Lluvias récord en 2025: cayó un 20 % más de agua que en 2024 y el año cerró con fuertes contrastes regionales
El 2025 se despide con un balance hídrico ampliamente positivo para gran parte del país. A lo largo del año, las precipitaciones superaron con holgura a las de 2024 y dejaron registros que, en promedio, se ubicaron por encima de los valores históricos. Sin embargo, el cierre del año volvió a mostrar la otra cara del clima: una marcada irregularidad espacial, con déficits en la región núcleo y excesos extremos en el norte argentino.

Según los registros consolidados de la Red BCR–GEA, el promedio anual de lluvias alcanzó los 1.222 milímetros, lo que representa un excedente cercano a los 260 mm respecto del año anterior, equivalente a un aumento del 20 %. Se trata de un valor que incluso supera el límite superior del rango considerado normal para la región núcleo en los últimos 30 años.

El dato sobresaliente es que nueve de cada diez estaciones meteorológicas de la red midieron más lluvia que en 2024. Este resultado estuvo asociado a un régimen pluvial muy eficiente a lo largo del año: salvo enero, junio y diciembre, todos los meses presentaron acumulados superiores a la media histórica, con episodios que llegaron a duplicar y hasta triplicar los valores habituales.
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El invierno y la primavera fueron determinantes para explicar este giro climático. Las precipitaciones frecuentes y bien distribuidas consolidaron un patrón de lluvias de oeste a este que se sostuvo durante varios meses y permitió una recuperación marcada tras el inicio de año, cuando la región núcleo arrastraba una sequía severa que había golpeado con fuerza al maíz temprano.

Las mayores diferencias interanuales se concentraron en el sudeste de la región núcleo. Localidades como Rojas (+729 mm), Junín (+722 mm), Pergamino (+633 mm) y Baradero (+565 mm) registraron saltos muy significativos frente a 2024. Solo tres estaciones de las 36 monitoreadas mostraron leves déficits: Noetinger, Idiazábal y Hernando, en el sudeste cordobés.

El quiebre llegó en diciembre. Luego de cinco meses consecutivos con lluvias por encima de lo normal, el último mes del año cerró con un promedio de apenas 80 mm en la región núcleo, un 27 % por debajo de la media histórica. La distribución fue muy dispar, con amplias zonas deficitarias y algunos focos aislados con registros elevados, un comportamiento típico del verano dominado por tormentas convectivas.
Este escenario, combinado con una persistente ola de calor, comenzó a reflejarse en las reservas de humedad de los suelos, que hacia fin de año pasaron a ubicarse mayormente en niveles regulares a escasos. El panorama recordó al de diciembre de 2024, cuando más de la mitad del área agrícola mostraba signos de estrés hídrico.
Mientras tanto, el norte del país atravesó la situación inversa. En el norte argentino y el NEA, las lluvias de diciembre duplicaron e incluso triplicaron los valores normales, generando anegamientos e inundaciones. El caso más extremo fue Corrientes, donde se acumularon 530 mm en el mes, 3,5 veces el promedio histórico, un registro que solo encuentra un antecedente comparable en 1996.
En síntesis, 2025 cerró con un balance pluvial excepcional a escala anual, pero dejó en evidencia una vez más la fuerte variabilidad climática del país. Un año de lluvias récord que terminó con contrastes marcados y volvió a poner el foco en los desafíos productivos que impone el clima, incluso en contextos hídricos favorables.

Fuente: GEA BCR







































