El mundo se enfrenta a varios desafíos que pueden poner en problemas a la Humanidad. Uno de ellos es la imparable desertificación de determinadas áreas que hoy en día están densamente pobladas. Otra, la escasez de agua que amenaza con generar crisis migratorias sin precedentes. Pues bien, parece que China está decidida a acabar con estos dos problemas.
El científico chino Yuan Longping, el llamado padre del arroz híbrido, está liderando un proyecto revolucionario que ha conseguido cultivar arroz en el desierto de Dubáiregándolo con ni más ni menos que agua de mar. La técnica es de un valor incalculable para Oriente Medio, ya que el agua potable allí es un bien escaso.
El arroz, que fue plantado el pasado mes de enero a las afueras de la ciudad, ha sido recogido la semana pasada, según informa la agencia de noticias Xinhua. Y el cultivo no solo ha sido abundante, sino que además ha sido de gran calidad, superando las expectativas de los responsables del equipo.
Según esa misma fuente, el cultivo ha ofrecido un rendimiento de 7.500 kilos por hectárea, más del doble de lo que se recoge de media en los cultivos del resto del planeta (3.000 kilos por hectárea). Estos espectaculares rendimientos han hecho que los científicos quieran ampliar el plan para que la plantación llegue a las 100 hectáreas. Si se repite el éxito de la cosecha de 2018, estaríamos hablando de 750.000 kilos de arroz salidos de un paraje absolutamente yermo. Todo un milagro.
Y esto es solo el principio. El objetivo final de todo el proyecto es cubrir el 10% del suelo de los Emiratos Árabes Unidos (unos 83.000 kilómetros cuadrados) con campos de cultivo.
Ese es el sueño de Sheikh Saeed Bin Ahmed Al Maktoum, un billonario miembro de la Casa Real de Dubái que quiere que su país sea capaz de vencer al desierto y convertirse en verde. Para ello ha creado una empresa conjunta con científicos chinos expertos en el cultivo de arroz con agua salada.
Esos científicos han trabajado en un sentido inverso al resto de expertos mundiales. Si todo el mundo ha estado preocupado de mejorar los métodos de potabilización de agua del mar, los chinos han estado buscando con ahínco modificar genéticamente las plantas para hacerlas más resistentes al agua con sal.
Y lo han hecho porque en China existen grandes áreas de tierra yerma en las que el suelo es rico en sales y alcalinos. En esas zonas el Gobierno chino ha promovido la plantación de campos de arroz modificado, unas plantaciones que han generado hasta 50 millones de toneladas de este cereal al año. Suficiente comida como para alimentar a 200 millones de personas durante un año.
El arroz modificado empezó a ser investigado en los años 70 por un científico llamado Chin Risheng. El año pasado, una tonelada de este producto llegó al mercado tras ser cultivado en una playa del país. Sí, en una playa de arena.