Quizás a esta altura lo que está más claro es que en 2020 ni la solución a la 2002 pero tampoco la macro, aún, está para una hecatombe como el Rodrigazo o la hiperinflación. ¿Por qué?, es que en el caso de la crisis cambiaria de 2002 fue a costa de un altísimo costo social que generó un enorme colchón de competitividad y una reactivación de varios años. Tras la salida traumática de la convertibilidad el tipo de cambio oficial real era de $47 de hoy (40% más bajo que el actual), la crisis política y social del “que se vayan todos” con Duhalde liderando terminó devaluando, luego que el BCRA perdiera todas las reservas, de $1 a $4, esto es $133 de hoy. La inflación registró un fogonazo transitorio, pero el PBI cayó 11% con un desempleo de 25%. En este caso la devaluación ayudó a limpiar y luego surgieron los superávit gemelos. Un caso inédito, único, en términos económicos y políticos.
Ahora bien, qué pasó en la crisis cambiaria de 2011 que no terminó en devaluación: el tipo de cambio real era de $55 de hoy (30% menor que el actual), Cristina ganó las PASO con 50% y en octubre con el 54% y surgió el clima del “vamos por todo”. Tras varios meses de pérdida de reservas, sobrevino el control de cambios y el BCRA volvió a comprar divisas hasta que en 2013 la magia del cepo se agotó, el dólar oficial se atrasó, la brecha subió y el BCRA compraba y vendía. Acá el cepo evitó devaluar, pero tarde o temprano el problema resurgió.
Veamos cómo fueron las crisis cambiarias 2013/14, 2015 y 2018/19 analizada por Macroview.
2013/14: había control de cambios (estricto para atesorar) con un tipo de cambio oficial de $48 de hoy (35% más bajo que el actual) y una brecha del 70%. El oficialismo había perdido la elección clave de Buenos Aires contra Massa y cayó así el proyecto de re-reelección. El BCRA vendió u$s8.000 millones en 5 meses por déficit comercial con boom de turismo al exterior y las reservas líquidas bajaron a u$s14.000 millones. Sobrevino la devaluación, con algo de ortodoxia, de un 30% (de 6 a 8 pesos) y una duplicación de la tasa de interés (del 15% al 28% anual), más subas de tarifas, anuncio de acuerdo con Club de París, etc. El BCRA volvió a comprar divisas (u$s7.000 millones) y la brecha llegó a bajar a 30%/40%. Hubo traslado a precios. Con el paso de los meses, volvió el exceso de demanda de dólares y subió otra vez la brecha. En este caso la devaluación descomprimió temporalmente la crisis. Se ganó prácticamente un año: seis meses de tranquilidad y otros seis más a los bandazos.
2015: el control de cambios era más permeable y el tipo de cambio oficial real era de $45 de hoy (40% más bajo que el actual) con una brecha arriba del 50%, pero el recambio de Gobierno la contuvo. El factor político fue un ancla de la crisis cambiaria. El BCRA venía de vender u$s10.000 millones en 5 meses mezcla de déficit comercial, boom de turismo al exterior y un repunte del atesoramiento permitido. Las reservas netas se tornaron negativas por las ventas en el mercado y los pagos de deuda pública. Con el nuevo Gobierno sobrevino la unificación con devaluación y el dólar subió 50%/60% (de 9,5 a 15 pesos). El mercado cambiario se tornó neutro con atesoramiento y turismo altos compensados con ingresos financieros. El salto del dólar se trasladó a precios. Las reservas del BCRA se fueron reponiendo sobre la base de compras al Tesoro de dólares del endeudamiento externo. El kirchnerismo usó todas las reservas propias del BCRA y parte de las no propias para contener el dólar y no defaultear, así la devaluación de diciembre 2015 descomprimió temporalmente.
2018/19: había mercado único y libre con un tipo de cambio oficial real de $51 de hoy (32% más bajo que el actual). El Gobierno había ganado la elección de medio término 2017, pero rápidamente perdió impulso y se fue debilitando al ritmo de la crisis. El BCRA vendió cerca de u$s25.000 millones entre abril 2018 y octubre 2019 mezcla de atesoramiento, turismo y salida de capitales golondrina. Luego impactó la incertidumbre electoral. Las reservas propias quedaron en apenas u$s10.000 millones. Con tipo de cambio libre y ventas esporádicas del BCRA, el dólar saltó 100% (de $20 a $40). En una segunda etapa y aun con ventas más fuertes, vino un segundo salto hasta 60 pesos por la incertidumbre electoral. La inflación se aceleró hasta el 55% anual. En el ínterin fracasó un acuerdo preventivo con el FMI y duró un tiempo (hasta las PASO) un stand by por u$s56.000 millones. La experiencia muestra que es imposible lidiar con desbalances fiscales y monetarios severos con libre flotación cambiaria. Los movimientos del tipo de cambio terminaron complicando y no atenuando la crisis.