi viejo nos mandó un mensaje diciendo que nos vamos a recuperar, que vamos a trabajar para levantar todo de nuevo. Le vamos a poner el pecho”, expresó el productor.

Uno de los detalles que más impactó a la familia fue la magnitud del viento: los motores de los silos, que estaban fuertemente abulonados a bloques de cemento, fueron arrancados de cuajo.

La destrucción no solo afecta la infraestructura: compromete completamente la capacidad operativa de la empresa familiar. “En agricultura tenemos el círculo cerrado: hacemos siembra, cosecha, pulverización, transporte de grano, todo nosotros”, explicó Daghero. “Esto nos corta al medio”.

Además de la pérdida de los silos, el galpón donde fabricaban pellet de alfalfa quedó inundado, máquinas y prensas se doblaron, y los tableros —una de las partes más costosas— quedaron severamente dañados. “Cayó un fierro adentro y rompió casi todo”, lamentó.

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