La Unión Europea impulsa una salvaguardia agrícola que contradice el espíritu del acuerdo con el Mercosur

La Unión Europea impulsa una salvaguardia agrícola que contradice el espíritu del acuerdo con el Mercosur

La Comisión Europea presentó un reglamento que permitiría aplicar salvaguardias unilaterales sobre productos agrícolas clave como carnes, maíz y biodiésel, pese a que estos temas ya fueron negociados en el Acuerdo Mercosur–UE. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario advierten que la medida contradice los compromisos alcanzados y podría obstaculizar el comercio bilateral.

A menos de un año de haberse firmado el Acuerdo de Asociación entre el Mercosur y la Unión Europea, la Comisión Europea impulsa un nuevo reglamento que encendió las alarmas en el sector agroindustrial. El proyecto 2025/0322, elaborado por el Poder Ejecutivo del bloque europeo, propone establecer salvaguardias específicas para productos agrícolas que ya habían sido negociados en el tratado, lo que constituye, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), una contradicción con el espíritu del acuerdo.

El informe elaborado por Guido D’Angelo y Patricia Bergero para la BCR advierte que la medida “legisla unilateralmente sobre aspectos ya acordados” y podría facilitar cierres de mercado para productos en los que el Mercosur obtuvo nuevos cupos de exportación hacia Europa: carnes bovina, porcina y aviar, lácteos, maíz, arroz, azúcar, etanol y biodiésel, entre otros.


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Un reglamento que altera lo pactado

El Acuerdo Mercosur–UE, firmado en diciembre de 2024 tras casi 25 años de negociaciones, dedica varios capítulos a garantizar la cooperación y la transparencia en materia agroindustrial.

En particular, el capítulo 8 establece que cualquier medida restrictiva debe alinearse con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y excluye expresamente la posibilidad de aplicar la Salvaguardia Agrícola Especial (SGE), un mecanismo que permite aumentar aranceles de forma automática ante aumentos de importaciones o caídas de precios.

Sin embargo, el nuevo reglamento de la Comisión Europea reduce los plazos de investigación para activar salvaguardias de 12 meses a solo 4 meses para productos sensibles, y amplía los criterios para justificar medidas restrictivas, incluyendo no solo el aumento de importaciones, sino también simples caídas de precios del 10% frente al mercado europeo.


Productos “sensibles” y riesgos para el Mercosur

El listado de productos que podrían verse afectados coincide con los principales rubros exportables del Mercosur. Además, el reglamento permitiría a la Comisión modificar la lista de “productos sensibles” por iniciativa propia o a pedido de industrias europeas, lo que otorga una amplia discrecionalidad política y técnica.

Las salvaguardias podrían implicar la suspensión de las preferencias arancelarias acordadas, o incluso un aumento directo de los aranceles. Esto, según el análisis de la BCR, “pone en riesgo los beneficios comerciales logrados tras décadas de negociación”.


La contradicción con los propios informes europeos

Paradójicamente, la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea publicó este año un estudio de impacto que proyecta beneficios para ambos bloques. Según ese informe, las exportaciones agrícolas europeas al Mercosur podrían aumentar en 1.200 millones de euros hacia 2040, mientras que las importaciones desde el Mercosur crecerían en 2.000 millones de euros, sin representar una amenaza significativa para el agro europeo.

La propia Comisión reconoce que las nuevas cuotas concedidas al Mercosur representan una fracción mínima de la producción comunitaria: 1,5% en carne vacuna, 1,3% en carne aviar y 1,4% en arroz.


Un retroceso en la confianza bilateral

El proyecto de salvaguardia llega en un contexto de relaciones tensas entre ambos bloques, tras las exigencias ambientales adicionales que la UE incorporó durante 2023. Para la BCR, la nueva propuesta “desnaturaliza el principio de diálogo y cooperación” que el acuerdo buscaba promover.

“El proyecto constituye una imposición unilateral contraria al espíritu del tratado y una señal preocupante para el comercio agroindustrial entre el Mercosur y la Unión Europea”, concluye el informe.

Fuente: Guido D’Angelo – Patricia Bergero   BCR

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