La plaga Lobesia Botrana se detectó por primera vez en Argentina hace ocho años atrás, cuando quebró la barrera sanitaria. Las principales características de esta plaga son que produce daños directos provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta y afecta la calidad de la fruta -tanto para consumo en fresco como para vinificación-. Asimismo, favorece el ataque de diversos hongos patógenos, generando la podredumbre del racimo. Tal es la gravedad, que en 2016 se registró el mayor ataque, provocando pérdidas de hasta un 40% de la producción.
En el marco de esta situación, y con el objetivo de ofrecerles a los productores agrícolas soluciones innovadoras para sus problemáticas, BASF lanza Rak® 2 Ultra, una formulación mejorada para el control de la plaga en vid durante todo el ciclo, desde la brotación hasta la cosecha. Este producto se basa en la ruptura de la comunicación química de los insectos cuando se encuentran en la etapa de madurez sexual, denominada “Técnica de Confusión Sexual” y se presenta como cápsulas difusoras evaporables llamadas comúnmente dispensers.
“Es un producto que revoluciona la protección del cultivo, ya que no genera residuos sobre las uvas y el vino y evita el impacto sobre insectos benéficos. Además, consideramos que es la mejor técnica en el mercado para controlar la plaga, porque además de ser sustentable y ecológico, permite trabajar desde una amplia cantidad de superficie si es que hay un abordaje”, explica Jorge Pitton, Gerente de Desarrollo Técnico de Mercado de BASF.
Para comprender el modo en el que trabaja Rak® 2 Ultra, es necesario entender que en la naturaleza las polillas hembras liberan feromonas de atracción sexual que van dejando un rastro de olor en el aire, el mismo es percibido por las antenas de los machos que inician el vuelo para intentar localizarlas para realizar la cópula. Estas hormonas que emiten las hembras han sido sintetizadas químicamente y colocadas en dispensers plásticos que las liberan, logrando formar una nube de feromonas que satura las antenas de los machos. De esta forma, se interrumpe el encuentro, y como consecuencia no hay descendencia.
A partir del tratamiento de esta plaga y el buen control, la cosecha estimada de uvas para este año es de 25 millones de quintales, mientras que en 2017 fue de 17 millones de quintales. A pesar de esto, actualmente hay grandes áreas de cultivo en cuarentena por la plaga. En Mendoza, asciende a 130.000 hectáreas; en San Juan, a 25.000 hectáreas y en Salta, a 2.200 hectáreas.
Fuente: Prensa BASF