Más carne en el mercado interno, cuero en picada y récord de confianza en el agro: el mapa actual de la ganadería
La cadena de la carne vacuna atraviesa un momento de claros contrastes. Mientras la oferta destinada al consumo interno volvió a crecer y el ánimo de los productores alcanzó niveles récord, algunos indicadores clave —como el valor del cuero y la actividad económica general— siguen mostrando señales de debilidad.
De acuerdo con los últimos datos oficiales difundidos por el INDEC, en los últimos doce meses la producción total de carne vacuna con hueso alcanzó las 3,162 millones de toneladas. De ese volumen, 855,4 mil toneladas tuvieron como destino la exportación, mientras que 2,327 millones de toneladas abastecieron al mercado interno.
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Este mayor flujo hacia el consumo doméstico implicó un aumento interanual del 5,8 %, equivalente a unas 137 mil toneladas adicionales. En términos per cápita, el consumo promedio se ubicó en 49,2 kilos por habitante al año, un 5 % más que en el período previo, aunque todavía lejos del promedio histórico cercano a los 60 kilos registrados en las últimas décadas.
En paralelo, uno de los subproductos clave de la faena continúa perdiendo peso económico. Según datos del Consorcio de Frigoríficos Exportadores ABC, el precio del cuero profundizó su tendencia bajista. A comienzos de noviembre cotizaba a 0,79 dólares por kilo, muy por debajo de los 2,109 dólares por kilo registrados en noviembre de 2014. Medido en pesos, el valor pasó de 17,80 a alrededor de 12 pesos por kilo, lo que representa una caída del 32,6 %.
Esta pérdida de valor impacta de lleno en la estructura de costos de los frigoríficos, en especial en matarifes y abastecedores, donde el recupero económico de la faena resulta determinante para sostener la rentabilidad.
El contexto macroeconómico tampoco aporta demasiados incentivos. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró en octubre una baja mensual del 0,4 %, reflejando un escenario de estancamiento que se prolonga desde hace unos seis meses, luego de una leve recuperación observada durante el tercer trimestre.
Sin embargo, el humor del sector agropecuario parece ir a contramano de este cuadro. El último informe del Ag Barometer Austral, elaborado por la Universidad Austral sobre la base de una encuesta a 400 productores de alto nivel productivo, mostró un salto significativo en la confianza. El índice general alcanzó los 159 puntos, con una suba del 28 % respecto de la medición anterior, marcando el valor más alto de toda la serie histórica.
Uno de los datos más relevantes fue la recuperación del Índice de Expectativas de Inversión en Activos Fijos, que trepó un 53 % y se ubicó en 111 puntos, señalando una mayor predisposición de los productores a invertir.
En cuanto a la faena, los registros preliminares del SENASA indican que, a falta de dos días hábiles para cerrar diciembre, ya ingresaron a plantas 1.010.649 vacunos. El promedio diario se ubicó en 53,2 mil cabezas, levemente por encima de noviembre, aunque con una caída de 9 puntos porcentuales frente a diciembre del año pasado.
La participación de hembras en la faena fue del 47,8 %, por debajo del 48,8 % de noviembre, producto de una marcada reducción en la faena de vacas. Si esta tendencia se confirma, la faena total de 2025 cerraría en torno a los 13,55 millones de cabezas, apenas un 2,8 % menos que el registro de 2024.
Un escenario de números cruzados: más carne para el mercado interno y expectativas en alza en el agro, pero con señales de alerta en subproductos clave y en la dinámica general de la economía.
