¡Es al pedo! Quieren poner un impuesto a los gases de las vacas🐄

¡Es al pedo! Quieren poner un impuesto a los gases de las vacas

La legisladora bonaerense Lucía Klug y el presidente de Carbap, Ignacio Kovarsky, volvieron a tensionar la relación entre política y campo tras la presentación de un proyecto que propone crear la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA), un gravamen dirigido a las emisiones ganaderas con el objetivo de mitigar su impacto ambiental.

La iniciativa, impulsada por la diputada de Unión por la Patria, generó un rechazo inmediato por parte de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), que consideró que la medida carga injustamente sobre los productores.

Klug defendió la propuesta apoyándose en consensos científicos y debates internacionales. Recordó que el metano es la cuarta emisión antropogénica más relevante y que su aumento agrava los problemas ambientales.
“El debate es complejo porque hablamos de procesos naturales potenciados por la producción ganadera. Hay una tensión entre garantizar la alimentación y reducir impactos ambientales”, señaló.


Te puede interesar


Según la diputada, la TAMBA no busca recaudar, sino promover una responsabilidad ambiental extendida, similar a la que ya existe en otros sectores productivos.
“Lo que generás debe acompañarse de mecanismos para mitigar su impacto. Puede ser una tasa, pero también otras acciones. Hay experiencias exitosas, como un feedlot de Coronel Rosales que hoy produce biogás”, ejemplificó.

Klug sostuvo que avanzar hacia tecnologías que reduzcan emisiones es clave, incluso para el propio sector:
“Si no actuamos, entramos en un ciclo sin salida. El cambio climático también daña la producción de alimentos”.

Carbap: “La vaca no es el problema”

Desde Carbap, Kovarsky cuestionó la mirada oficial y sostuvo que el sector es erróneamente señalado. Recordó que, dentro del total de emisiones nacionales, el agro representa alrededor del 20%, pero la ganadería bovina apenas explica entre 10% y 12%.

“Lo llamativo es que, aun siendo el que menos aporta, el foco está siempre sobre los ganaderos”, afirmó.

El dirigente defendió el rol del bovino dentro de un ciclo biológico cerrado, donde el metano emitido tiene una vida media corta —entre 9 y 12 años— y luego se descompone en CO₂ aprovechado por las plantas mediante la fotosíntesis.
“No se puede comparar el metano animal con el CO₂ de los combustibles fósiles, que permanece por siglos”, remarcó.

Además, destacó que la ganadería argentina se basa mayoritariamente en sistemas a pasto, a diferencia de modelos intensivos utilizados en otros países.
“Hay un profundo desconocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema y sobre el balance de carbono real en los campos. Ese es el debate que deberíamos dar”, sostuvo.

La respuesta de Klug

Klug retrucó que, aunque la ganadería no sea la principal emisora, igualmente genera impacto:
“Una cosa no quita la otra. No existe ningún tipo de regulación en Argentina, mientras muchos países ya trabajan en políticas de equilibrio o neutralidad de emisiones”.

MÁS INFORMACIÓN PARA TU CAMPO ENTRA AQUÍ